-Cada cosa nueva que me entero de ese chico, menos dudas tengo de que él escribió la carta- aseguró Aria.
Como todos los martes, las cuatro en la oscuridad y yo contándoles algo nuevo. Información que no me gustaba, pero que, de una forma u otra, deberían saber.
-No tiene motivo exactamente- contesté defendiéndolo odiándome demasiado a mi misma por hacerlo- Además, Miles hubiera oído algo.
-No si lo está haciendo solo- soltó Leighton- Si no habla, nadie lo sabría.
-Si, pero... le importa demasiado si mismo para tener a cuatro locas bajo su manga- dije.
-Maggie...- empezó Wanda y la miré- Mató a Eddie, casi a Miles... ¿Qué te parece tan raro de escribir una carta para burlarse aún más?- cada palabra me llegó al corazón como una puñalada.
-Pero...
-¿Por qué lo defiendes tanto?- preguntó Leighton molesta.
-¡Porque me gusta!- grité- Me gusta mucho y no puedo tolerar creer que hizo todo esto y... quiero odiarlo, quiero creerlo, pero no puedo ¡No puedo!
💌💌💌
Salí de física con la cabeza en demasiados lugares, menos en el pasillo.
Tenía la mente en haber ido al teatro a la noche después de hablar con las chicas y haber visto que Drake miraba "El Mago de Oz", la película que yo le dije el día que nos besamos por primera vez que veía mucho. Solo lo ví desde la puerta, no me animé a entrar sabiendo que debía estar odiándolo y dudando de todo lo que él hacía.
Tenía la mente en lo que iba a pasar en ese bendito baile que no me importaba en lo más mínimo y en que todavía tenía que comprar un vestido.
Tenía la mente en el ensayo de filosofía que aún no había empezado y que tampoco sabía que había aprendido o descubierto en esa materia tan inútil.
Tenía la mente en que mis padres iban a venir tarde o temprano y yo no sabía como lidear con la asquerosa e incómoda situación de tener que volver a mentir hasta sobre como respiraba.
Pensé tanto en ello, que juré escuchar sus voces, sus risas en el pasillo. Un segundo, no me lo estoy imaginando.
Paré de caminar en seco, en shock, al no solo escucharlos a ellos, si no conociendo otra voz.
Me di vuelta con un terror descomunal y ví mi peor pesadilla caminando hacia mí: Drake entre medio de mis padres, los tres riendo como si nada.
-Oh... Ahí esta- Drake me señaló a unos metros con una sonrisa.
Se acercaban los tres a mí mientras mi respiración se agilizaba.
-¡Hola, bebé!- exclamó mi mamá con lágrimas de felicidad.
-¡Maggie, preciosa! Te extrañamos mucho- siguió mi papá.
-También yo.
Ambos me abrazaron y le di la peor mirada a Drake. Él solo alzó las cejas y se encogió de hombros en respuesta y mis padres se separaron después de unos segundos.
Forcé una sonrisa intentando ignorar la humillación que esto estaba haciendo.
-Los escuché hablando de ti en la entrada, así que, los ayudé a encontrarte- dijo el rubio- Les comenté que compartimos varias materias porque Historia Antigua y Semántica van por el mismo camino- me guiñó el ojo tras decir aquello.
Mintió por mí. Hizo toda una historia por mí. Recordó mi mentira y la sostuvo.
-Gracias- le dije.
-Eres encantador- dijo mi mamá hacía Drake y él volvió a sonreír.
Si... Muy.
-Bueno... No te quitamos más tiempo- empezó mi papá- Solo queríamos saludarte, estaremos en el hotel de la playa cuando termines con las clases- siguió- Y, tranquila, no romperás ninguna regla porque pueden salir hasta que termine el baile para estar con sus padres- aclaró temiendo que yo estuviera preocupada por ello.
Asentí y ambos me dieron un beso en la mejilla para después irse.
Quedamos solo Drake y yo y empecé a mirarlo completamente en shock.
-Me cayeron bien y... creo que yo también- soltó sin borrar esa estúpida y tentadora sonrisa y se acercó hasta tener su boca pegada a mi oído- No fue nada salvar tu lindo trasero, por cierto.
Se fue chocando levemente su hombro con el mío y me quedé helada intentando procesar si lo que acababa de suceder fue real.
-Ah... Señorita Pines- llamó mi atención la profesora Amstrong y parpadeé para mirarla caminando hacia mí- Que casualidad, justo quería hablarle. Sígame.
Algo confundida y aún aturdida, le obedecí y caminamos hasta su salón vacío. Se sentó en su escritorio y yo me quedé delante de él.
-Quiero hablarte sobre el ensayo...
-Se entregaba en dos lunes, ¿verdad?- la interrumpí un poco alterada.
-Si, no es por la fecha. Es... más bien...- parecía no saber decirme- Ya me entregaron uno- dijo finalmente. Buscó entre algunos papeles en el escritorio y agarró uno en particular. Volvió a mirarme- Y... tengo la teoría de que es sobre usted.
Me extendió la hoja y yo la tomé con un poco de miedo.
Leí el título: "Andrómeda".
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Las hermanas Omega 💌 La aventura de crecer
Teen Fiction"Regla número 1: Somos nosotras cuatro y solo nosotras. Regla número 2: No podemos decirle a nadie. Regla número 3: Todos los martes 1:35 AM detrás del arbusto a dieciséis metros de la casa Delta. No antes, no después, no otro día. Regla número 4: N...