Y comenzaba la sensación de deja vu. Ya había vivido ese día, ya lo había llorado, ya lo había sufrido. Pero esto era diferente, se trataba de su pequeña, rápidamente se puso de pie para darse una ducha. Finnick investigó entre sus conocidos, sus influencias, llevarían a Elena y la mezclarían entre la gente de su edad, mas no fue a buscarla, se mantendría en abstinencia hasta que supiera que estaban a salvo. Gloss le dijo que prepararían una urna repleta con el nombre de su hermana, le deseó buena suerte y dijo que conversaría su trato cuando se vieran en el Capitolio.
—¿Estás lista?
—No.
—Tengo una estrategia para la arena...
—Yo también, Taxon, pero no quiero hablar de eso ahora.
—Es mejor hacerlo ahora, estaremos muy vigilados en el tren y más en el Capitolio.
—Conseguí aliados, Finnick aseguró que sus tributos cuidarán de Elena todo lo posible.
—Las alianzas no siempre son lo mejor— dijo Taxon subiendo la cremallera de su vestido.
—Esperemos que esto salga bien— dijo Balir calzando sus sandalias—. Sobrevivamos a la cosecha.
Ya era costumbre, debían ser los primeros en el lugar, subir a la tarima, el alcalde los saludaban. Obviamente, Taxon Turner y Ginebra Gate entraron juntos, haciendo su aclamada entrada imperial para que todos vieran que habían crecido luego de sus Juegos, pero seguían siendo ellos, gente del Distrito que amaba su hogar; su ropa iba en tonos café, haciendo juego entre el pantalón de ambos y la camisa de cada uno. Enseguida llegó Blair Herlic, con un vestido corto, poco arriba de la rodilla, de vuelo en color beige, de un solo tirante grueso y con flores que enmarcaban esa parte. Los otros vencedores parecían ajenos a sí, por la edad.
—Llegó el momento de arrepentirse— dijo el alcalde.
—Primero las damas— Kiara trataba de que no se le cortara la voz, porque todos estaban enterados de la situación que rodeaba a la nueva vencedora—. Elena Herlic.
Y el tiempo se detuvo, Blair seguía con la mirada perdida, era la primera vez que la veía desde que las separaron, los gritos de su pequeña, su desesperación y miedo reflejado en el rostro, cómo asesinó a sus padres para protegerlos. Cuando dormía, veía a su madre sin entender qué pasaba, en cierto modo le reconfortaba saber que su padre no la odió por ello, la impulsó a hacerlo con un simple gesto. Su hermana no se movía de su sitio, los Agentes de la Paz estaban listos para hacerla avanzar, por las malas, cuando Ginebra bajó a prisa y corrió a interponerse entre ellos. La joven se colgó de su brazo y la condujo hasta el escenario para que tomara su puesto y Blair no le dirigió la mirada en ningún momento, a pesar de que la pequeña suplicaba.
—Estás a salvo— susurró Taxon sin cerciorarse si la joven lo había escuchado o no.
—Ahora, los hombres— intentó canturrear mientras revolvía un poco las papeletas, pero su cara reflejaba desconcierto—. Nicholas Vincenzo.
El joven rápidamente subió a tomar su respectivo lugar en la tarima, a lado de la pequeña. Los tributos esperaron a que el alcalde terminara de decir las mismas acostumbradas y aburridas palabras, donde ya no captaba la atención de sus espectadores. Los tributos oficializaron el momento estrechándose las manos, pero nadie aplaudió. Fueron conducidos al Palacio de Justicia para que cada uno tuviera su momento de despedirse de sus familiares, pero los Agentes de la Paz decidieron apresurar la salida, porque ninguno fue visitado. Taxón le dio un último beso a su esposa antes de marchar de la estación.
—¿Dónde está?
—Al final— susurró Kiara.
—Discúlpame con los chicos, voy en un momento— dijo Blair. Tocó a la puerta antes de entrar.
—Estás aquí— sollozó al colgarse de su hermana.
—No me iré jamás— susurró mientras la aferraba.
—Fue horrible.
—¿Dónde te tuvieron?
—En un calabozo, no sé cómo llegué ahí, no supe en qué momento dejamos el 7, intentaban ahogarme, hasta que destruía la tina, pero descubrí algo...
—Elena, no. No es momento... Creí que había perdido el emblema.
—Ginebra me lo dio cuando comimos juntos, creyeron que al conservarlo te enviaban un mensaje.
—No me apegué a él.
—Pero dicen que las declaraciones en tus entrevistas surgen efecto por todo Panem.
—¿De qué estás hablando?
—Encontré a los padres de Taxon, o eso creo, se parecen tanto a él.
—¿Estás segura?
—Eso creo.
—Debo hablar con él, aséate y nos vemos afuera.
—Sí— pero no la soltaba.
—Taxon.
—Este es un infiltrado del Capitolio.
—Lo sé, pero no lo menciones en voz alta— espetó Blair antes de jalarlo a su camarote—. Estoy segura que del 2, pero aún no tengo las pruebas suficientes, Gloss me dijo que no han contratado a nadie de su club de entrenamiento.
—¿Tienes contacto con los Cashmere?
—No me grites. Por mi hermana venderé el alma al diablo y te consta. Ahora, hicimos un trato, ya lo comentó Finnick: los Profesionales tendrán la tarea de cazar a mi hermana, los del 4 serán aliados y por lo menos conseguí que el 1 no la persiga, ¿eso a quién nos deja?
—A Enobaria le gusta la sangre.
—La bebe como si fuera vino, pero no la puedo llamar vampiro en público porque se supone que somos cordiales.
—Entonces tienes un plan.
—Tú arma la estrategia, yo cerraré los tratos con los patrocinadores y conseguiré más dinero.
—Tenemos un límite.
—No me interesa, puedo usar los contactos de Finnick para que ellos lo sigan gastando por nosotros. Snow se metió donde no debía al involucrar a mi hermana.
—Es peligroso decir eso en voz alta, lo sabes.
—Pero todos los Distritos estamos de acuerdo en eso.
—No vas a incitar una rebelión.
—¿Por qué no?
—Porque tu cabeza colgará de una pica antes de que te des cuenta y tu hermana quedará sola.
—¡Pero no desamparada! ¡Los tendría a ustedes, a los padres de Evan!
—¡No entiendes el alcance de tus palabras! ¡Los peligros que eso implica!
—Dime que no quieres hacer esto conmigo, lo entenderé, pero no me pidas que desista de esto, justo ahora que he movido pieza.
—No lo haré, tienes un compromiso con tu público, solo hazlo con cuidado.
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Los 69 juegos del hambre
FanfictionBlair acababa de cumplir sus 18 años, significaba que sería el último año en que su nombre estaría en la urna de cristal, ya no podría contar con el "beneficio" de que su nombre se repitiera algunas veces más. ¿Qué podría salir mal? Ahora debe empre...