CAPITULO TREINTA Y OCHO TEMPORADA DOS

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Yamasakura tomó el teléfono y miró al hombre para después contestar.—Shinichiro, perdón es que vine a cenar, pero te pasó a Yamato.

Shinichiro suspiró.—Si, perdón por interrumpir jaja.—Río falsamente.

Yamasakura le había dado el móvil a Yamato mientras el se sentaba en un escalón para hablar con su padre, lucia feliz y una sonrisa se le formaba cada vez que el le llamaba, en todos los cuatro meses que habían pasado después de la separación, todo iba de muy buena forma aunque era difícil para todos pero poco a poco las cosas iban mejorando.

—Perdón Johan por venir a interrumpir tu jornada.—Hablo apena Yamasakura.

—No te preocupes, Aslan me mencionó que ibas a venir para el mantenimiento de la cabaña, iré en unos días antes de que haga frío y la calefacción empeore.

—Si, perdón por la molestia.

—No, descuida. Aslan es mi hermano y pues a él le caes muy bien así que debes ser muy importante para el y mi ex cuñada Hanae.—Sonrio el chico.

Johan era el hermano menor de Aslan, el era un chico de espíritu libre que se negó al echo de seguir la descendencia de doctores de su familia, el quería viajar por el mundo y vivir su vida con otro ojos, Aslan desde pequeño le indicaron que el debería de seguir los pasos de toda su familia de doctores, así que para proteger a su hermano menor complació a su padre de convertirse en el presidente del hospital para que su hermano fuera feliz.

—Entonces la rana saltó alto.—Balbuceaba Yamato.

—Debió estar muy grande esa rana.—Río Shinichiro.—Bueno mi Niño papá tiene que cerrar el taller para ir con el abuelo.

La mirada de Yamato cambio, odiaba estas partes de las llamadas donde tenía que despedirse de su padre.—Papá quiero ir con el abuelo, ¿cuánto tiempo más estaremos de viaje?

Shinichiro se había quedado callado, no sabía exactamente qué respóndele al pequeño.—Bueno... mamá aún quiere descansar y ella necesita pasar más tiempo contigo bebé.

—Pero yo te extraño.—Empezaron a salir sus lagrimas.

—Yo igual te extraño... te extraño mucho.—La voz de Shinichiro se le quebraba.

Yamasakura escuchó el llanto de Yamato y fue hacia el, el pequeño tenía las mejillas rosadas al igual que su nariz y ojos, sus pequeñas manos temblaban y su respiración se agitaba.

—Mamá ya no quiero mas vacaciones.—Decía entre llantos el pequeño.—Quiero a papá, al abuelo y al tío Takeomi.

—Escucha mi amor...—Hablo Shinichiro.—Hablaré con mamá para que podamos vernos pronto, para tu fiesta de cumpleaños que se acerca pronto y estarán todos tus tíos, hasta el tío Takeomi.

Los ojos del pequeño se iluminaron de repente.—Habrá pastel de fresas y también globos, estará tu amigo Shing y también el Tío Aslan, la tía Joly y la Tía Hanae, todos estaremos en tu fiesta mi pequeño.

—¡De verdad papi!—Salto de alegría El Niño.

—Si, pero tienes que portarte bien y ayudar a mami, cuidarla y hacerle compañía, ¿Harías eso por mi?

—¡Si papá!

—Entonces está decidido.—Río Shinichiro.

Yamasakura solo miraba como el fácilmente tranquilizaba a Yamato, ella aveces podía pero Yamato necesitaba mucho de Shinichiro, pasaba mucho tiempo con el cuando estaba más bebé y cuando lloraba Shinichiro lo cargaba para tranquilizar y sus llantos se calmaban.

Al llegar a casa después de la pequeña cena con Johan, Yamasakura acosto a dormir a Yamato que desde antes había caído rendido en el auto, en la sona donde vivían era acogedora y el ambiente era algo tranquilo, Yamasakura se había acostumbrado pero Yamato no, el quería estar de nuevo en su hogar en Shibuya, extrañaba a Shinichiro y a todos los que lo acompañaban en sus aventuras.
Yamasakura igual extraplana mucho a todos y al principio extrañaba demasiado a Shinichiro, pasaban días y sabía ella que lo extrañaba tanto que cada vez que hablaba por teléfono con Yamato se sentía aliviada en escuchar su voz, lo amaba, eso era verdad, no podía reemplazar tan fácilmente el amor que sentía por el, desde joven sintió un chispa que no había sentido con nadie, su corazón palpitaba en solo recordar a Shinichiro cuando estaban jóvenes, el cabello peinado extrañamente y sus ojos que le daban confianza a todos los de BD, era el chico que mas amo en el mundo que no podía evitar suspirar al verlo y enamorarse cada vez de él.














La música de rock alternativo sonaba en el pequeño toca disco, Shinichiro solía escuchar muchas bandas mientras limpiaba piezas o cuando mecía a Yamato para dormir mientras el veía las piezas de las motocicletas, recordaba cuando le ponía canciones a Yamato cuando estaba recién nacido y el solo se mantenía en la mecedora mientras el hacía su trabajo, sonaba Soda Stereo y el pequeño solo escuchaba la voz de Gustavo, Shinichiro observaba cómo el pequeño miraba al rededor mientras la música sonaba en todo el lugar que cada vez que podía tomaba fotos o videos para recuerdos.

Shinichiro sonreía cada vez que recordaba esos momentos con Yamato, donde estaba ran pequeño que no entendía nada de lo que decía las canciones pero le gustaba el ritmo de Soda Stereo cuando tocaba "En la ciudad de la furia"

Eran momentos en donde el podía transmitir cada uno de sus sentimientos que reprimía y quería transmitir a sus hermanos pequeños pero ahora podía hacerlo con una persona que era exactamente igual a él y mejor aún, era su pequeño hijo.

Al colgar el teléfono Shinichiro se abrazó con sus piernas y suspiro, "Yamasakura están con alguien más" pensó, ahora comprendía en su corazón lo que Yamasakura sentía cuando el no atendía las llamadas y sabía ella que estaba con alguien más pero no le importo, seguía ahí preparándole exquisita comida para tan solo hacerle feliz.

"Demonios"se dijo así mismo Shinichiro, se sentía furiosos por todo lo que su cabeza recordaba, ahora sabía que la vida le regresaba todo lo que sufrió Yamasakura, pero el estaba dispuesto a pagar todo por lo que sufrió su pequeño hijo y el amor de su vida por su ambición y engaño que estaría dispuesto a soportar cualquier cosas que la vida le ponga.









—¡Mamá!—Grito Yamato al ver que sus manos estaba totalmente limpias.—Mira.

Dijo alegremente el pequeño mostrándole la manos aún mojadas.—Que bien Cariño, tus manitas están tan limpias.

Sonrió Yamasakura.—¡Si! ¡Ahora papá regresara!

El rostro de Yamasakura cambió al escuchar lo que dijo Yamato, Shinichiro le había dicho que si lavaba bien sus manos iría lo más pronto posible y eso pasó hace un mes pero su pequeño hijo aún tenía la esperanza de que su padre cruzara la puerta cuando lavaba sus manos.

—¡Papá vendrá!—Decía alegremente el pequeño.

Yamasakura no quería seguir mintiéndole a su pequeño hijo así que se acercó a él y lo abrazó tratando de pensar en cómo explicarle que eso fue un mentirá para que se lavara las manos.
Yamasakura miró sus manitas de Yamato limpias para depues acariciarlo y mirarlo fijamente.

—Cariño, papá... el.

Los ojos de Yamato se iluminaron mostrando una enorme sonrisa para después salir corriendo hacia la puerta.

—¡Papá está aquí!



VOTEN❤️ Y COMENTEN💭

Perdón bebés por no actualizar, acabo de entrar a la escuelita y pues me ha dejado agotada y más por que mis perros apenas los estilicé y fue un martirio pero ya estoy de vuelta y trataré de actualizar.

Las amo y voten por favor, me ayuda mucho a seguir al igual que comenten💓💓💓💓

We fell in love in October  // Shinichiro Sano X OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora