CAPITULÓ VEINTISÉIS TEMPORADA DOS

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Yamasakura se levantó de su cama para así recibir al señor Tsubasa que llevaba un ramo de flores e iba vestido como siempre.

–¿Como está señor Tsubasa?—Yamasakura se acercó y lo abrazó.

—Muy bien mi ángel, hace unos días me dieron de alta y estoy muy bien.

—Me alegro señor Tsubasa—Sonrio Yamasakura.—Pero dígame qué lo trae por aquí ¿Le pasó algo?

—No, vine a verte, no nos vemos desde qué pasó el incidente.

—Oh si, tienes razón.—Sonrio algo desanimada Yamasakura.

—Pero cuéntame, qué tal ha ido todo. No pude venir a visitarte después de salir del hospital.

—No se preocupe señor Tsubasa, ya estoy mejor... supongo.

Yamasakura miraba hacia la ventana el atardecer, la habitación se sentía fría, no quería admitirlo pero quería ver a Shinichiro, abrazarlo y nunca soltarlo, pero tal vez el se había ido, después de oír que el dejo todo a nombre de Yamato y de ella no le quedaba duda de que el cumpliría lo que ella le pidió.

Tsubasa miró a Yamasakura que tenía la mirada triste, tenía que hablar con ella.

—Yamasakura... tal vez ahora sepa que es lo que estás sintiendo y yo quiero contarte una pequeña historia.

Yamasakura volteó y miró fijamente para prestarle.

(Aquí comienza algunas escenas de los recuerdos de Tsubasa, cuando tenga un "" es un recuerdo de él)

—Hace muchos años conocí a la madre de Jade, ella era una mujer hermosa, rebelde y liberal, yo era un chico tranquilo con una fascinación por la ingeniería, la
Conocí por una cita a ciegas, mis amigos insistían que debía salir con alguien en vez de estar en el trabaj0, así que me organizaron una cita y es ahí cuando la conocí.

Al principio ella me enamoró, su forma de ser y vestir eran encantadores, ante mis ojos era la mujer más bella de todo el mundo. Nos hicimos novios y vivimos cada momento hermoso, hasta que nos casamos, tuvimos a Jade, todo era maravilloso hasta que ella empezó a trabajar en una agencia de modelaje.

Ella me engañó con un fotógrafo de esa agencia, me enteré cuando la vi salir de su auto, ella me miró y su rostro no cambió nada, me encontraba ahí parado con jade en mis brazos.

Discutimos, nos gritamos, sentía que mi corazón se rompería y no aguantaría más así que ella solo fue a la habitación y agarro sus cosas.

—"¿Donde vas Amy?

—No puedo quedarme aquí Tsubasa, yo... no te mereces esto, es mejor que me vaya."

Ella salió de la habitación y se fue, se fue con todo y el amor que yo sentía por ella, sabía que mi rabia seguía conmigo pero mi amor por ella seguía y sabía que jamás me la quitaría.

Durante los años que pasaron me dediqué a cuidar de Jade, trabajaba y solo llegaba a casa a trabajar hasta que un día un sobre llegó en el correspondencia, la abrirlo había dinero y una carta, vi que era la letra de Amy donde decía que ese dinero era para los gastos de Jade.

En ese momento quería romper la carta y quemar ese dinero pero pensé en Jade y mejor guarde ese dinero y la carta la guarde, pasaron las semanas y unas colegas del trabajo insistían en ir a un bar a tomar unos tragos, Jade tenia ya nueve años y todos esos años la pasaba con ella, así que accedí para relajarme un poco.

Al llegar ahí no era el bar que imaginaba si no un centro nocturno, chicas bailando por todos lados que igual servían copas de hombres que le arrojaban billetes, esa noche la vi.

Tenía un labial rojo, un traje exótico y una medías que resaltaban sus piernas, veía cómo estaba sentada en las piernas de una hombre obeso, la mirada de ella era incómoda cuando el hombre se volteaba, en cómo se acercaba para besarla y ella se aguantaba su asco, hasta que ella me vio.

Sus ojos se iluminaron como la primera vez que nos vimos, aún seguía hermosa y en ese momento sentí mi corazón palpitar, sabía que aún la seguía amando como el día que la conocí.

Ella se levantó del hombre y se fue corriendo, yo fui tras ella, no sabía por qué razón la seguía pero necesitaba verla y hablar con ella, hasta que un guardia no me dejó pasar, casi me golpeaba y me sacaba pero ella salió a mi rescate.

"—Conoces a este tipo, Amy.

—Si, es mi...—Ella me miró y dudo en decirlo pero después alzo la mirada.—Es mi esposo"

Fue así como me dejaron pasar y ella me sostuvo en sus brazos, en ese momento sentí su aroma, era dulce como lo recordaba. Entramos a su habitación y recuerdo que era pequeño y solo tenía pocas cosas, la miré a ella y se veía algo avergonzada, no pude avistarlo, por más que lo intente no pude, me acerque a ella y la abracé.

Ella lloraba, sentía como le apretaba en el abrazo, su llanto me alivió, sabía que estaba con ella ya, mi corazón lo confirmó en ese momento, la amaba y la
Amaría por siempre, ella era la dueña de mi corazón.

"—Perdóname Tsubasa, perdóname.

—Amy, Amy de mi Vida, te tengo por fin en mi brazos."

Lo único que pude hacer era abrazarla, debía aprovecharlo ahora que por fin la había encontrado después de tantos años, tenía al amor de mi vida de vuelta.

Pasaron algunas horas y poco a poco ella me platicaba todo lo que le había pasado en todos los años los años que no nos vimos, hasta que una noche ella murió.

Su cuerpo fue encontrando en un baño de hotel, la habían asesinado y yo no pude hacer nada por ella, si tan solo la hubiera detenido esa noche y hablado con ella, tal vez ahora hubiera sido diferente. Si hubiera aprendido a perdonar después de esa carta, tal vez ella seguiría viva, pero no, ella se fue y yo no pude decirle lo mucho que la seguía amando.

Lo último que escuché de ella fue

"—Me alegra que hayas cuidado bien de nuestra pequeña, era un buen padre"

Esa fuera la última sonrisa que le vi en su rostro, era como si volviera a verla en nuestra primera cita, hasta el día de hoy no he superado su muerte, sigo esperando el momento para irme junto con ella y así poder decirle cuánto la amo en otra vida.

Si tiene algunas palabras mal escritas, perdooon. No puedo escribir bien por mis uñas;(

We fell in love in October  // Shinichiro Sano X OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora