46

35 3 0
                                    

—No me veas.

—No te rompes.

—¿Cómo puedes estar tan tranquila? — dejó de verse en el espejo y la encaró furiosa, lanzaba fuego por los ojos y Blair se destanteó en su sitio—. Te violaron entre tres, yo vi las sábanas manchadas de sangre y no vaginal, lloraste y te doblaste, Finnick no te podía mover, Gloss tenía que ayudarlo y tú gritabas cuando te cambiaban de posición.

—Estoy acostumbrada, tengo un trato con los hermanos Cashmere, sexo en la gira de la victoria y durante los juegos para darme dinero y patrocinadores. Sí, son bruscos, pero la paga se triplica y yo tengo reglas, si yo digo "basta", se deben detener; sino la ira de Taxon y Finnick será poca, sin contar con que Finnick tiene en su bolsillo a los mejores.

—Tienes moretones en todo el cuerpo, tus piernas y espalda sangraron.

—Debíamos hacer eso para que pareciera que de verdad me lastimaban.

—¿No te dolió?

—Mucho.

—¿Y qué haces ahí parada, viéndome? Deberías estar descansando.

—Me preocupas, acabas de perder a tus padres. ¿No te dolió?

—Esa imagen no se me borrará de la mente.

—Snow te castigó por mi culpa, sabe que yo bajé por ti a la Arena.

—Eso ya lo sabías y decidiste correr el riesgo.

—Esperaba que me castigara, no que te involucrara.

—El daño está hecho, hay que aprender a vivir con ello.

—No te sientas mal por sentir, es válido, debes llorar a tus muertos.

—No vienes a acompañarme en mi dolor.

—Lo hago.

—¿Qué quieres?

—Te voy a habilitar la habitación, te quedarás aquí, por tu seguridad, por tu bienestar.

—Volviste a tu casa, ¿o no? ¿Por qué yo no podría? ¿Acaso me crees débil?

—Yo nunca dije eso.

—Entonces no te metas en mi camino.

Johanna salió tomando una chaqueta y se fue echa una fiera hacia su casa en la Aldea de los Vencedores. Blair suspiró con pesadez, volvió a su pieza y se desplomó en la cama. Faltaban un par de semanas todavía para la Gira de la Victoria y estaba pensando seriamente si debía acompañarla o no. Su madre le dio un té para calmar los nervios, la castaña también había estado llorando ese par de días, supuso que era la culpa y el dolor por no tener a su hermana y por lo que sucedió en el Capitolio. Durmió todo el día, a la mañana siguiente, volvió al bosque con hacha en manos, pero terminaría golpeando el árbol con sus puños.

Y el día llegó, desde el Distrito 12 hasta el 1, la enorme fiesta ofrecida en la Mansión del Presidente Snow, el 7 se quedaría al final. Blair ayudaba a Kiara con los vestuarios para cada visita. Casi no se dirigían la palabra, luego de que la estilista terminara su trabajo, Blair le acomodaba el cabello luego de ponerle la tiara ensangrentada y le sonreía en señal de aprobación. La sangre seca daba un poco de escalofríos. Johanna creía que era su sello, así como el de ella los tonos verdes, a la nueva vencedora no le gustaba que su mentora hallase abrazado de ese modo al Distrito.

—Mi borracha favorita.

—Significa que ya no eres el rey— correspondió el abrazo.

—Llevo tu edad en esto y no me vas a ganar ahora.

—Eso está por verse— fue el saludo que se dieron los mentores.

Saldrían por la mañana, quizá a medio día hacia el 11, así que Blair se quedó en casa de Haymitch mientras Taxon, Ginebra y Johanna se quedaron en el ala que les preparaban a las visitas en la casa del alcalde. Johanna murmuró a su mentora que no le parecía correcto, mientras ella aseguraba que era amigos, ya había estrechado lazos y quizá lo convencía de hacer una entrevista juntos. La verdad era que Blair y Haymitch bebieron juntos, se presentaron a la cena, él sí se tambaleaba, ella se controlaba un poco más. Se sentaron juntas y la castaña le acarició la mano, fue la única interacción que tuvieron en toda la velada.

—¿Sí te das cuenta que no deja de voltear?

—Obviamente.

—No me uses para darle celos.

—Creí que ya éramos amigos— hizo un puchero y el mentor del 12 carcajeó de forma estrepitosa.

—¿Qué le hiciste?

—Snow la castigó por mi culpa, mató a sus padres y la hizo dormir en el mismo cuarto que los cadáveres... Nunca te pregunté qué pasó con tu novia y tus padres.

—No es buen momento para hablar de eso.

—Oh, vamos. Mi mejor opción fue matar a mis padres antes de que ellos lo hicieran, y sabes cómo terminó eso.

—¿Y qué quieres?

—Si hago una revolución, quiero tu apoyo total.

—Cariño, eso ya lo hiciste— le dio una vuelta luego del cambio de ritmo en la música y ambos se sonrieron—. ¿Enserio alguien se cree que tus entrevistas son inocentes?

—No quiero tu sobriedad, tranquilo, quiero apoyo total y tu ira.

—Vas al 11, habla con Chaff, si él entra, yo también.

—Si lo haces, buscaré a tu novia.

—La mataron.

—Hasta donde mis fuentes han llegado, sólo a tus padres. Te obligaron a ver cómo violaron a tu novia y se la llevaron— sentenció al tomarlo del mentón—. Sin cuerpo, no hay muerto.

—¿Todo esto porque tocaron a tu nena?

—Johanna es más que eso y te consta.

—Arriesgarte con Snow de ese modo... Dile a Chaff que entramos.

Y así fue, Chaff también accedió, él en verdad no tenía nada, era un veterano igual que Haymitch, así que no había forma de convencerlo, hasta que mencionó su lealtad a su amigo, fue quien informó que, efectivamente, la novia de del vencedor del 12 seguía viva. No tardó en apuntarse, pero dijo que no podían volar, era una neófita en ese mundo a pesar de todo lo vivido en esos dos años. Buscaría un poco de información sin mover tanto las aguas porque ahora Blair tenía un punto débil y no quería que terminara como la novia de Taxon o Haymitch, que terminara como Helena.

Los 69 juegos del hambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora