Capitulo 33.

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Capitulo 33.

Las lagrimas caían con ganas. Me sujeté con fuerza de la camisa de Camila, no quería derrumbarme más de lo que ya estaba porque no podía mostrarme débil frente a ella, no después de lo que sucedió.

Levanté un poco mi cabeza, mirando su rostro con más precisión y noté que igual lloraba, pero estaba intentando reprimirlo para que yo no lo notara.
Me abrazó, y besó delicadamente mi frente, logrando que mi corazón casi saliera por mi boca de la emoción.

Camila: Tu no mataste a tu abuelo. Te lo juro. Ahora respira. -besó otra vez mi frente.- sígueme a mi. Respira... eso es..

Así estuvimos por casi diez minutos, ella acariciaba mi cabello y mis brazos, mientras que yo aún intentaba dejar de llorar, mis ojos ardían y mi cabeza estaba a punto de explotar. Sus latidos realmente me habían ayudado de cierta forma.

Hablar de esto me quitó un peso enorme, sintiéndome más aliviada y tranquila.
Con la posibilidad de seguir adelante, sintiéndome más fuerte y sin ganas de dejarme caer para rendirme porque no tenía sentido hacer eso. No cuando ella estaba para mi, al menos, en este momento.

Camila: ¿Estás mejor?.

-S.. sí.

La miré nuevamente, su rostro ahora estaba preocupado, y mojado, por las lagrimas que ya dejaron de acariciar su rostro.
Con cuidado pasé mi dedo pulgar por sus mejillas, secando cualquier rostro de agua salada de allí. Y justo cuando apartaba mi mano de su rostro, un recuerdo se me vino a la cabeza de golpe y no pude evitar sonreír levemente.

Camila: ¿Qué pasa?.

-¿Sabes cuales fueron las últimas palabras que me dijo?.

Ella negó, algo desconcertada por mi pregunta. Obviamente no iba a saberlo.

-Eran sobre ti. -acaricié su mano, ahora ella me miraba confundida.- el dijo, "Esa pequeña me agrada mucho, es una buena chica para ti, cuídala."

Sonreí y una nueva lagrima cayó. La sequé, no quería seguir llorando. Ya no más.
Besé su mejilla, intentando ser lo más delicada y suave posible.
Ella aún no quitaba sus brazos de mi cuerpo y me encantaba, porque me sentía segura en sus brazos. Segura y confiada para hacer cualquier cosa que se me pidera, me sentía capaz de todo, solo porque la tenía junto a mi, y casi era algo utópico.

La observé fijamente, sus ojos viajaban de mis labios a mis ojos, como si estuviera fascinada con ellos. Y eso me hacía sentir privilegiada de tener su atención, incluso, me sentía privilegiada hasta del hecho de que perdiera su tiempo aquí conmigo, abrazándome como si fuera lo más natural y casual del mundo.

Camila: Por dios...

Susurró cuando miraba mis ojos, ella se veía casi perdida por la expresión de su rostro, anonada y prácticamente estúpida. Me imaginaba que yo tenía la misma mirada, o puede que un poco más intensa, cuando la miraba. Es solo que su rostro era como una obra de arte hecha para que las personas vieran la perfección reflejada en ella.

-¿Qué ocurre?.

Camila: Tus ojos.

-¿Qué hay con ellos?.

Camila: Están.. están casi azules. Y son preciosos.

Sonreí, sin saber qué hacer ahora, porque me había quedado paralizada.
Ella lentamente sacó los brazos de alrededor de mi cuerpo, y sus manos fueron a mi rostro. Juntó nuestras frentes con suavidad, y yo cerré mis ojos, sintiendo como su respiración acariciaba mis labios, pero rápidamente su respiración fue sustituida por sus cálidos y tiernos labios.
Los recibí con ternura, a pesar de que no esperaba besarla hoy, ni mucho menos luego de haber planeado en mi cabeza que esperaría un tiempo para volver a confiar en ella, o al menos hasta pensar que no volvería hacerme daño, pero no pude resistirme a sus perfectos labios, los que estaban suaves y salados por las lágrimas que había caído hace unos minutos.
Llevé una de mis manos a su cintura, con la intención de atraerla lo más posible a mi. La posición era bastante incómoda, por el hecho de estar sentadas, así que la levanté un poco y la senté sobre mi regazo sin separar nuestros labios ni un milisegundo.

La abracé por la cintura y ella a mi por el cuello, acariciando los cabellos de mi nuca. Sus labios me volvían loca, en todos los sentidos posibles de la palabra, lo que no me gustaba del todo ya que quería tener el control de mis decisiones pero con sus labios besando los míos, eso era imposible.

La falta de aire se hizo presente, pero no quería alejarme de ella, si fuera por mi, yo la besaría toda mi vida. Di un último beso y nos separamos, yo apoyando mi cabeza sobre su cómodo pecho, podría decir que escuchar sus latidos eran mi cosa favorita y no lo cambiaría por nada ni nadie, porque hasta sus latidos los encontraba perfectos.

-Te amo.

Susurré acariciando su pierna que estaba sobre la mía, no sobrepasándome porque estábamos en un parque lleno de niños, lo que provocaría que una madre se acercara y nos regañara o algo como eso.
Ella levantó mi rostro, tocando mi barbilla con su mano y me observó por unos segundos, no poniéndome nerviosa como siempre sucedía cuando me pegaban las miradas.

Camila: Yo también te amo.

Susurró y volvió a besarme, esta vez con algo mas de rapidez, pero sin dejar de lado nuestros besos tiernos de siempre, porque al menos para mi, no quería perder ese tierno toque que estaba presente.
Ahora la volvía a sentir mía, de a poco, pero mía de igual manera. Ahora el gran problema era, ¿Ella realmente podía volver a serlo luego de todo lo ocurrido?.
No lo sabía, y eso me asustaba, más bien, me aterraba.

-Es mejor que volvamos.

La levanté un poco, ahora sentándola a mi lado, para yo poder levantarme, otra vez sintiéndome insegura por no tenerla abrazándome.

Camila: ¿Qué pasa?.

Se levantó, tomando mi mano de inmediato, nuevamente preocupada tal vez por mi incomodidad.
Yo negué con mi cabeza y le sonreí levemente, caminando de vuelta a casa de Ally.

Camila: Lauren.. -me detuvo a medio camino.- ¿Qué sucede?.

-¿Mañana me vas a ignorar, verdad?. En la escuela... harás como que no existo para ti.

Hablé cabizbaja, sintiéndome estúpida por la pregunta, porque era obvio que lo haría. Yo no era nada en esa escuela, que mala reputación se tendría al estar conmigo.

Camila: ¿Sabes?. -sonrió y acarició mi barbilla para que la mirara.- Mañana les mostraré a todos, y créeme que a todos, que eres la persona a la que amo más que nada en esta vida. Te besaré frente a todos, y ellos sentirán envidia de mi, porque te tengo. Tengo a una chica perfecta.

-Camila..

Camila: Todos van a saber que es contigo con quien quiero estar. Lo gritaré tan fuerte que se escuchará hasta la luna, e incluso la misma luna de sentirá celosa.

Ella decía todo de manera sencilla que me traspasaba confianza, y sus palabras me hacían sentir tan bien.
La abracé por la cintura y oculté mi cabeza entre su cuello, llenando mis pulmones de su delicioso aroma.

Camila: Quiero que confíes en mi, porque no mereces a alguien tan cobarde. -besó mi mejilla.- Te amo, y voy a demostrarlo, cueste lo que cueste.

Asentí y suspiré esperanzada porque no estaba segura de todo lo que decía y prometía, ¿Quién me aseguraba que ella decía la verdad?, yo podría creerle y todo, pero como dicen.. cuando uno se enamora, es cegado.

Dangerous Addiction. «Camren»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora