-¡No intento llamar la atención siempre!- exclamó Aria molesta.
-¡Yo no soy insegura y perfeccionista!- siguió Leighton- ¿Cierto?
-¡No sufro en silencio!- gritó alterada Wanda.
Se hizo un silencio y pusieron su vista en mi. Quizás para que negara lo mío.
Las tres estaban más que alteradas por esto y se molestaron un poco más sabiendo que yo tuve acceso a esa información por casi una semana.
"Aria Burton: Necesita llamar la atención a toda costa.
Leighton Sherwood: Insegura y perfeccionista.
Wanda Golberg: Sufre en silencio.
Margaret Pines: No es quien dice ser."Eso estaba escrito en el papel. Un papel que estaba escrito con computadora y que no había forma de detectar ninguna pista sobre quien lo había escrito. Seguramente la misma persona que nos dió la carta en primer lugar.
-¿Vas a decir algo?- preguntó Aria aún algo enojada.
-¿Qué quieren que diga?- respondí encongiéndome de hombros.
-Bueno... No te conocemos pero... ¿No eres quien dices ser?- siguió Wanda.
-¡Por Dios!- rebolié los ojos- Ninguna realmente cree esto, ¿verdad?
Ninguna contestó. Porque... Todas creíamos que si.
Aria si quería llamar la atención, quería hacernos creer que ella era, a su manera, la mejor de las cuatro. No era mala y sé que no lo hacía con mala intención, pero si reiteraba cosas que ella había hecho y nosotras no.
Conocí a Leighton por estar llorando en un baño, claramente por un problema grave, pero, si era bastante insegura de si misma.
Bueno... Supongo que todas sufrimos en silencio, pero a Wanda siempre la veía demasiado callada y alterada por diferentes situaciones.
Y yo... Yo... Yo tenía secretos, míos. Secretos que nadie sabía, me encargué muy bien de eso. Uno aprende a tener cuidado. Pero era imposible que alguien aquí dentro supiera esas cosas. Porque no, admito no ser una "Hija de Dios" como mis padres siempre quisieron que sea, tengo bastantes "pecados" en mi lista y, honestamente, no me arrepiento de ninguno.
Todos tienen secretos, no pueden culparme.
-No creo que importe si esto es verdad o no- rompió el silencio Leighton- Lo que importa es saber quien es la persona que, supuestamente, lo sabe.
-¿Será la misma que nos puso juntas?- preguntó Wanda.
-¿Dónde encontraste esto?- quiso saber Aria.
-En Delta Gamma- contesté. Claramente, ninguna me había dado tiempo a decir nada cuando mostré lo que traía- Lo tenía Drake Marxwell en el zapato. Aunque, no creo que sea suyo- agregué.
-¿Qué te lo hayas cogido, significa que no es culpable de nada?- respondió la castaña de mala manera.
-¡Yo no hice eso!- grité. Me detuve y suspiré para calmarme. Nadie debía encontrarnos- Sé que no es una buena persona en si, pero no creo que ni siquiera se quiera meter tanto en nuestras vidas para anotar todo esto. Le importa solo él mismo- expliqué.
Era verdad. Si sospeché de él, y no digo que aún no lo haga. Pero, está demasiado sumido en su burbuja. Era demasiado raro.
-Hay un millón de personas que entran y salen de ahí día a día- me apoyó mi compañera de clase- Y ni hablar de la cantidad de chicos que hay. Podría ser de literalmente cualquiera.
-Miles me dijo que estuvo escuchando conversaciones extrañas de Drake, Jackson y Patrick- confesé- Y, la verdad, yo también.
-¿Y que decían?- preguntó Leighton.
-Cuando yo los escuché, era de Miles y de mi. De él más que nada.
-¿Y si él lo hizo?- soltó Aria y la miré sorprendida.
Miles era la última persona que hubiera pensado. Era demasiado... nada para hacer algo así. Sabía que no lastimaría a nadie.
-Espera...- me di cuenta de algo- ¿Sabes quién es Miles?
-Si- contestó- Estudio gimnasia, pero, lamentablemente, tengo clase de anatomía.
Miré a las otras dos y Leighton habló también.
-Está en mi clase de disección médica.
-Se sienta a mi lado en psicología.
Silencio otra vez.
Miles nos conocía a todas. No podía creerlo, definitivamente tenía que ser una coincidencia.
-¿Sabes que estudia?- siguió Leighton.
Suspiré entendiendo que en esa carrera te enseñan que nada es una coincidencia.
-Criminología- respondí y las tres respiraron con cansancio.
"Alguien habla, uno hilos".
No sé porque me atrevo a confiar en las personas. Debería saberlo mejor que nadie. Porque nadie debería confiar en mí.
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Las hermanas Omega 💌 La aventura de crecer
Teen Fiction"Regla número 1: Somos nosotras cuatro y solo nosotras. Regla número 2: No podemos decirle a nadie. Regla número 3: Todos los martes 1:35 AM detrás del arbusto a dieciséis metros de la casa Delta. No antes, no después, no otro día. Regla número 4: N...