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Cuando por fin llegaron, un paracaídas aterrizó cerca de Blair, primero vio a su compañera y luego al regalo, alternó la vista entre uno y otro antes de abrirlo, un costal para dormir, era obvio que las noches serían un infierno ahí, así que su mentor se lo mandó, leyó una nota donde la felicitaba por su hazaña. Se lo extendió a Sandy y esta negó un momento, luego le dedicó cierta mirada que la hizo ceder. La del 10 se acomodó dentro y cerró los ojos, aunque aún no se dormía.

—¡Esto va por ti! — gritó al cielo alzando el cuchillo en alto. Luego cayó de rodillas y lloró en silencio hasta que el escudo de Panem apareció en la oscura noche. Diez muertos en total y respiró con alivio cuando Evan no apareció entre ellos.

—Está vivo.

—Creí que dormías.

—Alguien hace mucho ruido.

—Lo lamento.

—Está bien, me preocuparía no oír nada.

—Aunque es probable que les haya dado nuestra ubicación.

—Hoy murieron diez, nos dejarán en paz un rato.

—Bueno, ve a dormir.

Blair se entumeció en una sola posición, así que se puso en pie y comenzó a dar vueltas, cerca de donde sabía que permanecía su compañera. Cuando empezaba el alba, se escucharon dos cañonazos. Eso las puso en alerta, Sandy tomó la piedra y Blair desenvainó el cuchillo, más nadie se acercó, el aerodeslizador que sacaba los cuerpos de los tributos yacía muy lejos. Blair avanzó un poco y se echó para atrás al ver una serpiente, le clavó en cuchillo en la cabeza, pero esta seguía removiéndose, tomó una piedra y contó mentalmente hasta tres, retiró el cuchillo y la acribilló a golpes hasta que dejó de moverse.

—¿Estás bien?

—Tenemos comida— le sonrió al enseñarle la serpiente. Un segundo paracaídas cayó a sus pies.

—Se nota que te aman.

—Oh, vamos, también puedes disfrutar de ellos.

—No me despertaste.

—Te veías tan cómoda.

—¿Segura que no estás cansada?

—Segura, tomé un poco de agua.

—Bueno, ábrelo ya.

—Es una lupa— sonrió—. Ginebra se sorprendió de que me haya aliado contigo.

—¿Por qué?

—Le dije que no quería aliados.

—¿Por qué?

—El Distrito 2 ha mostrado mucho interés en mí por eso cerramos la puerta.

—Te caen mal los del 2, como cualquiera— se encogió de hombros—. ¿Por qué una lupa?

—Para cocinar— le volvió a sonreír.

—Ya, enserio.

—Haré fuego con la lupa, si algo sucede, todavía podemos romperla para usar el vidrio como arma.

—Pero te cortarías la mano en el proceso.

—Unas por otras.

—Espera.

—Lo sé, tendríamos que montar guardia.

—Sería darles nuestra ubicación.

—Tú lo cocinarás, no tiene que quedar estilo Capitolio, mientras sea comestible.

—Luego correremos tan lejos como sea posible.

—O esperar a que lleguen los demás.

—No tenemos espadas o tridentes para derrotarlos.

—Algo se me ocurrirá, ¿empezamos?

Sandy tomó la lupa y la serpiente descabezada. Tardaron muy poco en crear las primeras chispas. Comenzó a soplar para alimentarlas y se convirtieran en fuego. Blair no dejaba de ver a su alrededor, atenta a cualquier anormalidad que se presentara. Sandy empezó a asar la serpiente., dándole un par de vueltas para que se cocinara en total. Luego, dos figuras masculinas se aproximaban hasta ellas, no era humo suficiente, así que ya iban hacia ellas.

—Ese cuchillo no será suficiente— murmuró Sandy.

—Ten la mochila, guárdala y prepárate para correr— Blair sacó el cuchillo, uno de ellos iba en su dirección, mientras parecía que el otro las emboscaría por otro lado.

—¡Blair! — gritó el de la izquierda mientras se aproximaba.

—Agáchate— empujó a Sandy al suelo y estiró la mano para atrapar el hacha. En eso, Evan giró sobre sí para ir a patear al tributo que se les aproximaba, este se levantó enseguida y comenzó a darse de puños con Evan, luego cayó al suelo, su compañero de Distrito lo sujetó de los brazos y con su pie al pecho lo mantenía erguido, fue cuando Blair atacó—. ¡Ah! — lanzó de nuevo el hacha, pero se cortó el brazo en el proceso y cayó de espaldas tratando de contener la hemorragia. El hacha giró hasta clavarse en la cabeza del tributo y el cañonazo sonó.

Los 69 juegos del hambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora