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—¿Eso qué fue?

—Katniss lleva debajo de la chamarra el símbolo del sinsajo— dijo Blair sorprendiendo a Haymitch—. Le vamos a dar la victoria a tu tributo y el pulso al sistema.

—No la vas a convertir en mártir.

—No propongo matarla, sólo en el símbolo de la rebelión.

—Esas son palabras mayores.

—Los Juegos lo son.

—Esto no le va a agradar a los demás.

—Lo van a preferir a seguir bajo el yugo de ese hombre.

***

—Te agrada una marginada.

—A todos les agrada.

—A mí no. ¿Has ido a los Distritos? ¿Al 10? ¿11? ¿12?

—La verdad no.

—Yo sí. Hay muchos marginados, mucho carbón, cultivos, minerales, cosas necesarias y muchos marginados. Si los vieras... tampoco los apoyarías. Me agradas, ten cuidado.

—Señor.

—Señorita Herlic, ¿me acompaña?

—¿Tengo otra opción?

—Tenga, luego me agradece— le dio una rosa y claro que las espinas cortaron la fina mano de la castaña.

—Gracias, señor— asintió con la cabeza.

—Ya te había dicho que controlaras esa chispa.

—Eso hice.

—No parece, la marginada va obtener la victoria.

—Yo soy la chispa, la marginada sólo es un peón más de sus juegos.

—Usted es una de mis piezas de juego.

—Claro que no, o no estaríamos aquí, con usted dando una amenaza sutil— se sentó en la banca y le sonrió al presidente—. No he dado entrevistas como me pidió, he jugueteado con los patrocinadores y sonreído a las cámaras con Gloss, nada más.

—Le diste a Crane la idea del romance juvenil.

—No, esa fue idea de Haymitch.

—Pues espero no apoyes esas ideas.

—No, mi señor, mi prioridad es el bienestar de Johanna y Patrick.

—Me agradas, niña, ten cuidado.

—Gracias.

—Si Crane da la orden y ganan los dos tributos...

—Ya lo sé, no lo diga.

—Bueno, entonces vuelve al recinto, y dale a Séneca una dosis de lo que le gusta.

***

Atención Tributos. Atención. La regla de un solo ganador ha sido suspendida, ahora podrá haber dos ganadores, si son del mismo Distrito. Este es el único anuncio.

—Va a suceder otra vez— dijo Taxon.

—No lo creo— entró Blair.

—Dime que no fue tu idea— dijo Ginebra.

—No, fue idea del ebrio— sonrió con inocencia.

—Y tú la apoyaste, Blair, con suerte pudimos sacarte de la depresión, te vas a aprovechar de la chica.

—Snow me dio un ultimátum, si los dos ganan...

—No fue tu culpa.

—Me dio la oportunidad hace años, creo, y lo arruiné, ellos no pueden repetir mi historia.

—Listo— entró Haymitch al palco y todo mundo lo vio—. ¡Fue su idea!

—¡Oye, traidor!

—¡Blair!

—Dijiste que no me delatarías.

—Atención, tributos, atención. A partir del amanecer, habrá un festín en la cornucopia. Es un caso especial, todos necesitan algo y queremos ser anfitriones justos.

—A mí no me dieron esa opción.

—Ese idiota no la va dejar ganar.

—Sólo será un lastre.

—Yo tengo una idea— Ginebra se llevó a Haymitch fuera.

—Oye, Taxon, necesito unos brazos así de fuertes para que me den un baño de esponja.

—¿Ahora?

—No, mañana— le dio un zape.

—Chicos, tengo algo muy importante que hacer, no terminen los Juegos sin mí— escuchaban a Mags darle indicaciones precisas de cómo maniobrar su cuerpo.

—Creí que nunca se iría— Glimmer se acabó su tequila de un trago y azotó la copa en el suelo.

—¡Oye! — espetaron varios.

—¡Otra!

—Nada de "otra" — espetó Kiara—. Patrick, Johanna, Haymitch, Chaff, se quedan; el resto nos vamos.

Los 69 juegos del hambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora