Los días eran cada vez más cortos, ni siquiera los de invierno eran tan cortos, así que solo significaba una cosa: Los Vigilantes querían que eso terminara cuanto antes porque se estaba volivnedo monótono y aburrido ellos querían acción y sangre. Las aliadas compartían los frutos y los panecillos que mandaron Finnick y Blair, dándoles palabras de aliento y condolencias, pero esos eran Los Juegos y sabían que las cosas se pondrían feas conforme avanzaran hacia la final.
Ahora era más complicado porque Annie no podía dormir, gritaba cada tano, así que Helena se prometió que no era momento de morir, cada que sentía que cabeceaba, se hacía un corte en la pierna para generar adrenalina y lograr despertarse. La castaña puso un par de trampas para atrapar liebres. Sabía que algunas hojas eran comestibles, así que las intercalarían con los frutos. Habían pasado cinco días desde la gran hazaña de la muerte del chico del 1, el chico del 3 y el chico del 7.
—Conseguimos el dinero— entró Finnick y Blair brincó a su cuello para abrazarlo de la emoción.
—Vamos, Vencedora, mándale un mensaje a tu hermana— dijo Taxon.
Blair tembló mientras caminaba hacia el ala de patrocinadores, de ahí salían los regalos a la Arena. Garabateó un mensaje con sus manos temblorosas, sería inducirla en el camino del vicio y la drogadicción, pero era la única manera de mantenerla viva hasta que las trompetas sonaran y la coronaran como la Vencedora de los 70 Juegos del Hambre. Respiró profundo antes de entregar la nota al guardia y asintió a lo que sea que le haya dicho.
—¿Es para ti?
—Puedo obsequiarte un poco.
—¿Qué es?
—Morfina.
—No, es para ti, te lo mandó tu hermana, ¿no es así? — Blair lloró al ver que su parentesco quedaba al descubierto, los del 9 y 11 la podrían cazar ahora bajo coacción del Capitolio.
—Sí, me dice que resista.
—¿Quieres romper la alianza?
—No quiero que nos veamos enfrentadas.
—Pero no podemos ganar las dos, no se lo permitieron a tu hermana y al chico, ¿qué te hace pensar que el Capitolio perdonará a dos chicas de Distritos distintos?
—No voy a dejarte, no ahora.
—El 9 y el 11 han formado una alianza— dijo Finncik.
—¿Por qué no me sorprende? — espetó Glimmer—, dile a la bonita que aprenda a usar el tridente porque irán por ellos.
—¿Y tu chica? — dudó Taxon.
—Ahí, a una distancia prudente— Gloss señalaba una de las pantallas pequeñas.
—Solo quedan cinco y nada de acción— dijo Mags, con un deje de temor en la voz.
Y las predicciones y temores de los mentores se cumplieron, Los Vigilantes no habían dado por concluido el día, sino que crearon un terremoto de gran escala, la del 1 se cayó del árbol y se lastimó la pierna, Helena y Annie recibieron heridas severas causadas por el tridente y la espada. El del 11 se cortó con su propia arma hiriéndose de muerte. La del 9 corría con la misma suerte si no se atendía pronto su malestar. Todos estaban en números rojos a punto de declararse juego nulo a falta de participantes o un vencedor, así que debían actuar cuanto antes.
—Mándale una nota.
—No, Blair, incitarán un segundo daño de sangre y no podemos enviar más paracaídas.
—Taxon, ¿qué hacemos?
—Esperar— dijo Finnick y Gloss secundó la moción, Blair quería hiperventilar de la incertidumbre.
A duras penas, los cuatro sobrevivientes lograron ponerse de pie y avanzar en dirección a la Cornucopia, un segundo terremoto comenzó y la presa se rompió, la arena se inundó generando pavor en todos los espectadores, incluyendo mentores y Vigilantes. La del 9 murió por ahogamiento, la del 1 se golpeó contra el medio cuerno que formaba la Cornucopia. Annie y Helena tardaron en recibir el alto impacto del agua por encontrarse más lejos. No había una mesa con comida o medicinas, solo fue una treta de los Vigilantes para lograr que se movieran de sus escondites.
Ambas comenzaron a nadar, la más diestra era Annie, pues la pesca era el trabajo por excelencia en el Distrito 4; mientras que Helena presentaba algo de dificultad, había mar en el 7, pero no la práctica principal, ella casi no usaba el hacha como su hermana o su padre, así que batallaba un poco el braceo con sus extremidades débiles. Los árboles no se derrumbaron, al contrario, Annie se atoró en una de las ramas. Comenzó a gritar de desesperación y no se concentraba lo suficiente para zafarse. Helena volvió por ella, buscó entre sus cosas el cuchillo para cortar el cabello cuando varios animales marinos venían. Annie le gritaba que no la dejara sola cuando se alejó, Helena la empujó en el último momento antes de que la devorara un tiburón, seguro un muto del Capitolio. Las trompetas sonaron.
—¡NO! — Blair se desplomó en el suelo a llorar. Annie no lo podía creer. Finnick sabía que no se repondría nunca de aquello.
***
Todos aplaudieron cuando Annie salió al balcón para que el mundo la viera. Finnick no se despegaba de ella, al escenario y tras ver los mejores momentos de Los Juegos, subieron sus dos mentores y su equipo de estilistas para acompañarla. Taxon sugirió a su compañera que se marcharan, que no era necesario permanecer ahí y la castaña dijo que se lo debía, Finnick era su mejor amigo y ella el amor de su vida. Estuvieron en primera fila junto a su estilista y los mentores del 1, aplaudiendo y festejando que Annie logró ganar los 70 Juegos del Hambre.
—Blair, sé que prometimos mantenerla a salvo...
—No, ni lo menciones.
—Perdón por no devolverte a Helena.
—Tú estás viva y eso es lo que importa.
—Tranquila, Annie.
—Te compré unas flores— sonrió Blair con pesar—, no sé cuáles son tus favoritos, así que compré de varios.
—Muchas gracias— le sonrió emocionada, cambio fuerte a la tristeza que la inundaba hasta hace un momento.
—Eran aliadas y eso se hace: se cuidan entre ustedes, nunca te dejó a sabiendas que en algún momento tendrían que enfrentarse e impidió tu muerte, hizo algo loable por ti, porque en verdad te quería a pesar de apenas haberse conocido.
—En verdad lo lamento.
—No lo hagas, ahora sí me despedí de ella.
—Debemos irnos— dijo Finnick.
—Los veremos en La Gira— dijo Taxon.
—Nos veremos en un par de meses— Finnick adelantó a su novia y abrazó a la castaña y ella sollozó escondiendo su rostro en el pecho de él, quien la apretó con fuerza para reconfortarla o soltara todas las lágrimas que pudiera.
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Los 69 juegos del hambre
FanfictionBlair acababa de cumplir sus 18 años, significaba que sería el último año en que su nombre estaría en la urna de cristal, ya no podría contar con el "beneficio" de que su nombre se repitiera algunas veces más. ¿Qué podría salir mal? Ahora debe empre...