Capítulo 1

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Alessia:

Miro el boleto y confirmo que estoy en el asiento correcto. Al comprobarlo me siento y suelto un suspiro.

Miro por la ventanilla y pienso en todo lo que he pasado hasta llegar aquí. Me prometo que este va a ser un nuevo comienzo, lejos de las personas que solo me han hecho daño y me traen malos recuerdos. Veo como el avión despega alejándome de el país que me vio nacer, y lo único que voy a extrañar es estar cerca de mi abuela. Pero sé que va a encontrar el tiempo para vernos, ella y mi hermano son mi único apoyo.

Recuesto mi cabeza a la ventanilla viendo como a unos asientos del mío unos padres rien con el que parece ser su hijo y esbozo un sonrisa triste. Definitivamente a mis padres no los voy a hechar de menos, hace mucho que ya no los siento como mi familia... no despúes de lo que pasó.

(...........)

Aproximadamente dos horas después, salgo junto a los demás pasajeros y voy a recoger mi equipaje. Voy caminando por la salida con mis maletas en mano cuando lo veo a lo lejos, así que apresuro el paso. Al entrar en su campo de visión, con una gran sonrisa abre los brazos en una invitación silenciosa. Suelto todo lo que llevo en las manos y sin importarme las personas a mi alrededor me lanzo a sus brazos. Me envuelve en ellos gustoso e incluso me alza del suelo dándonos una vuelta en el lugar. Cuando por fin me suelta ambos sonreimos y él me da un beso en la mejilla.

Alessandro D'angelo, sigue igual de atractivo que la última vez que lo ví, eso sí, se ve más maduro, pero de todas maneras no aparenta tener veintiocho años. Sus ojos azules iguales a los mios me examinan de arriba a bajo, ya hacía un año que no nos veíamos en persona . Me soríe y me hace dar una vuelta sobre mi misma, trayendome una sonrisa a los labios.

-¿ Pero quién eres tú y dónde esta mi hermanita pequeña?.

- Creció .-le digo y recojo mis maletas de donde las dejé, pero no pasan mucho tiempo en mis manos ya que él la toma por mi -¿Y tú que tal, todavía soltero?.

- Sabes que yo soy un alma libre. No te preocupes, sigues siendo la niña de mis ojos-lo sigo hasta el aparcamiento donde nos acercamos a su auto, yo me siento en el asiento de copiloto mientras el guarda mis maletas.

- ¿Cómo te va en el trabajo? - le pregunto cuado sube y pone en marcha el auto, conduciendo por las calles de Berlín, mi nuevo hogar.

- Bien, sabes que soy el mejor en lo que hago, y espero que tú lo seas igual cuando te gradues y empieces a trabajar junto a mí- ruedo los ojos con gracia.

- Tú siempre tan modesto.

- Y ujmm - suspiro porque se que va a tocar algún tema delicado -¿ sigues yendo al psicólogo?, ¿ necesitas que te buesque uno por aquí? .Tengo algunos contactos...-lo interrumpo antes que siga.

-No te preocupes, dejé de ir hace unos meses .- suspiro ruidosamente - Se puede decir que ya lo superé -digo aunque sé que estaré marcada toda la vida, no es algo que simplemente pueda olvidar. Pero ahora puedo vivir con ello sin tenerlo en mi mente en todo momento.

- Bueno, ¿estás lista para empezar en la Universidad ?- dice cambiando de tema, sabe que no me gusta hablar de ello.

- Nací lista - digo con una sonrisa y a él tambien se le forma una .

- Lo sé, no te imaginas lo orgulloso que estoy de ti .- me mira por un momento mientras el semáforo está en rojo. Sé que lo dice de verdad. Yo solo asiento, luego él vuelve la vista hacia la carretera torciendo sus labios en una mueca graciosa . - Tendré que estar vigilando a todos los idiotas que te ronden .

- Sabes que puedo defenderme solita - digo y es verdad. Después de lo que pasó, tomé clases de defensa personal y me sé algunos truquitos.

Seguimos hablando de vanalidades hasta que llegamos a su casa.

Alessia (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora