Devuelta lunes. Sobreviví una semana, eso lo tomé como el mayor milagro, así que, estaba de buen humor, creo, que por primera vez.
Algo que me había sorprendido bastante, era que Drake cumplió con su palabra. Al día siguiente de esa situación en el baño, dejaron de molestar a Leighton. Lo notaba, ya no la miraban con diversión, ni nada. Como si no hubiera pasado.
Fui hasta el edificio principal con Carmen y nos separamos en uno de los pasillos.
Mientras caminaba hacia filosofía, escuché ruido de que muchas cosas se caían al piso, cosas livianas.
Di vuelta la cabeza confundida para encontrarme a unos metros un montón de cuadernos y hojas tiradas, junto a un chico suspirando cansado. Este, se tiró al piso y empezó a juntar las cosas.
Me acerqué mientras levantaba algunos libros que estaban a mi alcance.
-¿Estás bien?- le pregunté poniéndome frente a él. Aún estaba en el piso y levantó la mirada sorprendido.
-Umm... Si... Si- contestó algo nervioso y se paró con unos cuadernos en la mano.
-¿Dónde está tu mochila?- noté que eso pasaba, tenía absolutamente todo en la mano.
-A los de mi casa, se les ocurrió como una broma comiquísima esconderme la mochila- respondió mientras se paraba.
Lo reconocí, Miles Geller, estaba en mi clase de matemáticas. Era un chico muy amable con esa timidez que le desbordaba.
-Te ayudo a llegar a tu clase- ofrecí. Él asintió con un poco de duda y empezó a caminar por el mismo camino que yo hacía antes -¿En qué casa estás?- pregunté.
-Delta Gamma.
No era posible que ese chico perteneciera a esa fiesta constante, a ese infierno de fraternidad. Ahí estaba Patrick... y Jackson... y... Drake. No es por ser mala, pero ese chico no encajaba con ninguna de esas personas.
Aunque, ¿qué puedo preguntar yo si estoy en Kappa Delta? Una plebella junto a las princesas.
-Si, no son personas demasiado agradables- dije simplemente- No te incluyo a ti.
Sonrió.
-Odio ese lugar con cada fibra de mi cuerpo- aclaró- ¿Tu dónde estás?
-Kappa Delta- respondí- Tampoco lo digo con orgullo.
El salón de él estaba justo junto al mío. Así que, una vez que llegamos, le extendí las cosas.
-Gracias- me dijo sonriendo y le devolví el gesto.
Fui hasta mi salón y entré. Como siempre, personas socializando, menos yo y Wanda, creo que se llamaba esa chica del primer banco.
Me senté en mi lugar, y no mucho tiempo después, llegó la profesora. Casi junto a ella, llegó Drake y, lo primero que hizo, fue mirarme, no con una expresión en particular, solo con esa mirada que hacía que te sintieras... con ganas de muchas cosas que prefería no pensar.
"Hay algo más que tendrás que devolverme y no está a discusión. Mi asiento en filosofía."
Cuando entré al salón, olvidé completamente esa conversación. Había intentando olvidar todo lo que había pasado esa noche en específico directamente.
La profesora se sentó en su silla para anotar algunas cosas y Drake vino hasta el asiento junto a mí e hizo lo mismo.
-Creí haber sido claro- empezó y lo miré- Ese es mi banco.
-Quizás si no llegaras tarde, podrías sentarte donde quieras.
Cuando algo o alguien me descolocaba de mis cabales, siempre mi defensa fue no pensar en lo siguiente que iba a salir de mi boca. Me gustó, porque soné confiada, aunque por dentro solo quería que nunca dejará de mirarme.
Soltó una risa.
-¿Quieres jugar así?- no puede ser así de sexy desafinado a alguien- De acuerdo.
¿En qué me metí ahora?
-"Cuando han sido descartadas todas las explicaciones imposibles, la que queda, por inverosímil que parezca, tiene que ser la verdadera"- dijo la profesora levantándose de la silla y poniéndose delante del escritorio- ¿Alguno sabe quién dijo eso?
Wanda levantó la mano con entusiasmo y la profesora la señaló para que contestara.
-Sherlock Holmes.
-Muy bien- la felicitó la profesora- Ahora... ¿Esto es cierto o no?
-Si / No- respondimos Drake y yo al unísono. Yo con "si", él con "no".
Nos miramos y él sonrió pensando que tenía razón.
-Ok... Interesante- dijo la profesora- ¿Por qué "si", Señorita Pines?
-Porque es lógico- contesté- Una vez que viste todas las posibilidades y ninguna es correcta, solo queda la que lo es.
Era algo tan simple, pero no, la filosofía siempre encuentra algo.
-¿Por qué "no", Señor Marxwell?
-Porque es imposible que Sherlock Holmes tenga realmente todas las posibilidades analizadas- respondió- Es imposible hacer eso, debería de requerir conocimiento divino.
-Muy buena respuesta- sonrió orgullosa la Señorita Amstrong- ¿Alguno sabe cómo se llama cuando la intuición vence a la lógica?
-La paradoja del cuervo- respondió Wanda.
-Exacto- asintió la profesora- Eso es lo que vamos a ver hoy, la paradoja de la negación. Gracias a esta paradoja, la idea de Holmes ha sido llevada a otro tipo de mirada- explicó- Es ridículo decir que si algo es negro, es un cuervo, por ejemplo.
Era ridículo pensar que terminaría con la misma mentalidad de esta mujer. Era ridículo pensar que todo se solucionaría. Era ridículo pensar que Drake Marxwell pensara lo que yo pienso de él.
💌Este capítulo va dedicado a mi queridísima amiga LunaticaaSnape 🐍, le deseo un muy muy feliz cumpleaños 🥳 te quiero, amiga 💕💌
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Las hermanas Omega 💌 La aventura de crecer
Teen Fiction"Regla número 1: Somos nosotras cuatro y solo nosotras. Regla número 2: No podemos decirle a nadie. Regla número 3: Todos los martes 1:35 AM detrás del arbusto a dieciséis metros de la casa Delta. No antes, no después, no otro día. Regla número 4: N...