Capítulo 17

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No podía ser él, de ninguna manera él estaba parado frente a mi para hacer esto.

-Tranquila, no voy a besarte- me aclaró susurrando.

-¿Bryan? ¿Qué...?

-Solo escúchame, ¿si?- me interrupió con el mismo tono que antes- Dudo que quieras dar tu primer beso en un juego tan estúpido como este- me sentía aún más incómoda sabiendo que él sabía eso- Carmen me dijo cinco segundos atrás y está bien- mi cara claramnete demostró mi confusion- Vine porque... porque si quieres decir que nos besamos ahora... está bien por mi.

-Espera, ¿qué?

-Eso, lo que dije- contestó- Puedes decirle a todos que nos besamos, lengua incluida, un poco de toqueteo. Lo que tú quieras, se creativa- siguió con esa tranquilidad que él tenía. Estaba bastante cerca de mi y el cuarto estaba un poco oscuro. Sentía su respiración cerca de la mía.

-Es que...

-Mira, Max... Shelby no va a parar hasta que te conviertas en una zorra- soltó con sinceridad- Así que, te quedan dos opciones. O ser una, o fingir que lo eres.

-Eso es completamente ridículo- sentencié- No voy a ser ni a hacerme.

-Lo siento, eres una Kappa y así son ellas- respondió- Sé que tú no eres, sé que mi hermana no lo es. Sé que es injusto, solo intento ayudarte.

Lo pensé.

Bryan me estaba dando una puerta de salida a esta presión que me impusieron bastantes personas, y, hasta yo misma en cierto punto. En realidad, diría que me estaba dando una salida de emergencia. El beso iba a ser falso.

La idea de besarlo en ese momento y culpar después al alcohol que tenía en el organismo también cruzo por mi cabeza. Bryan era un chico guapo, lo admitía, tenía ese aire a chico genial, era la persona más cool que había conocido, tenía lindo cuerpo y adoraba su tatuaje.

Pero, no iba a tomar esa idea. Porque él era mi amigo, y no iba a arruinar una de las únicas amistades que tenía por una estupidez así de grande. Además, tenía muy en claro que no me gustaba Bryan.

Toda esta reflexión, odio admitir que, en realidad fue: "No lo voy a besar, es atractivo, pero no Drake Marxwell".

-Está bien- accedí.

-¿Si? ¿Segura?- preguntó y asentí- Ok, entonces... Les vamos a decir a todos que nos dimos un larguísimo beso lo suficientemente intenso para estar a punto de sacarnos la ropa, ¿te parece?

-Ok- asentí.

-No le digas a nadie que es mentira, ¿si?- me dijo serio- Ya sabes... Cuando algo no cuadra en alguna fuente, la gente empieza a dudar.

-Cierto- volví a asentir- Besé a Bryan Kennedy- dije. Se sintió bastante raro. Él sonrió- Oye... ¿Y Ally? ¿No se molestará?

-Eso espero- me contestó- Me la debe por lo que hizo con Marxwell.

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Lo creyeron, Shelby me felicitó y me dijo que en un tiempo me conseguiría sexo. Simplemente, asentí sonriendo ¿Qué más podía hacer?

Seguí tomando un poco más y no volví a ver a Drake. No sé si supo que Bryan se metió conmigo para besarme, me hubiera encantado verle la cara. Pero, después pensé que, en realidad, a él no podría importarle menos. Él tenía a todas, yo era de primer año ¿En serio yo pensaba que tenía si quiera su atención?

También me sorprendí a mi misma lo mucho que él pudo ocupar en mi cerebro esa noche.

Y esa escenita en el patio sobrepasó absolutamente todo lo que mi dignidad podría soportar

Me sentí débil y un poco mareada después de que perdí la cuenta de los vasos tomados y que también perdiera a Bryan y Carmen.

Abrí la puerta de una habitación sin siquiera tocarla y me metí con pasos torpes. Agradecí que no había nadie y me tiré en la cama.

¿Cuándo va a parar de girar el techo?

Escuché la puerta abrirse otra vez y, como pude, me senté en la cama.

-Oh... Lo siento... Yo... No...

-Te conozco- interrupí señalando al chico. No había tanta luz y en mi cabeza no funcionaban todas las neuronas, pero lo había visto antes.

-Emm... Si... Estás en mi clase de matemáticas- respondió después de unos segundos algo nervioso.

-Miles- aseguré. Él asintio con una media sonrisa.

-Te dejo sola- dijo- Es que... Vine hace poco y...

-Ven, sientate- volví a interrupirlo.

En ese estado no quería estar sola y me caía bastante bien, nunca habíamos realmente hablando de todas formas.

Él dudo un poco, pero entró completamente a la habitación, cerró la puerta y se sentó a mi lado.

No podía mantener mi cuerpo derecho, así que, básicamente mi cabeza cayó en su hombro.

-¿Te divertiste?- preguntó jugando con sus manos.

-Creo. Nunca he ido a una fiesta antes. Supongo que si- respondí- ¿Tú? ¿Por qué llegaste tan tarde?

-Tampoco soy de fiestas, la verdad- contestó- Pero... Mi casa... Yo... Ellos solo querían conseguirme sexo porque, gracias a un rito de iniciación se enteraron que soy virgen- confesó. Estaba demasiado segura de que me decía todo esto porque creía que al otro día no lo recordaría- Y la realidad es que... ni siquiera he besado a una chica.

Sentía que la conciencia me volvía al cerebro y, más importante, no me sentí sola.

Me separé de él y lo miré.

-¿En serio?- asintió avergonzado. Pensé en lo que dijo Bryan y lo ignoré completamente. He estado buscando una persona que me entienda hace demasiado tiempo- Tampoco he besado a alguien.

-¿Qué? ¿Una chica tan linda como tú?- estaba demasiado sorprendido. Se arrepintió de preguntar lo último- Lo siento, no quería...

-Miles...- interrupí- Bésame. Salgamos de esto juntos ¿Quieres?

Uno: Miles es lindo. Dos: Miles es dulce. Tres: Miles me entiende. Cuatro: Miles no se dará cuenta lo mal que beso.

Fue la idea más espontánea y más correcta que había tenido en mi vida.

-¿Qué? ¿Quieres...? Ok, de acuerdo- estaba tan incómodo y tan confundido.

Puse una mano en su cuello y me acerqué. Junté mis labios con los suyos. Ok, lo hice ¿Alguien me explica que es tan emocionante de esto? No era nada como imaginaba. Nada.

Él me dió otro beso, y yo otro. Eran pequeños besitos sin separarnos del todo. Hasta que eso, se convirtió en un beso con movimientos de labios continuos.

Se sentía bien, bastante bien.

Miles puso sus manos en mi cintura y yo puse la otra también en su cuello. Me tiré en la cama y él me siguió con torpeza.

-Esto es divertido- solté.

-¿Lo estoy haciendo bien?- preguntó con preocupación.

-Si, confía.

El beso nunca se detuvo en la conversación realmente y seguinos unos segundos más como antes.

-¿Sabes cuánto tiempo tenemos que hacer esto?- siguió él separándose un poco.

-No.

Ambos reímos y yo me acerqué otra vez para darle un pequeño beso, un último contacto.

Él se tiró en la cama junto a mi y agarró mi mano.

Sonreí.

-Gracias, Miles.

-Gracias, Maggie.

Las hermanas Omega 💌 La aventura de crecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora