Dangerous Addiction. «Camren»

Capitulo 45.

Capitulo 45.

*POV Lauren*.

Salí del baño de la escuela y cubrí mi cuello con la camisa. Queriendo que los moretones no se notaran ni por accidente, y es que eran muchos y muy grandes.
En estos momentos quería regañar a Camila, pero también debía pensar en que ella podría tener, al igual que yo, todo su cuello con chupetones, por lo cual, no podía hacer nada porque estábamos en igualdad de condiciones.

Caminé hacia mi casillero y cogí mis cuadernos y libros para la primera clase del día, pero dejé caer estos al ser sorprendida por mi mejor amiga.

Lucy: ¡Pero que salvajes fueron anoche!. -dijo al ver mi cuello.- Diablos.. y yo creí que Camila era la pasiva.

-Cállate, Lucy.

Rogué mirando a mi alrededor para saber si alguien había escuchado lo que ella, prácticamente, había gritado. Cogí mis libros y cuadernos, levantándome y dándole una mirada enojada, esperando que dijera algo, pero simplemente se rió, llevando su mano a mi cuello y tocando con sumo cuidado, pero a pesar de esto, me dolieron de igual manera.

Lucy: ¿Te duelen?.

-Sí, un poco, pero no es nada.

Ella rodó sus ojos y volvió a reír cuando vio hacia mis espaldas. Cuando me volteé vi a mi novia caminar hacia mi cubriendo su rostro, al parecer algo avergonzada.
Venía con un abrigo que podía cubrirle todo el cuello, y supe que venía con el mismo problema que el mío.

Camila: Mi mamá casi me mata, amor.

Dijo abrazándome y escondiendo su cabeza entre mi cuello, besando con ternura y cuidado cada uno de los moretones que ella misma había hecho.
Reí y besé la coronilla de su cabeza, abrazándola con fuerza, pero no lo suficiente como para hacerle daño.

Camila: ¿Te duelen?.

-No mucho. -sonreí y acaricié los suyos con la yema de mis dedos.- Cúbretelos, ¿si?.

Camila: No. -dijo con un precioso mohín.- Quiero que todos los vean. Así que..

Comenzó a arreglar el cuello de mi camisa para que todos los moretones fueron visibles para las personas.
Al principio me negué, pero fui totalmente convencida, como muchas otras veces, por sus pequeños besos y abrazos.

Lucy: De acuerdo, mucho amor por aquí. -se burló con una sonrisa.- Me voy a clases.

-Adiós.

Le sonreí de vuelta y vi como se iba a su clase.
Camila me abrazó por el cuello y suspiró, acariciando mi mejilla con su nariz, esto siendo increíblemente tierno para mi, por lo que llevé mi mano a su mejilla y alcé su rostro. Juntando nuestros labios y formando un beso dulce y lento. Fue bonito hasta que la voz de Veronica se escuchó tras de nosotras.

Vero: Lindas marcas, chicas.

Camila: Ya vámonos, ¿si?.

Tomó mi mano y casi me arrastró por el pasillo, pero para mi mala suerte, Veronica nos fue siguiendo porque a ella le tocaba la misma clase que a nosotras.

Vero: Aw.. -rió con burla.- Ya comenzó la etapa de esclava, Jauregui.

Me volteé para enfrentarla porque, como siempre, había conseguido fastidiarme.
La rabia de que ella siempre tenga algo que decirme y que realmente funcione para molestarme, estaba en su tope.

Camila: Lauren, ya vámonos.

Apreté con fuerza mi quijada y la obedecí, yendo con ella hacia nuestro salón, pero como supuse que iba a ser, Veronica no nos dejó irnos, por el simple hecho de que ella siempre tenía que ganar cada vez que me provocaba.

Vero: ¡No me des la espalda, imbécil!.

Y con eso, me pateó el tobillo que tenía lesionado por ella misma.
El dolor fue tan intenso que solo grité y me dejé caer al suelo, soltando la mano de Camila para que ella no cayera conmigo.
Llevé mi mano a mi tobillo y cerré mis ojos con fuerza, queriendo que el dolor se fuera lo más pronto posible, pero pareciera que si lo seguía deseando el dolor se volvía más y más intenso.

xx: ¡Veronica!. -escuché gritar, pero al tener mis ojos cerrados no supe quién era.- ¡A mi oficina, ahora!.

Vero: Hola mami.

Abrí mis ojos y vi a mi novia a mi lado, mirando a Veronica con una furia que nunca había visto.
Las lagrimas comenzaron a caer por mis ojos y no podía hacer otra cosa que no fuera quejarme por el dolor.

xx: ¿Lauren, estás bien?.

Me preguntó la directora, y yo solo negué con mi cabeza, sintiendo como Camila acariciaba mi cabeza, tratando de que dejara de llorar.
La mujer se arrodilló a mi lado y sujetó mi cabeza, examinándome ligeramente.

xx: ¿Puedes levantarte?.

-No.. no lo sé.

Camila: Inténtalo, ¿si?.

Asentí y rodeé con uno de mis brazos a Camila por el cuello, mientras que con el otro rodeaba a la señora Iglesias.
Ellas me ayudaron a levantarme, lo que fue una maldita tortura para mi, puesto que el dolor se volvía más insoportable en tanto movía mi pie al menos un milímetro.

Camila besó mi mejilla y quitó con cuidado mi brazo de su alrededor, yendo con pasos firmes hacia su ex novia, dándole una fuerte bofetada, que me dejó con el corazón en la garganta.
Todos quedaron en silencio, incluso la madre de Veronica, y al parecer eso hizo explotar a esta última, porque su rostro cambió a uno sonrojado y fruncido. Soltando una risa sarcástica se dirigió a la oficina de su madre, dándome un alivio increíble por no haberle hecho nada a Camila luego de la bofetada.

Camila: Ven, cariño. -se acercó a mi y me dio la espalda.- Sube a mi espalda, ¿si?.

Asentí y me subí a su espalda, rodeando mis brazos alrededor de su cuello, con cuidado de hacerle daño por los moretones que tenía.
Sollocé al sentir como mi tobillo palpitaba, y con cada palpitación el dolor se expandía por el resto de mi pierna, y en ese momento solo quería golpear a Veronica de una buena vez, porque ya no quería pasar por algo como esto nuevamente. De ser así, explotaría en algún momento.

xx: Perdona a mi hija, Lauren. -se disculpó caminando a nuestros lado, acompañándonos a enfermería.- Ella.. no está pasando unos buenos momentos.

Camila: Hace años que no está pasando por buenos momentos, señora Iglesias.

-Camz.

Traté de regañarla, pero mi tono de voz simplemente se escuchó lastimoso y forzoso.
La mujer asintió y caminó en dirección contraria, supongo que iba a su oficina. Pero no me sentí contenta con eso, porque lo mayor que podía imaginarme eran unas cuantas palabras para que Veronica dejara de hacer tales cosas, blah, blah, blah, y como la chica siempre se salía con la suya, nada iba a cambiar.

Entramos a enfermería y Camila me sentó en la camilla, dándose la media vuelta y recostándome en esta misma, sin mover demasiado mi tobillo.
Coloqué mi brazo sobre mis ojos, cubriéndolos para que ella no viera las lagrimas que caían por mis mejillas, pero sabía que ella no tardaría ni dos segundos en quitar mi brazo y secar mis lagrimas con su pulgar. La conocía muy bien, pero a veces, podía llegar a sorprenderme. Hace unos minutos por ejemplo, no pensé que sería capaz de darla una bofetada a Veronica, ni mucho menos frente a su madre.

Camila: Dime algo.

-Te amo.

Ella sonrió y acarició mi mejilla, viendo como la enfermera llegaba con una venda y una crema. Con eso supe que me iba hacer sufrir bastante, y en lo único que podía apoyarme para aliviar un poco el dolor, era en Camila. Apretar su pequeña mano ya me aliviaba gran parte del dolor, y eso era algo increíble, porque tenía la sensación de que ella podía espantar todo lo que podría llegar a hacerme daño. Pero también sabía que ella podía atraer esto mismo, y que todo recayera en mi.
Era prácticamente un juego, y yo debía ocupar muy bien mis cartas para no salir dañada.