Capítulo 38

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¿Tiene ojos en la espalda?

Suspiré y entré a la habitación para caminar hasta el balcón.

Aún no entendia porque si estar cerca de él me generaba tanto nerviosismo y alerta, iba y me acercaba.

Podía ver como el sol se iba por el mar de una manera preciosa y a todos un poco más calmados. Ubiqué a las chicas otra vez: Aria en el mar con Patrick, Leighton hablando con una chica y Wanda besándose con Steve. También ví a Carmen con unas chicas de nuestra casa y a Miles sentado cerca de la orilla. No encontré a Bryan, supuse que se estaba divirtiendo en alguna habitación.

-"Este mundo no es solo de Drake Marxwell"- repitió mis palabras casi soltando una risa y sin mirarme- Esa es nueva. He oído muchas cosas de mi, pero esa es la más creativa.

-Es verdad- aseguré.

-Es probable que tengas razón- admitió. Pensé que era una burla, pero no, lo noté en su tono- Nacer con un patrimonio tan alto te hace perder muchas cosas y ver un mundo muy reducido- siguió- Es una mierda- agregó. Puso su vista en mi sonrió tirando el cigarrillo por el balcón- ¿Me recuerdas que dice el cartel de tu habitación?

Rebolié los ojos. Claro que no entendía.

-Es diferente- contesté.

-¿Lo es?- preguntó irónico- Dice "El Mundo de Maggie". El mundo tampoco es todo tuyo.

-No me refiero a eso- respondí- Me refiero a mi mundo, un mundo que es mío, no quiere decir que el mundo me pertenezca- expliqué.

-Muy interesante, pero no te creo ni media palabra, sin ofender- respondió- Todos creen que el mundo gira alrededor suyo. Sino, a nadie le importaría lo que piensan los demás. Todos creen que alguien los está juzgando todo el tiempo y... la realidad es que a nadie le importa un carajo- explicó.

-Si así fuera, no existiría el bullying- aclaré.

-El bullying dice más de la persona que lo practica- contratacó y no pude responder realmente- Estás discusiones nuestras son muy filosóficas, me gusta- agregó.

-A mí no.

-Ya te gustará- contestó- Dije el primer día de clase que te ayudaría y lo haré- siguió. Recordé ese día con una sensación extraña en el estómago- ¿Por qué astronomía?- preguntó después de unos segundos.

-Me encanta entender el espacio- respondí casi sonriendo. Amaba que me hicieran esa pregunta- La luna es mágica, hace tantas cosas y ni siquiera nos damos cuenta. Las estrellas son infinitas. El universo es infinito y lleno de teorías que podrían explicar el porque de todo- expliqué mirando al cielo- Me fascina.

-Te ves linda hablando de algo que amas- soltó y lo miré. Tenía una mirada que nunca le había visto. No era provocativa en ese sentido, sino... dulce- Tus padres deben estar muy orgullosos.

Culpa. Pecado. Maldición. Tristeza. Esconderse. Escapar.

-Si lo supieran, no les gustaría- dije finalmente.

-¿Qué? ¿No lo saben?- parecía bastante sorprendido.

-No- negué- Ellos creen que me anoté a historia antigua. Jamás tolerarían que estudie ciencias. Desde niña que quiero un telescopio y jamás me atreví a pedirlo.

-Wow... Nunca creí que tuviéramos algo en común- sonreí un poco tras no escuchar un reclamo- Aunque, mi papá realmente me odia, me destesta. Pero, eso no lo detuvo para obligarme a estudiar economía y marketing para seguir con el negocio de la universidad y este hotel como ha sido por 100 años- confesó- Así que, estoy estudiando eso y me anoté a otra carrera.

-¿Cuál?

Sonrió y se acercó un poco más a mi.

-Eso no te incumbe, Andrómeda.

¿Tuvimos un lindo momento? ¿Uno en serio en serio lindo? Al convenserme de que si, lo agarré del cuello y lo atraje hacia mi.

La segunda vez que lo besaba y el sentimiento era quince mil veces mejor. Me lo devolvió de una manera un poco bruzca, pero no me importó, porque significaba que quería más, y yo también quería más.

Drake me agarró de la cintura y me empujó con suavidad hacia adentro de la habitación sin separarse un segundo.

Caí en una cama. No... Si... NO.

Empezó a besar mi cuello. No sabía si algo podía sentirse tan bien como eso. Después de unos segundos, encontró un punto en el que me derretí por completo y empecé a sentir que realmente no quería parar. En otras palabras: PELIGRO.

Aunque, obvio, me obligué a ignorar completamente toda voz que me dijera que no.

Hice que se diera vuelta y cambiar de posiciones. Yo arriba de él, esta vez. Y así me quedé, besándolo y sabiendo que quería esto ya.

Sentí que el nudo que estaba hecho en la parte de arriba de mi traje de baño se aflojó y eso fue suficiente grito de parte de mi cuerpo para separarme agarrándo la prenda para que no se caiga.

-Drake... Yo... No...- empecé, pero no podía terminar. Nunca había estado tan incómoda.

-Tranquila-interrupió. Una parte de mi, creyó que él no iba a parar, que iba a enfadarse, que me convencería con palabras seductoras.

Me senté a su lado agarrando ambos hilos para intentar reanudarlos otra vez.

-¿Me dejas a mi?- preguntó poniéndose a mi lado- ¿Puedo?- señaló mi espalda dando a entender que quería ayudarme.

Asentí y él agarró ambos hilos para ponerlos como antes. Sentí sus dedos en mi piel y empecé a arrepentirme de haber parado todo.

Al terminar con eso, simplemente nos quedamos callados, hasta que Drake rompió el silencio.

-Maggie...- lo miré. Nunca había escuchado ese tono Tan débil en él, tan vulnerable- ¿Lo sabes?

Las hermanas Omega 💌 La aventura de crecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora