Bryan se relamió los labios y empezó a hacer con el dedo índice circulitos en mi rodilla izquierda.
No me podía mover. No sabía que estaba sintiendo exactamente, pero me gustaba, creo.
-Max...- no despegó la vista de su dedo y mi pierna.
-¿Qué?- intenté que mi voz no temblara, no sé si lo logré.
-Marxwell quiere hacer muchas cosas contigo- siguió. No entendí realmente que me decía. Puso su vista en la mía y empezó a acariciar mi pierna con toda su mano. Terminó su helado y tiró el cono al piso para hacer lo mismo con la otra mano- Y una de ellas, créeme que es lastimarte- Muslo. Código naranja- Él está destruido, así que, le gusta destruir a los demás- Debajo del short: Código extremadamente rojo- Tengo miedo de que lo permitas.
-¿Te dijo algo la noche que fuiste a enfrentarlo?- le pregunté con un nudo en la garganta.
Si él iba a ignorar el hecho de que estaba a tan pocos centímetros de... tocarme de verdad, yo también.
-Que no me meta- contestó.
Mi helado ya estaba más que derretido, así que también lo tiré al piso.
Bryan no despegó los ojos de los míos.
Descrucé las piernas y él casi ni movió las manos. Me acerqué más a él y lo agarré de los hombros.
-Explícame que está pasando porque te juro que no lo entiendo- solté con honestidad.
En este momento podíamos estar en una situación "especial", pero eso no quitaba que fuera mi mejor amigo y que ya supiera lo incómoda que estaba con todo.
Él se rió como esperaba que haría y sacó las manos de mi cuerpo.
-Estamos jugando, Max- respondió. Pasó una pierna del otro lado de la barra para pararse- Todo es un juego.
Hice lo mismo que él y lo enfrenté.
-Odiaría que las cosas se pusieran raras por estar jugando- aclaré.
Me abrazó por el hombro y empezamos a caminar para salir.
Me besó la mejilla y sonreí.
-Las cosas se ponen raras cuando hay un beso involucrado- soltó- Si no me equivoco, solo te toqué un poco.
💌💌💌
A la mañana siguiente, me levanté y bajé a desayunar. Al llegar al comedor, vi a muchísimas personas que no pertenecían a esta casa. Había, podía jurar, más chicos que chicas riendo, besándose, desayunando también.
Definitivamente, no podía sentarme ahí, y tampoco podía quedarme cerca. Demasiadas personas y caos. Apenas me había acostumbrado a estar solo con las chicas.
Casi sin parar de caminar, salí de la casa y fui hasta el edificio principal y me metí en la cafetería.
Me sentí un poco extraña estando ahí y más viendo mi helado aún en el piso ¿Qué mierda había pasado? Nunca había visto a Bryan interesado en mi de esa manera y tampoco creía que eso era lo que había pasado.
No había nadie, todos desayunaban en sus casas a pesar de que nadie prohibía venir aquí.
-¿Quieres café?- me sobresalté más de lo que debería al escuchar eso.
Drake apareció en mi vista del otro lado de la barra con una taza. Podía notar que estaba en pijama, y aún así, estaba perfecto.
-¿Qué haces aquí?- pregunté.
-Creo que es bastante obvio- contestó con ironía- Siempre desayuno aquí- agregó- ¿Quieres café si o no?
Asentí y volví a perderlo de vista por unos segundos. Salió de la barra y se acercó a mi con una taza.
-Gracias- dije mientras la agarraba- ¿Por qué siempre desayunas aquí?
-Me pongo insportable si no estoy tranquilo, al menos, los primeros diez minutos de la mañana. Sé que no viene nadie aquí a esta hora- contestó mientras iba a una de las mesas a sentarse.
Nuestra charla un día atrás parecía haberse desvanecido, aunque también recordé que él quería que siguiéramos hablando.
-No creo que eso funcione. Eres insoportable de cualquier modo- me senté frente a él.
Tomó un poco de su café y sonrió.
-Puede ser- respondió- ¿Sabes a qué chica trajo Bryan aquí ayer?- cambió de tema y lo miré con una actitud completamente diferente a la que tenía- No que realmente me interese, pero, a pesar de lo que te dije, no puedo evitar mirarte con... ganas.
-¿Cómo sabes que Bryan trajo una chica?- tanto era el pánico que ignoré su última oración tentadora.
-El helado- señaló al piso- No sé que clase de truco ridículo será, pero... es bastante famoso por eso.
Empecé a respirar con dificultad. Cosa, que Drake notó.
-Oh... Fuiste tú.
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Las hermanas Omega 💌 La aventura de crecer
Teen Fiction"Regla número 1: Somos nosotras cuatro y solo nosotras. Regla número 2: No podemos decirle a nadie. Regla número 3: Todos los martes 1:35 AM detrás del arbusto a dieciséis metros de la casa Delta. No antes, no después, no otro día. Regla número 4: N...