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—Ese no será problema— murmuró Evan, aprisionó con furia y pasión los labios de su muy amada pareja, ella envolvió su cuello con los brazos y este la apretó contra sí, ambos lloraban en silencio—

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—Ese no será problema— murmuró Evan, aprisionó con furia y pasión los labios de su muy amada pareja, ella envolvió su cuello con los brazos y este la apretó contra sí, ambos lloraban en silencio—. Te amo.

—Y yo a ti— habló sobre sus labios.

—Hay que darles un poco de espectáculo.

—Creo que no queda nada más.

—Quiero atesorar este momento por siempre.

—Hay que inmortalizarlo como se debe.

La joven le dio un rodillazo en la entre pierna y lo hizo caer de rodillas. Se secó las lágrimas con agilidad y volvió sobre sus pasos, poniendo así distancia entre los dos. Después de un momento, Evan logró ponerse de pie, cada uno tenía su hacha, él fue el primero en dejarla caer, así que ella también, por ahí estaban las espadas de los del 1, aun así, decidieron no tomarlas. Iban a pelear a puño limpio, los habitantes de Panem apelaron a su lado morboso, el prevaleciente durante los Juegos porque disfrutaban de ver la muerte de todos esos niños.

Evan fue el primero en aproximarse, le dio un puñetazo en el estómago y ella le dio con la cabeza antes de empezar a sufrir por la falta de aire. No querían morir y tampoco asesinar al otro, pero era lo mejor, antes de que comenzaran a incentivarlos o incluso, que bajaran los Agentes de la Paz. Evan cayó, Blair se aproximó encima de él a darle puñetazos hasta que le cerró el ojo, fue cuando él dio un puñetazo con que la lanzó lejos y le tiró un diente en el proceso.

Esta se paró con agilidad y parecían hasta danzar al mismo ritmo, él la levantó del suelo y esta se zafó al hacer presión con sus manos, ya que casi le tuerce el hueso. Ambos caen al suelo, ella intenta alejarse y este la jala con fuerza, ella se zafó pateándole el rostro, ahora ambos habían perdido dientes. Una vez más la jaló de la pierna y comenzó a acribillarla a golpes, Blair comenzó a escupir sangre, se sujetaba las costillas, estaba segura que las había roto.

—Es obvio que nadie va a dar su brazo a torcer.

—¿Tienes un mejor plan? — escupió.

—Aun no llegan por los cuerpos...

—Van a dar por terminados los Juegos, aquí. No van a permitir que nos separemos, sacudirán la arena hasta que nos volvamos a juntar, esto acabo aquí, amor mío.

—Buen punto.

—¿Tregua?

—Revisa los cuerpos.

—¿Por qué?

—Todos teníamos cuchillos, vamos a jugar a la ruleta rusa.

—¿Eso no era con revolver?

—Lanzaremos cuchillos, a ver quién gana.

—Trato— sonrió ella mostrando sus dientes ensangrentados.

—Trato— dijo él extendiendo su mano y se estrechan bajo quejidos. Se apresuraron a lograr su cometido—. Vamos, ponte espaldas de mí y contemos diez pasos, luego contamos hasta tres y atacamos.

—Uno...

—Dos...

—Tres...

—Cuatro...

—Cinco...

—Seis...

—Siete...

—Ocho...

—Nueve...

—Diez. ¡Ya! — gritó Evan y ambos giraron a la par, pero solo ella lanzó el cuchillo, al cuello, en específico a la carótida, él se lleva la mano a la herida y ella corre a atraparlo, sigue haciendo presión mientras le dedica una mirada tranquilizadora, mientras espera que expire su vida. El cañonazo se escucha a lo lejos.

—Damas y caballeros, me llena de orgullo presentarles a la vencedora de los Sexagésimos Novenos Juegos del Hambre: ¡Blair Herlic! ¡Les presento a la tributo del Distrito 7!

Los 69 juegos del hambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora