CAPITULO CUARENTA Y TRES TEMP. DOS

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—No, Yamasakura. No así cariño, yo, yo quiero hacer las cosas bien contigo, no así. Yo quiero que vayamos bien que tú y yo estemos bien por nuestro hijo y por ti.—Agarro sus manos y le dio beso.—Quiero arreglar todo pero no así, quiero ir a terapias y arreglar aunque sea un poco de nuestro matrimonio y poder resolver todo por qué te amo, no quiero terminar todo aún pero quiero hacer las cosas bien, por ti y por Yamato.

—Si, perdón. Yo... perdón es solo que...

—Créeme que igual quería besarte desde el momento que te vi pero quiero hacer las cosas bien.

—Si, tienes razón yo lo hice por impulso pero... tienes razón hay que tomar terapias y todo.–Asentó con la cabeza y puso su mirada en un lado. Shinichiro la abrazó y le dio de nuevo un beso en los labios

—Me di cuenta de muchas cosas desde que te fuiste de mi vida, nada ha sido igual. Eres mi otra mitad Yamasakura, que todas tus palabras eran correctas, entendía bien tu enojo y no quería que esto siguiera igual, Yamasakura Te amo, te amo más que a mi vida y estoy tan arrepentido de todo que ahora yo quiero hacer todo para sanar y que solo sean cicatrices, quiero estar de verdad contigo.

Yamasakura solo escuchaba y ocultaba su rostro en el pecho de Shinichiro mientras un nudo en la garganta se formó.—Te extrañe tanto.

—Yo igual te extrañe mucho, mucho, mucho.—Shinichiro beso su cabeza y la abrazaba.

Extrañaba su olor a margaritas, su cabello laceó y su forma de respirar. Era un echo que la extrañaba que durante su ausencia Shinichiro bebía y fumaba, su abuelo estaba tan preocupado por el que era en ese tiempo que Shinichiro no contestaba el teléfono. Su abuelo se había encargado de ayudarlo y recapacitar, iba con psicólogos y buscó ayuda por la bebida, se enfocó más en el taller y cuando iba Yamato el pasaba todo el tiempo con el. Su lista de clientes aumentaron y su taller se hizo popular por la reparación y el servicio.

Había planeado ir a ver a Yamasakura, todas las noches pensaba que decirle cuando la viera después de muchos meses. Hasta que su abuelo lo ayudaba a escoger las mejores palabras para hablarle, escribía en cuadernos las cosas que quería decir y lo que sentía, era parte de su terapia y cada hoja era dedicado a Yamasakura y su pequeño Yamato. Iba de vez en cuando a su casa para limpiar y ponerle mantenimiento para que no se dañara nada. Alimentaba el perro que siempre estaba con Mikey y más con Draken, se lo llevaban a sus paseos de pandilla.

Hasta que llegó el día en que Shinichiro iría a ver a Yamasakura, su abuelo le deseo buena suerte y el se marchó. Al llegar a la casa vio que todo estaba muy lindo justo como al gusto de ella, Shinichiro se acercó a la puerta y tocó, pensaba que su pequeño abriría pero no, era la chica que le ponía los pelos de punta y se encontraba más linda que nunca, con su coleta y pies descalzo, justo como andaba en sus días libres en su casa.
Sus ojos avellanas y su piel que olía a bloqueador de coco o vainilla.

Sentía nervios, se veía tan linda ante sus ojos que quería lanzarse sobre ella y desnudarla para hacerla suya, pero recordó todo lo que había planeado y se aguantó las ganas.

Pero ahora que la tenía en sus brazos y había probado sus labios que lo habían tentado quería seguir hasta el punto de arrancarle la ropa pero reaccionó, no quería aprovecharse sin antes hacer todo para que vaya bien. Quería hacer las cosas bien y con ella, no quería divorciarse y si ella lo decidía tenía que aceptarlo ya que no podía ponerse a la defensiva si ella no quería, el le juro a ella que jamás la obligaría a algo que no quisiera y aún seguía esa promesa.


Seguía abrazadola hasta que ella se separó y lo miró, le sonrió y le dio un beso en la mejilla.—Me iré a dormir Shinichiro.

Shinichiro asentó con la cabeza y le sonrió.—Descansa Yamasakura.

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⏰ Última actualización: Sep 05, 2022 ⏰

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We fell in love in October  // Shinichiro Sano X OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora