Capitulo 51.

14.6K 856 126
                                    

Capitulo 51.

Había pasado una semana, y me encontraba sentada justo a su lado en la clase de Filosofía. He estado observándola de reojo por toda la clase y veo como su mano no deja de temblar, quizás por impaciencia, o para distraer un poco el dolor que estaba sintiendo. El que noté a penas se sentó por el grito que dejó escapar.
Tenía su mirada pegada a su cuaderno en blanco, demostrándome lo incómoda que se sentía a mi lado, y la entendía. Posiblemente quería huir lo mas rápido posible de mi, y no me extrañaría en lo absoluto.

Pude notar que su abdomen estaba vendado, puesto que la venda se asomaba un poco por debajo de su camisa, y que llevaba unas pastillas en su bolsillo. Se veía cansada, con su rostro pálido y oscuras media lunas bajo sus ojos, indicándome que no ha estado durmiendo correctamente, pero no podía decirle nada, porque no me encontraba en una posición de ser escuchada.

Cuando sonó el timbre para el almuerzo me quedé sentada, observando como Ally ayudaba a Lauren a levantarse mientras ella gemía de dolor, y cuando quise ayudar para al menos entregarle su bolso solo conseguí que me ignorara, esto logrando que una pequeña lagrima cayera por mi mejilla izquierda, siendo secada inmediatamente por el dorso de mi mano.
Ordené mis cuadernos y libros en mi bolso, saliendo del salón para ir directamente hacia mi casillero, nuevamente sintiendo las miradas sobre mí como las he estado sintiendo toda la semana. Sabía que era mi imaginación, pero se me hacía complicado creer en eso.

Caminé a la cafetería con la mirada en el suelo, y en vez de ir a buscar mi comida, preferí pasar por el medio de todas las mesas e ir al jardín, buscando un árbol algo alejado para sentarme contra él, abrazando mis piernas y dejando que las lagrimas cayeran con libertad, porque me sentía algo confiada de que no muchos se percatarían de que me encontraba llorando.
Estaba tan triste, tan impotente, tan arrepentida, y la mezcla de todos esos sentimientos me hacían sentir increíblemente miserable, y lo peor de todo era que no sabía cómo espantar esos sentimientos, siquiera sabía si existía alguna solución.
Miré mis manos, viendo como temblaban sin control, no pudiendo hacer más que colocarlas sobre mis ojos, para tratar de disminuir mi llanto.

Minutos después sentí como me abrazaron por la cintura. De inmediato sentí ese aroma que amaba. El de Lauren.
Quité las manos de mi rostro y la miré, rompiendo a llorar con más fuerza, situando lentamente mi cabeza sobre su hombro por si quería alejarse, lo que no hizo, esto dándome algo tranquilidad.
Situé una de mis manos sobre su cuello, tratando de averiguar si ella realmente estaba a mi lado. Cuando me aseguré de eso busqué su mano y entrelacé nuestros dedos. No quería que se alejara de mí.

-Lo siento tanto, mi amor.

Ella solo guardó silencio y comenzó a acariciar mi espalda de arriba abajo, tratando de tranquilizarme, lo que fue sirviendo de a poco. Disminuyendo mis sollozos y el temblor de mi cuerpo.

-Cometí un error, lo sé, y me está comiendo por dentro. -dije contra su oído.- Pero por favor, perdóname, Lauren.

Lauren: No puedo, Camila. -suspiró besando mi cabeza.- Me hiciste mucho daño, tanto emocional como físicamente.

-Pero..

Lauren: Pero nada. -volvió a suspirar.- Te amo, ¿sabes?. Te amo, y busco lo mejor para ambas, y es el estar alejadas.

-Fue un accidente, amor, de verdad lo fue. -levanté mi rostro y la miré.- Yo no quería que eso pasara, yo solo..

Lauren: Pero pasó, ¿Entiendes?, y ya no puedes arreglarlo. -besó mi frente y miró hacia el frente, evitando mi mirada.- Mientras estaba en el hospital estuve pensando mucho, y sé que no fue tu intención, pero tampoco piensas bien las cosas. Nunca lo haces. No te pido que cambies ni nada de eso, pero si hubieras pensado al menos lo que podía ocurrir si me jalabas del brazo aquel día, nada de esto hubiera pasado, y lo sabes. -asentí, completamente de acuerdo con lo que decía.- Estás acostumbrada a que todo salga como tu lo deseas, y la vida no es así, y esto espero te sirva como lección de lo que tus impulsos pueden llegar a causar.

-No quiero perderte.

Lauren: Pero ya lo hiciste, Camila. Y lo siento si te estás sintiendo tan mal en estos momentos, pero yo no puedo seguir, ¿De acuerdo?. Te lo dije en un principio y te lo repito ahora. Me enamoré de ti, ¿si?, y sigo enamorada de ti, pero no soy capaz de pasar por esto, porque ya he pasado por mucho sufrimiento en el transcurso de mi vida, te lo he dicho, y no quiero pasar por más. Mucho menos si tu causas aquel sufrimiento. Ya no puedo. Por eso es mejor que nos alejemos. Espero me entiendas.

Acarició mi mejilla ligeramente y me besó cortamente dejándome sin que yo pudiera reaccionar para al menos devolverle el beso.
Con mucho cuidado, y con unos gemidos de por medio, se levantó de mi lado y se fue, caminando lentamente a la cafetería, dejándome en claro el significado del beso que me acababa de dar. Había sido un beso de despedida, aquellos que nunca se quieren dar por miedo a perder a la persona que amas. Aquel beso que no volverás a sentir, aquel beso que extrañarás por quien sabe cuanto tiempo.

Me levanté rápidamente, casi tropezándome, y corrí hacia mi hermosa ojiverde. Colocándome frente a ella para evitar que continuara caminando, y juntando nuestros labios. Porque si era la última vez, quería recordarlo a la perfección, sin perderme ni el mas mínimo detalle.
Ella me lo correspondió solo por unos instantes, ya que al parecer se había arrepentido de besarme, pero la continué besando de la manera mas tierna y dulce posible para que el arrepentimiento se fuera de sus pensamientos.

Cuando corté el beso solo la abracé con cuidado, escondiendo mi cabeza entre su cuello. Sin hacer nada, solo respirando su aroma, y ella me lo permitió porque sabía cuánto lo necesitaba.
Estuve acariciando su cuello con mis pulgares, erizando su piel un par de veces, hasta que tocaron el timbre para entrar a clases. Ella queriendo alejarse, pero yo prohibiéndoselo, apegándola a mi cuerpo ligeramente.

-No te vayas..

Lauren: Camila, ya basta. -suspiró, quizás porque estaba actuando como estúpida.- Ya está, no hay nada que hacer. Ya basta, ¿De acuerdo?.

-Lauren..

Lauren: No. -dijo comenzando a enojarse, sujetando mis muñecas para que pudiera alejarse de mí.- Acepta las consecuencias de tus actos por una vez en tu vida. Enfrenta todo esto como la persona que eres, y no actúes como la Camila que has sido siempre, consiguiendo todo lo que quiere. -apretó su quijada.- Estás en la vida real. Acepta tus errores. Sal de ese caparazón de niña caprichosa, Camila. Crece de una maldita vez.

Bajé mi cabeza y asentí ligeramente, aceptando cada palabra que me había dicho, porque tenía toda la razón.
Estaba acostumbrada a que todo saliera como yo quería, puesto que nunca se me prohibió nada, y ahora se me dificultada mucho cambiar. Lo había intentado, y a pesar de eso.. solo conseguí que mi novia terminara conmigo.

Lauren: Cuídate, ¿si?. -suspiró, ya preparada para irse definitivamente.- Adiós, Camz.

Se volteó, caminando hacia dentro de la cafetería y perdiéndola de vista.
Llevé mi mano a mi boca, cubriéndola para no soltar un sollozo, pero estos se escaparon de igual manera, volviéndose ahogados y hasta dolorosos cuando pasaban por mi garganta.
Primera vez que me enamoraba y resultaba ser un verdadero desastre.

Dangerous Addiction. «Camren»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora