Capitulo 30.

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Dure meses anhelando ver a Zale nuevamente, pero creo que no estoy preparada. No quiero estar aqui con el y menos con Tomas aqui, no quiero. 

Recordar a Zale me hace recordar a Lisbeth y todo lo que tuve que pasar por Jim. Pero ver a Zale me hace sentir comoda ya que gracias a el pude levantarme un poco. Zale esta un poco mas fuerte, esos brazos marcan bastante apesar de que lleva una camisa manga larga, su cabello extrañamente blanco y largo, sus ojos estan negros mirandome fijamente, sus labios rosados que han pasado por mi cuerpo, esa camisa blanca en el reluce.  

No se que hay alrededor, pero mi mente se activa al sentir el como las manos de Tomas se separan de mi. 

- ... Espero que se sientan a gusto. -Dice seriamente Tomas. El toma asiento y yo lo hago al lado de el.

Zale esta en el otro extremo. Completamente lejos de mi.

En la mesa se encuentra un chico joven flaco de aproximadamente diecinueve años o tal vez menos, tiene cabello negro un poco largo y ojos negros completamente, es demasiado bonito y tiene una camisa blanca por igual. El chico esta sentado al lado de la chica que debe de tener unos veinte años, tiene cabello negro, ojos azules y un bello vestido ajustado, manga larga y suelto en la cintura hacia abajo color blanco, su cabello esta suelto levemente rizados en la puntas y su maquillaje es natural. Al lado de la chica se encuentra Zale y aun sostiene la mirada en mi. Luego se encuentra un hombre corpulento, de cabello blanco, ojos azules y completamente blanco. Tiene mucho parecido con Zale, demasiado diria yo, la diferencia es que las cejas de Zale son negras y las de él son blancas, pero no hay nada mas. 

- Nosotros somos los Kriller. Mi hijo mayor Zale. -Señala a Zale- Mi otro hijo Azrael. -Señala al chico- Y la prometida de mi hijo Zale, Jessica.

Prometida. 

Ese enfasis se mantiene en mi mente. 

Tenemos un año sin vernos y ya tiene prometida. Es interesante. Mientras el estaba buscando novia, yo pase meses de terapia, meses de arduo trabajo recuperandome mentalmente, meses buscandolo para finalmente encontrarlo con una prometida. Sin duda alguna no se si hablarle o alejarme sin decirle nada. 

Creo que seria lo mejor, asi es feliz con su prometida. 

No debo de interrumpir. 

Veo mis manos temblando lentamente y suelto un suspiro. 

Una camarera se acerca y toma el pedido de todos.

- Yo quiero unas papas a la crema con pechuga. -Dice Zale.- Mucha pechuga por favor. -Carraspea un poco- Y Vodka por favor para acompañar.

Yo se que me esta mirando atentamente, pero no lo mirare. Sin duda no, se que si lo miro puede que llore. Se que pide vodka por que la primera vez que pasamos mucho tiempo junto y nos embriagamos juntos e incluso dormimos juntos. No recuerdo nada de esa noche desde el dia de hoy, pero se que ese dia disfrute bastante.

- ¿Usted señorita? -Me pregunta la camarera.

- Ensalada coleslaw con pechuga de pollo, de bebida agua mineral por favor. -Le digo a la chica con una sonrisa. 

Ella se retira y yo me quedo mirando a un cuadro negro que por cierto no se ve nada ya que todo esta oscuro completamente. Tomas esta hablando con el señor y no hay mas personas en este lugar. Me levanto de la mesa lentamente para que no sientan que me levante y susurro un "disculpen". 

Camino hacia el baño que al parecer queda al otro extremo y entro al de las damas. Es hermoso, al parecer el area prohibida es mas llamativo y exclusivo. El baño es enorme, repleto de espejos y con lavamanos de plata y una especie de cristal incrustada de decoracion. 

Juguemos a mentir +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora