Capítulo 5

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Bryan me guió a mi primero al salón de filosofía mientras abrazaba a Carmen por el hombro.

-¿Nos vemos los tres en el almuerzo?- preguntó mi compañera antes de que entrara.

No creo que haya un nivel de incomodidad más grande que estar cerca de una pareja. El famoso "mal trío".

-Claro- contesté sonriendo.

Pero no me podía tomar el lujo de decir que no a dos potenciales amigos por un capricho.

Ellos me devolvieron el gesto y se alejaron de mi.

Me di vuelta para enfrentar a la puerta abierta y suspiré.

Entré. No sabría bien como explicar la imagen con orden, porque eran demasiadas cosas pasando en un salón no tan grande.

La profesora aún no estaba.

Había solo una chica de pelo corto y negro, ojos marrones y podía notar que era mitad asiática. Estaba sentada correctamente en el primer banco junto a la pared ya con un cuaderno en la mesa.

Los demás, estaban desparramados por el salón. Algunos sentados en las mesas, otros parados, socializando como cualquier persona normal.

¿Es la primera clase de todo el año y ya están hablando todos con tanta confianza entre ellos?

Me senté en el segundo banco en diagonal a la chica. Ella volteó solo para mirarme y sonrió.

Le devolví el gesto y volvió a su posición original. Supongo que era un "Si, ninguna de las dos sabe hacer amigos, que bueno, creo".

Una señora de pelo negro y ropa increíblemente linda. Era esa ropa elegante que solo alguien demasiado perfecto usaría.

Dejó su bolso sobre la mesa y se puso delante de ella.

Los alumnos empezaron a sentarse en los bancos poco a poco. De un lado tenía un chico, normal, no hay que preocuparse y del otro... nadie. Genial.

-Buenos días- empezó la profesora con una sonrisa. Tenía una voz dulce y parecía gentil- Soy su profesora de filosofía, Clara Amstrong. Espero tener un hermoso año con ustedes lleno de crecimiento- introdujo- La materia no será complicada si me prestan atención y me hacen notar que están interesados- siguió.

Desaprobada.

-Pero hoy, quiero conocerlos, también es parte de la materia.

No me caía mal ella, me caía mal lo que pretendía enseñar.

-Así que... si ya...

La profesora fue interrumpida por la puerta que se abría.

No. Puede. Ser.

Un... chico, entró al salón quedándose parado cerca de la profesora.

Osea, si, era un chico, pero... los chicos no pueden ser tan... tan... sexys. Jamás en mi vida había visto un chico tan pero tan atractivo, no es que conozca muchos tampoco, pero no, no podía existir alguien... así.

"Dios tiene sus favoritos", si mamá, si.

Tenía pelo rubio oscuro, ojos verdes, se lo notaba alto, perfil perfecto y con una sonrisa que no podía tener otra palabra más que tentadora. Llevaba una campera de cuero abierta, pantalones negros, camiseta roja oscura y botas con cordones.

Podía saber sin ver la baba que tenían las chicas en el salón.

Este chico no puede ser de primer año.

-Señor Marxwell, que su padre tenga el edificio, no le da derecho a llegar tarde- renegó la profesora.

Encima es rico, por supuesto que sí.

-Lo siento, Clara- dijo con un tono algo sarcástico ¿La tuteó?- No volverá a pasar.

-Tome asiento.

NO. No sé si mi cara transmitió el pánico o si alguien vio mi alma irse de este mundo. Por favor, NO.

Escaneó el salón y vio el banco a mi lado. Puso su vista en mi. NO, BASTA. Sonrió con esa sonrisa, que estaba segura que era como su sello personal.

Vino caminado desde mi lado y se sentó.

Ese perfume debería ser ilegal para chicos como él. No deberían vendérselo. Era un aroma tan delicioso, y que estuviera en conjunto con su cara, no hacía que la situación en mi cuerpo mejorara.

¿Esto es ver a un chico guapo? ¿Así se siente?

La profesora Amstrong hizo que nos presentemos diciendo nuestro nombre, que carrera estudiábamos y ¿por qué no? que esperábamos de la materia.

-Soy Wanda Golberg- empezó la chica del primer banco- Voy a estudiar historia de la literatura. Amo filosofía desde la secundaria y espero ver algunos autores famosos para poder saber más sobre lo que quisieron decir- continuó. Se la veía entusiasmada.

Después de algunas personas, me tocó a mí.

Sentí la mirada de todos y el nerviosismo empezó a apoderarse de mí. Hay miradas que se sentían más que otras, pero traté de enfocarme en la profesora.

-Bueno... emm... Soy Margaret Pines, voy a estudiar astronomía y...- Nunca fui irrespetuosa con mis maestros, nunca di mi opinión cien por ciento sincera- Y... no me gusta filosofía- sentí que muy dentro de mi estaba orgullosa de decir tal cosa, así que, sonreí- Voy a estudiar ciencias, no me parece demasiado... necesaria.

Ninguno habló, solo escuché que alguien soltaba una risa, alguien a mi lado.

-La filosofía te abre la cabeza... Margaret- su voz, su voz perfecta, varonil, grave. Y mi nombre, mi nombre se escuchaba demasiado bien con su voz.

-No digo que no lo haga- no lo miré, jamás lo miraría mientras le hablara.

-Bueno, Señorita Pines, está perfecto. No a todos les puede gustar lo mismo- me contestó la profesora- Espero poder cambiarle la idea- agregó guiñándome un ojo- Señor Marxwell.

Sentí un suspiro y, esta vez, si lo miré.

-Soy Drake Marxwell, estoy aquí por una segunda carrera, no repetí dos años- aclaró. Lo sabía, está tercero- Y... espero poder ayudar a la Señorita Pines a que se interese por la materia.

Las hermanas Omega 💌 La aventura de crecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora