Como sus mentores se lo dijeron, organizaron una comida para dar a todos los habitantes del Distrito, no contrataron gente del Capitolio. Blair se ofreció a ella misma servir plato por plato, pidió a la gente de preparación que pusieran mesas largas para que se sentaran todos los que pudieran. Incluso estaban ahí Cinna, el esposo de Kiara, el padre de esta, Ginés, el equipo de preparación de Claudius, ya que Finnick no podía estar ahí a su lado. La propia Blair puso de su dinero para preparar el banquete. Los suyos lo merecían.
—Eres tan bella como en las revistas— dijo Ginés luego de besarle ambas mejillas—. Veo por qué mi hija te mira con esos ojos.
—Podría ser la musa de cualquiera— dijo una voz a sus espaldas.
—Bienvenidos— fue a abrazar a cada uno—. Ginés, ellos son John Flint y Caitlin Waller, los padres de Evan.
—Encantado— dijo Ginés.
—Hemos venido a ayudar— dijo John.
—Siempre hay espacio para todos— dijo Ginebra al llegar con los demás.
—Lo de musa, va enserio— dijo Caitlin a oído de la vencedora.
—Lo agradezco, señora— le sonrió antes de reverenciar e ir al final del recorrido.
—Muy bien, cariño, nosotros los recibiremos y conduciremos a la mesa para que escojan comida, luego entre Mantis, Ixión y Atenas servirán los guisados, Lele y Julia entregarán las bebidas, Blair saludará a cada comensal, John y Caitlin los conducirán a las mesas— dijo Ginebra—. ¿Alguna duda?
—Faltan Ginés, Cinna y Kiara— dijo Taxon sabiendo que a su mujer le daría un ataque en cualquier momento.
—¿Quiénes crees que se van a encargar de las tomas? — espetó la rubia.
—No tengo el talento de mi flamante esposa, pero podemos intentarlo— dijo Cinna al besarle la mejilla a la mentora.
—Bueno, al menos tú diseñaste esta belleza— dijo Blair encogiéndose de hombros.
—Con las ideas de Evan, no te creas que no— dijo Cinna al tomarle la mano y darle una vuelta, mientras todos los organizadores apreciaban mejor el vestido: sin hombros, con corte de corazón, reducido casi en su totalidad para hacer una perfecta cintura de avispa, falda no tan ampona, lisa y con flores adornando, de la campesina en brazos, se desprendía un velo verde con más adornos florales en un tono un poco más claro. Corona dorada, como la de su entrevista, maquillaje un poco más ligero que el del Capitolio.
—La más hermosa de todos— dijo John llenándole la mano de besos.
—Te ves preciosa— dijo Caitlin durante el abrazo.
—Me agasajan— dijo llena de felicidad.
—Es lo menos que te mereces— dijo Ginebra—. Es tu día, todos hicimos sacrificios para estar aquí, te amamos, te apoyamos y estaremos ahí el día de mañana para recuperar a tu hermana. Por lo pronto, la cara en alto, dedícale una sonrisa a cada persona que venga, porque no solo has dado las teselas, te aman porque has organizado banquetes cada mes desde que ganaste y todos te aman. Vienen hoy rendirte honores y a desearte toda la dicha del mundo.
—Gracias por compartir conmigo tan bellos momentos, lo agradezco tanto— les sonrió al borde de las lágrimas.
—Sonrisas enormes que ya comienzan a llegar— Kiara se secó las escasas lágrimas antes de ir a sus puestos.
—Los amo a todos.
Blair se colocó al final de la fila, Mantis le pasaba la charola y ella la entregaba luego de estrechar la mano de cada habitante y darles nuevamente la bienvenida. Les regalaba sonrisas y abrazos, algunas personas le obsequiaban algunos presentes. Ginés había llevado un poco de música para animar el ambiente, no era común hacer ese tipo de fiestas, así que todo el Distrito lo disfrutaba. La familia de Kiara se esmeraba en captar todo bello momento que ahí se viviera, pues lograron que la siguiente revista fuera en exclusiva sobre la Gira de la Victoria.
—Lo hemos hecho bien— sonrió Ginebra.
—Sabe hacerlo por sí misma— dijo Taxon.
—Esta tarde es de ella, no habrá que opacarla— se burló Ginebra—. Con que salgamos en tres fotografías de cincuenta, yo creo que es suficiente.
—Por fin hemos conseguido, desde tu Victoria que no traíamos un vencedor a casa; estoy tan feliz por ella.
—Has hecho muy buen trabajo, tus estrategias me llevaron a ganar y por fin hicimos a una mujer volver con su familia.
—Debimos pelear por los dos.
—Sobreviviste trece días, yo creo que puedes lograr lo suficiente, lo que haga falta.
—Con tu fuerza y talante, podemos contra el mundo— se colgó de su cuello y su esposo atrapó sus mejillas para darle un beso en la comisura de los labios.
—Aquí me enamoré de ti, fue donde te pedí que fueras mi esposa...
—Y yo sigo tan enamorada como el primer día.
—Tus padres deberían estar tan orgullosos de hasta dónde has llegado.
—Seguiremos buscando a tus padres, al fin del mundo si hace falta.
—Ahora ustedes son mi familia: Kiara, Cinna, Blair, ahora se suman John y Caitlin, creo que deberíamos invitarlos a la casa.
—Tal vez sea momento de dar un paso más en nuestra relación.
—¿Estás en cinta, mi amor? — le brillaron los ojos.
—No, pero podemos pensárnoslo.
—Ya te lo dije en su día, te lo repito hoy— se puso de rodillas y la mujer comenzaba a derramar lágrimas de felicidad—. Te voy a dar todo de mí para nutrir esta unión, todo lo del mundo para hacerte la mujer más feliz del mundo; podría equivocarme, muchas veces, me enojaré por cosas sin sentido, pero jamás sería capaz de lastimarte ni de hacerte daño.
—No se trata de estar siempre enamorados a tope, se trata de no soltarse, de elegirse cada día sabiendo que quizá hay mejores opciones allá afuera, pero nadie tan increíble como quien está a tu lado— la rubia lo tomó del rostro para dedicarle delicadas palabras de amor.
—Con hacerte reír, creo que la felicidad a tu lado, llega sola. Porque estar contigo, los miedos disminuyen, casi desaparecen y la soledad se espanta. Tu compañía me da paz, siento que somos nuevas personas desde que terminamos mi Gira de la Victoria, por eso quiero renovar votos, luego de trece años juntos.
—¿No es lo que estamos haciendo? Sabes que te seguiré amando a pesar de todo: el tiempo, la distancia, las circunstancias... Sé que nuestra felicidad será completada cuando recuperemos tu familia, pero aquí estaré siempre, sin importar la adversidad.
—Yo diría que deberían dejar de opacar a la chica— se burló Kiara al unirse a ellos en la pista de baile junto con su marido.
—¿Celosa? — siguió Ginebra.
—Yo también tengo a mi rey de la pasarela— dijo Kiara.
—No hay quién los supere— dijo Taxon—. Creo que sacaré a Blair a bailar y luego seguimos con las tomas.
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Los 69 juegos del hambre
FanfictionBlair acababa de cumplir sus 18 años, significaba que sería el último año en que su nombre estaría en la urna de cristal, ya no podría contar con el "beneficio" de que su nombre se repitiera algunas veces más. ¿Qué podría salir mal? Ahora debe empre...