Los 69 juegos del hambre

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Todos asimilaban lo que acababa de pasar, luego las cámaras enfocaron en la castaña, quien trataba de esconder su rostro lleno de lágrimas. Uno a uno comenzaron a ponerse de pie para aplaudirle a la pareja antes de que él regresara a su asiento. Con riesgo de ser sancionada, Blair se colgó del cuello de Evan. Las demás entrevistas quedaron eclipsadas por esos dos. Los tributos y el público en general, comenzaron a murmurar sobre la pareja feliz, porque en ningún momento bajaron la cabeza, se mantenían enteros y no se lamentaban de estar en esa situación.

Se pusieron de pie para el himno. Ambos estaban en las pantallas, se sonrieron al darse cuenta de que su plan había funcionado. Los tributos se ponen en fila para volver al vestíbulo del Centro de Entrenamiento y sus ascensores. Evan y Blair se apresuraron a subir al elevador, ningún tributo subió con ellos, así que podían descansar de las miradas del resto. No estaban preparados para enfrentar al resto sabiendo que se ganaron todos los patrocinadores y se convirtieron en un objetivo crucial.

—Ahora son deseables a ojos de todos— dijo Taxon nada más abrir el elevador.

—Todos hablan de la feliz pareja del 7— dijo Kiara.

—Aún estamos a tiempo— dijo Taxon—. ¿Quieren que cerremos algún trato o alianza?

—Estamos bien así— Evan contestó por los dos.

—Creo que los hemos eclipsado— sonrió Blair.

—Sí, ahora nosotros somos la pareja del momento— dijo Evan abrazándola por la espalda.

—Bien, aún no es hora de despedirnos— se apresuró Ginebra luego de ver la repetición—. Iremos con ustedes, bueno aun no decidimos cuál de los dos irá, pero auxiliaremos en la preparación y el otro irá a la sede de los Juegos, para comenzar con los patrocinadores.

—Quiero que Taxon me acompañe— susurró Blair.

—Entonces me quedo con Kiara— dijo Evan.

—¿Están bien? ¿Quieres hablar de eso? — dudó Ginebra.

—Solo espero haberlo hecho bien— se encogió de hombros.

—Vayan a la cama, mañana comienzan los Juegos— dijo Kiara.

***

—Insisto, la vista es hermosa.

—No tanto como tú.

—¿Era enserio lo de formalizar? Evan, no lo hicimos en su día, ¿por qué lo harías ahora?

—Porque seremos adultos y podemos casarnos.

—Ahora todo se fue al caño.

—Blair, estaremos bien.

—¿Podrías regalarme un último baile?

—Quiero que durmamos juntos.

—¿No nos van a regañar?

—Podemos usar los cojines de la sala.

—Yo llevaré las cobijas.

—Quiero que seas implacable en la arena, que no titubees porque si te ven flaquear, caerás antes de que caiga la primera noche.

—No soy Michael...

—No lo menciones, por favor.

—Perdón, yo, lo olvidé...

—No está bien que reaccione así. Perdón.

—Si se tratara de Elena, yo reaccionaría igual, es normal— trató de alejarse, pero Evan la jaló con fuerza de la muñeca para atraerla hacia sí, ella puso ambas manos en el pecho de él con la intención de alejarlo. Él la abrazó de todos modos y ella lloró en sus brazos.