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—Eso le cerrará la boca.

—¿Podrías dejar de provocarla? Ya tendrás la Arena para torturarla y matarla.

—Somos mejores que ella y...

—Y tu obsesión por el Sinsajo hará que llames la atención y no de buena manera.

—Tú debiste ser el rostro de la Rebelión.

—Ya lo soy, cariño; si hace algo mal, soy capaz de matarla y a todo el panel.

—Ceaser podrá borrar su sonrisa del rostro, ahora nosotros somos los favoritos de Panem.

—Siempre lo hemos sido— besó la mejilla de su novia.

—Haremos una fortuna— Gloss corrió a cargar a la castaña y esta se rio.

—Debemos irnos.

—Las iremos a ver.

—Déjenme presentarles a Seeder y Chaff— el afroamericano besó a Katniss y ella se desencajó mientras los demás se reían.

—Él es muy amigable— dijo Haymitch—. No lo inviten a su casa, beberá todo su licor. Los veré pronto. Vamos a quitarles ese maquillaje y hablaremos de los demás Tributos.

—Estos Tributos están locos.

—No todos, él es un buen tipo. Sigamos— entraron al elevador, seguidos de Blair y Johanna. La castaña sonrió y la neófita torció los ojos.

—Se ven fabulosos.

—Gracias.

—Su estilista es un idiota al creer que se verían mejor que nosotros solo por hacerlos ir en llamas, otra vez. Ni siquiera tiene un plus.

—Mason.

—Distrito 7, leñadores, árboles. Ustedes tampoco lo han hecho mejor.

—Creo que no fuiste al mismo desfile que yo— espetó al desenredarse el cabello mientras Blair disfrutaba de la vista con los sensuales movimientos de su novia—, porque todos los patrocinadores se acercaron a mis mentoras, ¿o no, Haymitch? — se quitó las pulseras y las dejó caer—. ¿O qué opinas, Chica en Llamas? Ahora que todo el mundo quiere acostarse contigo.

—No creo que todo el mundo...

—No todo gira en torno a ti.

—Bien.

—¿Me ayudas? — era un entero transparente a excepción del torso que simulaba un traje de baño de una pieza con un escote de corazón.

—Sí— Peeta se encogió de hombros y Katniss no podía torcer más el rostro. Johanna comenzó a quitarse todo el traje y a andar desnuda, le guiñó el ojo a Haymitch.

—Gracias, hay que hacerlo de nuevo otro día— y salió del elevador.

—¿Por qué no le pones una correa a tu perra?

—La que tiene cara de perro es otra— sonrió con suficiencia—. Si no sabes divertirte como una Vencedora, te hubieras comido tus bayas— le entregó una bolsita de terciopelo, besó a Haymitch y salió.

—Gracias a ti— canturreó el susodicho.

—Vaya, parece que ya están preparados— sonrió Brutus.

—¿Y qué haces en nuestro piso? — Blair puso cara de asco.

—Los hermanos Cashmere organizaron una orgía para ganar fondos. Es el Vasallaje de los Veinticinco, este año todo es el triple de caro desde la primera ronda.

—¿Los Mentores también están invitados?

—¿Entonces sí vienen?

Y, en efecto, eran unas de esas salas con sillones y hamacas para hacerlo divertido e interesante, con un tubo para bailar, lencería comestible, todo tipo de utilería para sesión de sumisión, incluso navajas y armas de fuego, varas de electroshock y macanas. La sala estaba a oscuras, iluminada por luces led, había diez ventanales cercando el recinto, del otro lado había gente, aunque el cristal era de doble vista: ellos se reflejaban cual espejo y los del otro lado los veían claramente. Había un contador para cada Distrito, las pujas empezaban con diez mil unidades y, dependiendo de qué también lo hacían, la suma se elevaba. Los participantes eran Mentores y Tributos del Distrito 1, 2, 4, 7, 8 y 10. Chaff, Mags y Haymitch no participaron, Mags cuidaría de Annie. Si el Presidente Snow lo sabía o no, lo dejó pasar, seguro los Agentes de la Paz también pujaron.

Los 69 juegos del hambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora