Juguemos a mentir +21

Epilogo.

Me mantengo viendo el sol que ilumina el lugar, las plantas, las flores frescas y el sol son mis acompañantes en las aventuras de todos los fines de semana. Las lágrimas recorren mis mejillas mientras veo las frías lápidas. El viento intenta secar mis lágrimas, pero el viento no es más rápido que mis lágrimas.

- Reina, el deber la llama. Es hora de dar los juicios.

Asiento con la cabeza y bajo la pequeña colina a pie. Han pasado diez años del suceso y sigue siendo igual de triste. Lo bueno es que nada malo a sucedido y mi pequeña familia ya estará bien.

Al llegar a casa donde me esperan con los carruajes, viene mi hija corriendo hacia donde mi para abrazarme y probablemente hablarme de que aprendió hoy.

Afrodita me abraza y me mira con esos hermosos ojos azules y sus pestañas largas, su sonrisa es encantadora e ilumina cada camino oscuro.

- Mami, ¡Alex no quiere prestarme su bicicleta!

- Pero tienes una. -le devuelvo la sonrisa.

- Pero la de él es más grande. -Me hace unos ojitos tiernos.

Me agacho para estar de su tamaño y le doy un beso en la frente.

- Tienes que entender que aun no sabes montar bicicleta, pero le puedes decir que te enseñe.

- ¡¿ENSERIO MAMI?!

- Si.

Afrodita sale corriendo y veo como su pelo rojo largo se mueve junto con el viento. Me levanto y camino hacia el área judicial.

- Reina, según informaciones: Azrael vendrá a las oraciones de hoy, al igual que Minerva. Hades acaba de llegar y Afrodita...

- Si, lo se. Esa mujer debe estar de compras. -Suelto una risa. - Infórmame cuando Azrael venga.

Llego al área judicial y veo a muchas personas para que les de su sentencia. ¿Por qué tantas personas amenazan al clan?

Me siento en mi puesto y traen al primer hombre.

- Este señor cometió homicidio a su esposa, violo a sus cinco hijas y solo una logró sobrevivir la cual fue la que hizo la denuncia. -Me susurra mi ayudante-

El señor únicamente me mira con una sonrisa.

- Eso es espléndido, señor. -Digo en voz alta para que me escuche. - Qué prefiere señor, ¿comerse su pene o simplemente que lo desangremos?

El señor se ríe mientras me mira.

- Mejor ambos. Córtenle el pene, que esté erecto preferiblemente, luego cósanlo para que se lo coma y si no quiere que lo haga a las fuerzas, cuando se coma cada detalle, ábranle la herida y mátenlo. Siguiente.

Entra una mujer completamente delgada y esta tiene la cabeza agachada.

- Asesino a su esposo, según la mujer lo hizo accidental, pero ella...

Levantó mi mano para que haga silencio.

- ¿Qué sucedió? -Alzó la voz para que la señora me mire.

- Mi esposo me golpeaba y yo... -Se pone a llorar.

- ¿Es cierto?

- Presentó golpes en algunas áreas de su cuerpo, pero según investigaciones es falso. Le preguntamos a los vecinos y nunca escucharon gritos ni nada similar.

- Investiguen más a fondo a familiares, amigos y vecinos. Alguien debe hablar.

- Hablamos con familiares del señor y...