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Se apresuró a subir al elevador y presionó el botón. Al abrirse las puertas se lanzó sobre Evan, quien la esperó como acordó. Sus labios se fundieron en un beso lleno de pasión contenida por mucho tiempo. Por un momento guardó la esperanza de que sí podía ganar los juegos. Él la abrazó, la apretó contra sí y escondió su rostro en el cuello de la chica—. Vamos a la azotea.

—¿Seguro?

—Es una hermosa vista.

—¿Y si esperamos a que anochezca?

—Tú ganas, hay que asearnos para cenar.

—Vale, te veo en el comedor— ella le besó la mejilla antes de ir a su recámara.

Los telespectadores no pueden ver las sesiones privadas, así que televisarán los resultados, los Vigilantes anuncian la clasificación de cada jugador, lo que le da a la audiencia un punto de partida para las apuestas que continuarán durante todos los juegos. El número, una cifra entre uno y doce, donde el uno es terriblemente malo y el doce extraordinario, representando así lo prometedor que es el tributo. La nota no garantiza quién ganará, solo es el potencial del tributo durante los entrenamientos. Esa clasificación puede ayudar o perjudicar a un tributo en la búsqueda de patrocinadores. Kiara llamó a la puerta de los jóvenes, estos se apresuraron a salir, ambos estaban nerviosos.

—¿Y bien? ¿Qué tal lo han hecho hoy? — dudó Taxon sirviendo sopa para todos.

—Creo que da igual— dijo Evan.

—Oh, vamos, estoy segura de que lo hiciste bien.

—No tanto como tú.

—Tortolitos— Kiara chasqueó los dedos.

—Creo que tendré una mala puntuación.

—Solo debes preocuparte si es muy buena— dijo Ginebra—. Nadie presta la atención a las bajas o mediocres.

—Tal vez creen que esconden sus habilidades para la arena— dijo Taxon.

—Recuerden que muchos usan esa estrategia— dijo Kiara—. Vamos, coman, ya casi empieza el programa.

—Al menos casi no te dejas caer una pesa en el pie— murmuró Evan de nuevo, Blair soltó una carcajada.

Todos cenaron de forma apresurada, a los tributos les carcomía saber su puntuación, mientras los mentores querían saber cómo formarían su estrategia a partir de los resultados. Ya tenían varias ideas en mente, solo era cuestión de ponerlas en práctica. En la televisión, al igual que las sesiones, primero los varones, luego las mujeres. Enseñaban la fotografía del tributo y su nota debajo. Como de costumbre, los Profesionales siempre obtienen entre diez y ocho, ya no era sorpresa que el resto estuviera por debajo de la marca establecida por ellos. Primero Evan, obteniendo un diez, seguido de Blair, quien también obtuvo un diez. Kiara soltó un chillido de emoción y destapó la champaña.

—¡Lo han logrado! — gritó Ginebra agitando los brazos, Taxon abrazó a ambos tributos, aún no caían en cuenta.

—¡Lo has logrado!

—No, tú lo has logrado.

—No puedo creerlo— exclamó.

—Debiste hacer algo increíble.

—¿Yo? A ti también te dieron la súper calificación...

—Tortolitos— Kiara interrumpió a Evan—. ¿Qué hicieron allá adentro?

—Dibujé mi nombre en la pared— dijo Evan.

—Con armas, también el número de mi distrito.

—Tallado en la pared.

—Con razón había una manta tapando una parte en la pared.

—¿Se pusieron de acuerdo? — se sorprendió Taxon.

—No, bueno, él me dijo que mi nombre era bonito, así que barajee esa frase en mi mente hasta que me llamaron— dijo Blair algo apenada.

—Se me ocurrió de último momento— dijo Evan—. No tenemos un don especial, así que debíamos resaltar. No sabía si lo ibas a entender.

—Me costó al inicio.

—Bueno, ya deberían dormir— dijo Kiara—. Mañana es un gran día y los necesito descansados.

—La llevaré a su cuarto— dijo Evan extendiendo la mano a Blair, quien reverenció al resto antes de dejarse conducir al elevador para llegar a la azotea.

—Es muy bonita la vista— sonrió Blair al disfrutar del panorama, con todos esos colores y luces, al parecer el Capitolio nunca dormía.

—Por fin, solos.

—¿De qué querías hablar?

—Está todo bien.

—Fue tu insistencia que viniéramos acá.

—Solo quería estar a solas contigo.

—Estaremos bien— dijo Blair colgándose de su cuello, se movían con lentitud en su mismo sitio—. Nuestra alianza seguirá en pie si nos mantenemos lejos el uno del otro, así no tendremos que matarnos.

—Prometo vengar tu muerte...

—Y yo la tuya— susurró cerca de sus labios, ella cortó la nula distancia entre los dos.

—Ya lo dijeron nuestros mentores, si vendemos la química entre los dos, podremos torcer las reglas.

—No quiero albergar falsas esperanzas— sollozó haciendo que el beso se volviera salado.

—Blair, te juro que te devolveré a casa.

—No quiero estar ahí si no estás conmigo.

—Cuando ganes, podrás irte al 4.

—Si tú ganas, podrías vivir en el Capitolio.

—Prométeme que no me vas a olvidar.

—¿Ahora tiras todo por la borda?

—Bueno, no me puedo arrojar al vacío— Evan intentó reírse para evitar llorar.

Los 69 juegos del hambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora