Capítulo 62

9 2 0
                                    

La conversación terminó en un "Lo hablamos en la noche, no hay que tomar decisiones desesperadas".

Sabía que no era Miles. Él no sería capaz de hacer algo tan macabro, que estudiara criminología solo era la prueba de que tuvo razón sobre todo y yo no tuve la decencia y dignidad para escucharlo con atención.

Miles podría ayudarnos a pensar, tenía las herramientas y yo estaba harta de no tenerlas. Estaba harta de sentirme observada.

Esa persona iba a ser descubierta. No sabía si quiera sus intenciones, imaginé que no eran buenas, de todos modos.

Fui hasta mi habitación en Kappa Delta decidida a tirar a la mierda el telescopio. Con solo un día de todo estar arruinado ya no quería tenerlo más. Sé que era algo que anhelaba, pero eso, era solo otra prueba de lo estúpida que había sido y que, quiera o no, ese maldito telescopio fue la gota que rebalsó el vaso para ir y acostarme con Drake de una vez por todas, fue la excusa perfecta para convencerme a mí misma que él era de confiar y que todo lo demás era un simple rumor.

Abrí la puerta y me quedé congelada, pero solo un segundo. Ya ni siquiera estaba sorprendida, como si no hubiera sido de esperarse.

Cerré la puerta con un poco de fuerza, tiré mis cosas en la cama y me cruce de brazos.

-Quiero que te vayas en este segundo- afirmé muy seria. Drake estaba en la silla de mi escritorio con las piernas cruzadas y estiradas- Basta de juegos, basta de creerte más. Sal de aquí o llamaré a la directora.

-Nada que unos minutos en la cama de mi papá no puedan solucionar- se encogió de hombros burlándose de mi amenaza- Llevan acostándose hace años.

Cambié la estrategia.

-Drake...- empecé con suavidad pero aún firme y me descrucé de brazos- Si en algún momento, si quiera por un mísero segundo, yo te importé... Vete y no me vuelvas a dirigir la palabra... Por favor.

Ese fue un tono sincero, eso era. Si estaba enojada, pero... más me dolía. Me dolía que él haya estado jugando, me dolía que se hubiera burlado de mí, me dolía haber sido tan estúpida, me dolía... quererlo.

Suspiró y se levantó de la silla.

-¿Crees que maté a Evelyn?- sus ojos reflejaban miedo, miedo a mi respuesta y su mandíbula estaba tensa.

No contestó nada de lo que dije y soltó algo que no estaba preparada para contestar.

-No.

Su gesto se ablandó al igual que todo su cuerpo.

-¿Me tienes miedo?

-No- volví a contestar- Tengo a miedo a lo que siento por ti.

Lo dije. Era la primera vez que lo decía en voz alta y, creo, que la primera vez que lo pensaba también. Sentía algo por él, no solo atracción, había mucho más. Pero, no tenía sentido seguir sientiéndolo sabiendo todo lo que había hecho, era ridículo.

Miró al piso, caminó hasta la ventana y se detuvo a centímetros del telescopio. Volvió su vista hacia mí y mordió su labio inferior.

-Si puedes romper lo que ya está roto- soltó.

-¿Qu...

-Maggie, me hiciste pedazos- confesó. Nunca lo había visto así, parecía que estaba al borde de llorar, pero no era igual a cuando me contó lo de su novia, era diferente. Estaba desesperado, nervioso- Con lo me dijiste en la playa, me hiciste pedazos y no creí que eso fuera posible otra vez- se acercó un poco a mi con lentitud mientras seguía hablando- Evelyn me rompió el corazón cuando murió y ahora tú me lo volviste a romper- salió una lágrima de su ojo izquierdo que intentó ocultar y su voz se hizo más densa y entrecortada.

Sentí que estaba igual. Tenía un nudo en la garganta, en el estómago y en el corazón. Percibía mis ojos húmedos. No puede estar diciéndome esto.

-¡No tienes idea de que es lo que pasó con Eddie!- exclamó- Y me duele... me duele que no lo sepas.

-Lo que le hiciste a Miles estuvo mal- dije internado ocultar todo lo que pasaba dentro de mi cuerpo.

-Lo que le hice Miles fue para salvarlo, creas o no- aseguró a pocos centímetros de mí- Si seguía buscando, iba a encontrar cosas que no quiere encontrar.

-No confío en nada de lo que me digas, Drake- contesté- Se acabó. Sal de aquí.

Es lo correcto. Es lo correcto. Si lo es, ¿por qué se siente así de mal?

Se quedó en silencio un segundo solo mirándome y después, simplemente, me rodeó mientras lo seguía con la mirada, y abrió la puerta solo un poco.

-¿En serio me odias?- preguntó de espaldas mirándome de reojo. Escuché muchísimo pesar en su voz.

-Si.

Las hermanas Omega 💌 La aventura de crecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora