Capitulo 17.

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Capitulo 17.

Salí de clases, sintiéndome feliz por ser la última clase del día, y sobre todo porque saldría con Lauren.
Guardé mis cosas en mi casillero y caminé hacia la salida, pero fui detenida por la voz de mi novia

Vero: ¿A dónde vas?. -me preguntó enojada.- Vamos a ir a mi casa.

-¿Qué?. -fruncí el ceño.- No, no puedo. Tengo que quedarme para hablar con un profesor.

Vero: Camila, por la mierda, ¿Es en serio?.

-Sí.

Dije con simpleza, esperando que se conformara con mi respuesta. Para mi era bastante valida.
Ella lamió sus labios y me miró desafiante, para luego caminar hacia la salida, dejando que mi respiración fluyera con normalidad. Pensé que iba a empujarme, darme una bofetada, o gritar alguna maldición, pero no lo hizo. Solo se fue.
Esperé que no quedara nadie en los pasillos para asomarme un poco y ver hacia el estacionamientos. No quedaban muchos autos, y lo mejor era que el de Veronica ya no estaba por ninguna parte, dejándome la oportunidad de salir al estacionamiento e ir a mi auto.
Vi una pequeña mancha en el parabrisas, el que comencé a limpiar con ayuda de mi camisa.

Grité cuando sentí que me abrazaban por la cintura y me hacían cosquillas sin cesar. Traté de alejar, a la obviamente era Lauren, para que detuviera sus cosquillas.

-Lau.. Lauren.. pa.. para.

Ella rió y besó la parte trasera de mi cabeza, deteniendo las cosquillas y solo abrazándome por la cintura.
Me volteé y le sonreí hasta que una voz rasposa se escuchó a un lado de nosotras.

Luis: Hm.. yo.. -nos miró a ambas, y Lauren dejó de abrazarme.- Haré una fiesta el viernes por la noche en mi casa. -rascó su nuca, incómodo.- Ambas están invitadas, y Lauren.. tus amigas están invitadas también.

Lauren: Hm.. gracias. Ahí estaremos.

Él se dio media vuelta y se fue.
Miré a Lauren regañándola con la mirada, pero ella solo alzó sus hombros con esa sonrisa aún en su rostro.

Nos subimos a mi auto y fui guiada por ella al que resultó ser un precioso parque. Estaba lejos de la ciudad lo que lo hacía más interesante.
Yo estaba cansada, por lo tanto terminé durmiéndome con mi cabeza sobre su regazo mientras ella leía, recargada contra el árbol, y acariciando mi mejilla con ternura.

*POV Lauren*.

Dejé mi libro a un lado, viendo como Camila se acomodaba sobre mi regazo para cerrar sus ojos. Habíamos llegado al parque hace a penas unos cinco minutos, y ella me mencionó que estaba algo cansada, porque su día había sido bastante agotador según por lo que me contó. Así que le dije que se acomodara y durmiera, a mi no me importaba con tal de estar con ella.

-Te ves hermosa.

Ella rió y levantó un poco su cabeza para besarme con ternura y delicadeza, tal vez sea cliché, pero sus labios encajaban perfectamente con los míos, y se movían volviéndome loca, dejándome con las ganas de morder sus labios, pero se alejó y volvió a acomodar su cabeza sobre mi regazo, mientras acariciaba mi pierna. Acaricié su cabeza hasta que se quedó dormida, y volví a coger mi libro.

Terminé un capitulo más, y miré a mi alrededor unos momentos, encontrando a un hombre que estaba vendiendo algodones de azúcar. Sabía que a Camila le encantaban, ¿Así que, por qué no comprarle uno?.

Le hice una seña con mi mano al hombre justo en el instante en el que miró hacia mi. Él se acercó con una sonrisa hasta nosotras.
Con mucho cuidado de no despertar a Camila que dormía profundamente, saqué unas cuantas monedas de mi bolsillo, entregándoselas al hombre mientras él me daba uno de los algodones.

-Gracias.

Él asintió y se fue con sus algodones lejos de nosotras.
No sabía qué hacer ahora, si despertarla ahora mismo o esperar a que se despertara. Decidí por la primera opción, porque necesita uno de sus besos justo ahora.

-Camz.. -acaricié su mejilla y sus labios.- Camz, mi amor. Despierta.

Ella refregó sus ojos un poco y los abrió, encontrándose con los míos de inmediato.

-Te compré algo, Camz..

Le mostré el algodón de azúcar, y sus ojos se iluminaron más de lo que ya estaban. Se levantó un poco y ahora se sentó en mi regazo, abrazándome por el cuello.

Camila: Aw.. -me besó la mejilla.- Eres una ternura, Lauren.

Le sonreí y le entregué su algodón, el que ella comenzó a comer con gusto.

Camila: ¡Eres tan dulce como el algodón de azúcar!.

-Camila.. -reí ante sus palabras.- Eso fue un asco.

Camila: Bueno, fue mi mayor esfuerzo.

Sonrió y acercó sus labios a los míos, yo besándola intensamente, sintiendo el dulce sabor de sus labios gracias al algodón.

Dangerous Addiction. «Camren»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora