Capitulo 25.

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Ya han pasado una semana exactamente desde que trabajo en este restaurante y si es pesado estar parado caminando con tacones rojos por todos lados sin descanso. Ultimamente tengo la misma rutina y no hay nada nuevo, tampoco he cometido errores en esta semana que llevo en el trabajo, no tengo ningun nuevo amigo o amiga, debido a que cuando llegamos inmediatamente nos ponen a arreglar el lugar, para luego abrir, estar con clientes y cerrar. En el descanso no hay manera de socializar ya que no todos logran conseguir diez clientes. Incluso hubo una chica que termino descansando en la tarde.

Son las siete de la mañana y cuando entro al restaurante voy al area donde deben de estar todos. Muchos estan usando sus telefonos y otros conversando. Yo simplemente me limito a usar mi celular, hasta que de inmediato entra Candace y hacemos la misma rutina de siempre, hasta que es de noche y es hora de cerrar.

- ¡Permiso! -Grita Candace, haciendo que todos la miremos- El jefe quiere dar un comunicado.

De repente empiezan a murmurar y yo simplemente me limito a alzar una ceja en busqueda del jefe. Hasta que escucho pasos detras mio y miro hacia atras.

Es un hombre alto, fuerte, bien fornido, con cabello rubio y un poco largo recogido hacia atras, tiene una camisa blanca que le queda bien ajustado y unos pantalones de tela, mas unos zapatos de cuero. Sus ojos azules y su cara completamente seria, esos labios finos rojizos... Es demasiado sexy.

- Que hombre mas sexy se ve mejor en persona. -Murmura un chico al lado mio.

- ¿Quien es?. -Pregunto curiosa.

- ¿No sabes?, es uno de los hombres mas ricos de Paises bajos. Siempre esta en campañas politicas, tiene esta cadena de restaurantes, que es uno de los mas conocidos en Paises bajos, mas encima de que esta supuestamente empezando a introducir su cadena de restaurantes en Europa. Es uno de los hombres mas sexys, segun la revista Hot de Paises bajos. Tomas Jensen es rico y sexy.

- ¿Campañas politicas?

- ¡Si!, las campañas estan a punto de iniciar, son dentro de unos meses. Segun varias encuestas el sera el ganador.

- Buenas noches, damas y caballeros. Por si no me conocen soy Tomas Jensen, Jefe de este restaurante y de las demas. Les agradezco a todos por su arduo trabajo en esta semana, pero esta semana de observacion hemos observado que no todos tienen el potencial de seguir trabajando aqui. A continuacion dire varios apellidos y esos son los que se marcharan: Garza, Blom, Prims, Kramer, Van der Wal, Smeet, Mol, Stam y Blok. Se pueden retirar, pero antes que nada tienen que firmar un contrato que les otorgara Candace.

Las personas nombradas se van cabizbajo y yo me le quedo mirando al jefe. Por un segundo me mira a los ojos y nos quedamos mirando fijamente por unos segundos hasta que mira a otro lado.

- Los demas, se les agradece por dar su mayor esfuerzo y espero que continuen asi. Me gustaria que cada uno haga una fila hacia mi oficina y vayan entrando en orden.

El camina hacia un pasillo y nos adentramos, en el fondo hay una puerta y ahi se debe de ubicar la oficina del jefe ya que no hay mas puertas. El señor Jensen continua caminando y se para frente la puerta, mientras nos mira.

- Entre uno por uno.

Como soy la ultima de la fila, se que esto sera un poco largo para mi.

Primero entra un chico, luego una chica y asi continua. Hasta que me toca a mi. Entro a la oficina y es enorme, tiene una pecera, pinturas, una television, una cafetera, muebles, una chimenea falsa y una mesa de billar.

- Buenas noches, señorita...

- Brigitte Naaktgeboren.

- Apellido muy peculiar y poco conocido, me gusta. Es agradable para el oido.

- Gracias. -Digo con una sonrisa- Aunque el suyo es muy conocido.

- Ah, ¿usted cree?.

- Si, soy nueva en Paises Bajos. Como no soy de aqui, recientemente lo conozco. -

El me mira a los ojos y asiente con la cabeza.

- Bueno, pues me presento: Soy Tomas Jansen, su jefe y de todas las sucursales. Tambien me postulo como regidor, ¿y usted?.

- Me gustaria votar por usted, pero no lo conozco muy bien. -Doblo un poco el cuello y el mira mi cuello por un segundo y luego la vuelve a posar en mis ojos.

- A mi me gustaria conocerla bien por igual para invitarla a salir, pero no la conozco muy bien.

- Mi nombre es Brigitte, nacida aqui en Amsterdam, pero mis padres se mudaron cuando era pequeña y ahora es que vuelvo nuevamente, pase veintidos años de mi juventud en otro lugar.

- ¿Tiene veintidos?

- Veintitres para ser exactos.

- Yo tengo treinta años, nos llevamos una gran cantidad.

- Si, Señor Jensen.

- Digame Tomas.

- De acuerdo, Tomas.

- Brigitte, la traje aqui para dos cosas: Que firme un contrato de confidencialidad y que acepte salir conmigo un dia libre.

Me pasa unas cinco hojas y luego lo miro.

- ¿Simplemente acerca de confidencialidad? -Digo con una ceja alzada.

- Si.

- Bueno, me gustaria tomar cinco minutos de su tiempo para leer este contrato bien, ya que me gusta pensar antes de dar respuestas.

- Le otorgo diez, asi piensa sobre nuestra salida. -Dice con una sonrisa.

- De acuerdo. -Le devuelvo la sonrisa.

Empiezo a leer el contrato, cada linea y literalmente habla sobre confidencialidad, pero hay un detalle que aparece y es que si infiltro informacion clasificada me entrego completamente a la empresa y ellos podran hacer lo que quieran conmigo.

Ja, como si eso va a pasar.

Firmo el contrato luego de pasar un largo rato leyendo cada linea del contrato.

- ¿No quiere quejarse ante nada?

- La verdad no, a menos que en el contrato diga que no puedo salir con mi jefe, por que si es asi me sentire mal.

El suelta una risa y pasa su mano por su cabello rubio.

- ¿Entonces acepta una cita conmigo?

- Acepto, pero a cambio me gustaria confidencialidad. No me gustaria que piensen que salgo por usted por otros beneficios.

- Estoy de acuerdo. -Asiente con una sonrisa.

Sus manos se posicionan a las mias y les da un beso.

- Espero que nos conozcamos.

Asiento con una sonrisa y me levanto del asiento.

- Me gustaria llevarla a su hogar.

- ¿No esta ocupado?

- Para usted nunca.

Juguemos a mentir +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora