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—¡Blair!

—¡Mi amor! — la castaña corrió a sus brazos, se habían llevado a sus tributos para transformarlos en esos modelos por los que apostarían para alimentar el morbo, se reflejaba en su rostro la preocupación.

—Ya estoy aquí.

—Las cámaras no dejan de captarnos.

—No me interesa, no estás bien y necesitas ayuda.

—¿Ahora eres mi terapeuta?

—Soy tu mejor amigo— dijo sosteniendo su rostro con ambas manos, la joven sonrió de forma genuina.

—Te amo, Dios del Mar.

—Vamos al balcón para presenciar el desfile.

—Faltan algunas horas.

—Mejor, así ganamos los mejores sitios.

—Elena encontró a los padres de Taxon.

—¿Y ya le dijiste?

—No, quiero asegurarme antes de comunicárselo.

—¿Te dijo dónde?

—Supongo que en los calabozos de la casa principal.

—Debemos planear muy bien nuestra entrada...

—¿Significa que solo ustedes pueden acaparar cámara?

—Vete, Gloss— espetó Finnick.

—Espera— se levantó Blair.

—Parece que la Reina del Bosque sí quiere que me quede— sonrió con arrogancia.

—¿Es verdad lo que hablamos por teléfono?

—¿Por qué habría de mentirte?

—Gracias— lo abrazó de la emoción.

—¿De qué me perdí? — dudó Finnick.

—Ustedes dos tienen acceso a la Mansión de Snow— volteó a ver la entrada, en busca de algún intruso—. Quiero que busquen a los padres de Taxon mientras Mags y yo lo mantenemos entretenido.

—¿A Taxon? Quien nos preocupa es Snow— exclamó Gloss.

—Tu hermana se puede ocupar de él— dijo Blair—. La Mansión estará sola.

—Será muy arriesgado— dijo Finnick luego de una pausa—. No significa que no lo haré.

—¿De verdad? — sonrió y Finnick le besó la frente.

Pronto comenzaron a llegar los demás mentores. Haymitch y Mags se sentaron cerca de los del 7, con el afán de protegerla de los mentores del 2, luego de que Blair declarara su odio a aquel Distrito. Podría plantarse de frente a Enobaria y su compañero en turno, pero sería perder la batalla en la primera pelea y apenas iba a entregar la corona de vencedora a su hermana. Les sirvieron varias bebidas y anunciaron que pronto comenzaría el desfile. Antes de que apagaran las luces, varios hombres de alto estatus social del Capitolio entraron, supuso que eran los patrocinadores. Blair se levantó a sonreír a cada uno para asegurar una buena apuesta.

—Acabo de estar con ella, se ve despampanante— dijo Haymitch.

—¿Estabas lo suficientemente sobrio para desearles buena suerte?

—No gracias a ti, niña.

—¿Tengo a tus tributos como aliados?

—Incluso tu hermana, quien pasó meses en una celda, se ve mucho mejor que mis tributos.

—Lo sé— dijo con pesar.

—Si estoy aquí, es para que el dientes de sable no te devore.

—Debería acercarme a saludar.

—No te atrevas.

—Ya va a comenzar— dijo Chaff parándose a lado de su amigo.

Esta vez, todos los tributos se unían en un mismo grito de auxilio, pues los estilistas eran amigos, conocidos entre ellos, algunos se dedicaban a una lucha de egos por ver quién presentaba mejor a sus tributos. Todos iban en varios tonos de verde, azul, naranja, rojo, blanco, representaban los cambios de estaciones en los árboles, pero solo los del 7 iban vestidos como tales. Excepto este año. Ya que su hermana tenía la parte del busto en color verde con brillos y la falda estaba hecha completamente de flores rosas, su cabello recogido en un chongo despeinado y una tiara de mariposas, sin maquillaje.

En cambio, su compañero, llevaba el mismo atuendo a la inversa, el verde en sus piernas y las flores adornando el torso. Blair intercambió miradas con Taxon cuando este llegó y le entregó una bebida y un sobre, se la tomó de un trago y entregó la copa al mesero que pasaba, así que abrió el sobre y leyó los nombres, eran cinco con grandes sumas aportadas a su hermana, pero solo a ella, él quedaba a la deriva. Taxon la abrazó por la espalda, envolviendo su cintura. Blair sintió alivio al saber que la apoyarían.

—Todos sabían lo que pasó, se rumora en todos los Distritos.

—Eso solo me convierte en víctima.

—No, se convierten en recursos.

—¿Los suficientes para lograr nuestro cometido?

—Traeremos a tu hermana de vuelta.

—No lo creeré hasta que suceda.

Los 69 juegos del hambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora