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—Reina del Bosque.

—¡Rey del Mar! — corrió a sus brazos.

—Me alegra verte.

—Gracias por mandar el cuerpo de Helena.

—Merecía un entierro digno.

—Enserio, gracias— Finnick le acarició la mejilla mientras una lágrima bajaba por ella.

—Vamos a un lugar privado— la tomó de la mano.

—¿Ya le pediste matrimonio?

—No, apenas le pedí que fuera mi novia.

—La vida es muy corta, aprovéchalo.

—Claro que sí, estamos bien.

—Creí que la traerías.

—No, quedó muy mal tras la Victoria.

—Supe que cancelaste la fiesta en el Capitolio.

—No podría traerla de nuevo.

—¿Está recibiendo ayuda?

—Se hace lo que se puede.

—Llama si necesitas ayuda, prometo contestar.

—¿Y tú? ¿Prometes no descuidarte?

—Sí— titubeó un momento.

—No debiste venir— habló cuando llegaron a la terraza, aún no había siquiera Agentes, Vigilantes ni élite.

—Quiero demostrarle a Snow que no podrá conmigo.

—¿Tienes un plan?

—Creí que tú tendrías uno.

—El mismo hasta ahora, todos los secretos que me ayuden.

—Sigo juntando dinero para comprar la libertad de los padres de Taxon, esperemos que no los hayan movido de sitio; si le quito la única arma que tiene contra nosotros, podremos atacar.

—Baja la voz.

—¿Estás conmigo?

—Eso ni dudarlo, cariño.

—Te daré las otras direcciones que me dejó mi hermana, este es el único momento que podemos pasear por la casa sin llamar la atención.

—Ten mucho cuidado con eso.

—Eso debería decirte yo.

—Creo que hay que informar a Ginebra, por lo menos.

—No, no sería prudente.

—No puedo buscarlos solos.

—Pero no estarás solo, niño— se anunció Glimmer.

—Rubia.

—Castaña— puntualizó la recién llegada.

—Eres más rubia que yo, deja de molestar al niño bonito, no te lo comas— se burló Blair.

—Yo considero que sí deberías decirle a Ginebra— dijo Gloss.

—¿Decirme qué?

—¿Prometes no decirle a tu esposo? — inquirió Mags entrando detrás de ella.

—En la salud y en la enfermedad, si esperan que guarde el secreto, debe ser importante.

—Creemos que sabemos la ubicación de los padres de Taxon— dijo Blair.

—¿Y por qué no me dijeron antes? Taxón debe saberlo, ¿por qué no los rescataron antes? — Ginebra no cabía del coraje, estaba en verdad molesta.

—Helena los vio, solo seguimos sus pistas.

—Lo siento por tu esposa— vio a Finnick—, pero debimos esforzarnos más en sacarla de la arena.

—Todos pensamos lo mismo— dijo Glimmer.

—Taxon se va a enterar, indiscutiblemente— dijo Ginebra.

—Esperemos que sea cuando hayamos recuperado a sus padres— dijo Finnick.

—¿Cuál es el plan? —inquirió la rubia.

Los 69 juegos del hambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora