Frente al espejo del baño y con "Maggie's World" en mente, tuve una epifanía, una bastante ridícula, pero me convencía y me bastaba por el momento.
Alguien creía que era más de lo que yo creía. Alguien me hizo confesar algo que vivía dentro de mí y deseaba salir con urgencia. Alguien confiaba en mí.
Me juré a mi misma empezar a yo confiar en mí y pensar que era más que suficiente. No estaba reconociendo todo lo que había logrado hasta el momento.
Cuando entré por la puerta de lo universidad por primera vez, era la chica católica virgen que nadie quería acercársele, una chica completamente falsa y asustada por lo que pudiera pasarle.
Hoy, era la chica que superó esos miedos, vivía en la casa de la locura, tenía amigos, encontré a chicas en la misma situación que yo, me había enterado de uno de los secretos más grandes de la universidad, y me había acostado con el chico más atractivo de la Tierra.
Harta de la restricciones. La nueva Maggie sale por esa puerta ahora.
Y lo hice. Salí y en pijama me fui hasta abajo. Iba a desayunar en la cafetería porque odiaba a cada chica sentada en aquella mesa y destestaba estar comiendo miserias.
-Margaret...- escuché a Shelby detenerme a pocos centímetros de la puerta detrás de mí.
Tampoco la vi a ella ayer.
Me di vuelta.
-¿Qué?
-No le dijiste a nadie sobre nuestra conversación, ¿verdad?- se hacía la que me estaba amenazando, pero le notaba el terror y la preocupación.
-No, por supuesto que no.
-¿Recuerdas cuando te dije ni bien llegaste que te alejaras de Drake?
-Si.
-Aún tenlo en mente- siguió- De él y de los otros- siguió- Te lo dije para que no termines mal.
-Gracias.
Volví a mi camino y me fui de la casa. No me importaba absolutamente nada de lo que Shelby creyera o me dijera. No la toleraba en verdad.
Llegué a la cafetería y vi a Drake sentando en una de las mesas sin camisa, despeinado, con una taza y revolviendo con la cuchara. Lo vi muy concentrado en eso y notaba una vibra extraña.
Casi olvidaba que él desayunaba aquí y que él había vuelto a ser el principal sospechoso de la carta.
-Hola- solté.
Drake soltó la cuchara sobresaltado y se resfregó los ojos para después mirarme.
-Ho... Hola.
-No es gracioso cuando te lo hacen a ti, ¿eh?- comenté divertida mientras iba detrás de la barra para servirme café.
-¿De qué hablas?- escuché que preguntó.
Agarré un cupcake de chocolate y fui hasta la mesa para sentarme frente a él.
-Eso de que apareces de la nada con algún comentario especifico- le respondí- Es como si siempre estuvieras ahí...
Porque así era, Drake siempre estaba, Drake escuchaba, veía y sabía todo. Ay no.
No parecía que me estuviera escuchando, ya que, había vuelto a su juego con la cuchara y la taza.
Sentí un poco de incomodidad. Me había metido en la cama con el chico frente a mí. Mi primera vez fue con él. Y ya me ponía nerviosa cuando ni siquiera nos cruzábamos palabras.
Empecé a comer el cupcake y noté que él miraba de reojo.
-Creí que las Kappas no comían esas cosas.
-No podría importarme menos- contesté.
Me miró completamente y casi sonrió.
-Te ves sexy en pijama- lo soltó con la peor emoción posible y otra vez con la atención en la taza. Aún así, sentí que me cuerpo se escendía.
-¿Qué te pasa?- pregunté.
No contestó.
Agarré su mano y paré el movimiento que me ponía tan nerviosa. Él puso su vista en mí, después fue a nuestras manos y volvió a la mía.
-Tuve una mala mañana- respondió finalmente- Y... no sé que mierda me pasa... estoy como... raro, no sé... eres tu- agregó- Lo digo en el buen sentido- aclaró rápido- No me sentía así desde...- entendía lo que me decía y no podía creerlo- hace años- completó soltando mi mano- Dios... no dejo de pensar en ti desde ayer- siguió tapándose la cara.
Sonreí para mi misma como una tarada.
-Te busqué anoche- solté.
-También yo- volvió al jueguito de la cuchara ¿Seguro? ¿No estabas ocupado escapando de cuatro ridículas? Respiró hondo y me miró a los ojos- Maggie, tengo que decirte algo.
ESTÁS LEYENDO
Las hermanas Omega 💌 La aventura de crecer
Teen Fiction"Regla número 1: Somos nosotras cuatro y solo nosotras. Regla número 2: No podemos decirle a nadie. Regla número 3: Todos los martes 1:35 AM detrás del arbusto a dieciséis metros de la casa Delta. No antes, no después, no otro día. Regla número 4: N...