Capitulo 67.

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Al llegar al castillo hay un enorme revuelo, en el cual todo el mundo se encuentra desubicado con todo. Ya Azrael nos dijo donde se encuentra Oscar, pero ahora debe Zale entrar a una reunión para dar autorización y buscar más razones y pistas. Ya como reina debo empezar a firmar papeles y ejercer mi papel. Entro a mi despacho y veo que ya me trasladaron todos los papes, empiezo a leer los papeles y observar cuáles debo firmar. Me mantengo leyendo papeles tras papeles y firmas tras firmas. Es increíble la cantidad de personas que solicitan a Zale y a mi. Creí que el papel de la reina era estar bonita, tal parece que no es así.

Tocan la puerta de la entrada.

- Reina, disculpe. - Abre la puerta una chica joven- Varias personas ubican al rey. Quiere que escuches su veredicto.

- ¿Para que?

- Hay temas en el clan.

Suelto un suspiro y me paro para ir a escuchar a las personas del clan. Camino siguiendo a la chica y entro al área. Hay muchas personas, esto me tomara un tiempo. Siento que el tiempo pasa mucho y muy lento. Los casos que llegan son de asesinato, invitaciones personales, bendiciones o algún inconveniente con las personas del clan.

En el fondo escucho a una persona susurrar cosas negativas de mi.

- Es increíble que alguien del pelo rojo esté sentado ahí.

- Si... Es un asco esto aquí.
   
Sus palabras dan vueltas en mi mente. Me levanto observando al grupo de mujeres.

- Estoy cansada, me retiro. - Digo en voz alta.

- ¿Por qué? Aún hay personas esperando. - Dice la señora que está mucho más adelante de ellas.

- Debido a que no aceptaré que me falten el respeto a mi, a mi esposo y a nuestro clan. Si no saben respetar, no encuentro la razón por la que nos encontremos aquí.

- ¡Reina, disculpe mi palabras! - Dice una de las chicas.

- Aceptaré la disculpa evitando llevarla a la ahorca. - Sonrío y salgo del salón. - Si me disculpan, tengo cosas que hacer.

Camino rápidamente hacia el despacho debido a que quiero acabar con todo.

- Mi reina, se ve hermosa hoy.

Miro a mi espalda y es Zale con una sonrisa.

- ¡Zale! - Voy corriendo y lo abrazo.

- Te equivocas querida, mi nombre es Adrián. - Se ríe- Nos casamos hace unos días, incluso hasta conmigo conviviste en la luna de miel y ni así me identificas. Me ofendes, dulce esposa.

- Perdón, los identifico más por la ropa.

- A veces creo que prefieres a Zale.

- Los amo a ustedes, sin importar nada. - Le doy un beso en los labios.

Le agarro de la mano y me mira fijamente. Estar con él es relajante, sin importar la personalidad me siento tranquila completamente. Me siento completamente feliz ser la señora Kriller.

- Te ves hermosa con ese vestido. -Susurra Adrián.

Miro fijamente a Adrián y el me guiña un ojo. Me alzó un poco para recibir un beso casto, pero realmente con Adrián uno no puede dar simplemente un beso. Siento como su mano se posa en mis hombros y empieza a acariciarme suavemente, sus suaves labios se sienten complementos de los míos. Empiezo a tocarlo igualmente, sentir su cuerpo con el mío me calienta cada segundo un poco más.

Sus manos pasan a mis pechos y me siento electrificante debido a su tacto. Esta sensación electrificante y caliente está en todo mi cuerpo, anhelo más.

Juguemos a mentir +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora