Al igual que Drake, su padre era más atractivo cuando estaba más cerca. Tragué saliva con dificultad sin saber como realmente disculparme o que decir.
-Lo lamento, señor.
Se le dibujó una amplia sonrisa en el rostro.
-Por Dios... Dime Walter- dijo. Entrecerró un poco los ojos mientras me estudiaba. Sentí un deja vu al saber que Drake hizo lo mismo- Te conozco- aseguró.
-Emm... ¿Si? No lo creo- respondí con rapidez ocultando el pánico. No había forma.
-Si...- se puso la copa de champagne que tenía sobre los labios mientras no paraba de observarme. Alejó la bebida mientras chasqueba los dedos con la otra mano- Margaret Pines, ¿cierto?
Me daba un miedo irracional que este hombre supiera de mi existencia.
-¿Cómo lo...
-He hablado bastante con tus padres- respondió antes de que preguntara- El año pasado llamaron con muchas preguntas. Y cuando te vi en el archivo, fue difícil de olvidar- explicó- No todos mienten sobre lo que estudian a sus padres- comentó casi riendo- Ellos hablaban de historia y te matriculaste en astronomía, ¿cierto?
No podía moverme. Alguien más lo sabía y tenía miedo de que todo explotara. Al igual que su hijo, él tenía que saberlo todo y lo sabía.
-Así es- contesté finalmente.
-Me agrada la gente que defiende lo que cree- empezó. Tomó el champagne que le quedaba en la copa y la dejó a un lado. Soltó una risa por lo bajo y mordió su labio inferior con diversión- Tu, por casualidad, no tendrás que ver con un telescopio en la tarjeta de crédito de Drake, ¿verdad?- unió puntos- ¡Que bastardo! Comprando mujeres con regalos.
Era una persona tan tan falsa y un hipócrita también por halagar mi elección de carrera cuando él hace lo mismo con Drake. No que defendiera que Drake no lo fuera, no lo tenía claro aún, pero, él si se mostraba con su actitud al menos.
-Si hijo no es ningún bastardo y no me compró con nada- respondí seria y su sonrisa desapareció- Su hijo es increíblemente inteligente. Vale más que un par de edificios y saber como administrarlos- agregué- Con permiso.
Me alejé de él dejándolo, probablemente, con la palabra en la boca y dejándome a mi misma con un nudo en la garganta por haberme metido, una vez más, donde no me incumbía. Y todo por defender a Drake y lo indefendible.
-Necesito aire, ahora vuelvo- le dije a Miles cuando pasé a su lado en la mesa.
Seguí de largo y subí las escaleras dirigiéndome a la terraza. Pasé por el pasillo y abrí una de las puertas con el cartel. Volví a subir unas segudas escaleras y llegué al techo.
Los pocos segundos de paz que creí tener, se fueron por la borda cuando vi a Drake apoyado en la especie de balcón de material al final de la terraza mirando al cielo. Podía ver el humo de su cigarrillo que tenía, seguramente, en una de sus manos.
Suspiré y me acerqué a él con cuidado. Ya estaba resignada de seguir encontrándomelo en los momentos que menos quería.
Me puse a su lado. Él notó mí presencia, se que si, pero no hizo nada al respecto, ni se inmutó.
Vi el anillo en su dedo del medio junto con el cigarrillo e intenté tener en mente lo que dijo Miles, y así ahuyentar todos los pensamientos.
-Fue una gran entrada- rompí el silencio- No me lo esperaba.
-Basta...- musitó.
-¿Qué?- pregunté confunda.
-¡Basta, Maggie!- exclamó esta vez voltenádome a mirar mientras se enderezaba. Me sobresalté sin entender que quería decir- ¡Basta!
Estaba enojado, muy enojado, lo veía en su mirada y en como respiraba con dificultad.
-¿De que estás hablando?
-Me dices que no quieres volver a verme, que me odias, que no me acerque a ti y después... Vienes y lo haces tu ¿Por qué?- respondió- ¿Por qué sigues queriendo que esté lastimado?- tiró el cigarrillo y lo pisó. Noté que se le llenaban los ojos de lágrimas y que los míos estaban igual.
-Ya te lo dije... aunque quiera, no puedo- contesté- No te odio, sé que lo dije, pero... no es cierto. Lo dije para que te fueras, lo dije porque estaba furiosa.
-Solo... Yo sabía que esto iba a pasar- dejó de levantar la voz y el ambiente se transformó de ira a tristeza- Nunca debí arriesgarme contigo- aseguró- Y aunque no puedas odiarme, quieres hacerlo, porque debes hacerlo.
-Te juro que no quiero, pero tu con tus actitudes no estás ayudando- aclaré- Drake...
-No te merezco- me interrumpió. Se acercó más a mí y puso ambas manos en mis mejillas- No mereces a alguien que está hecho desastre. No mereces a alguien lleno de secretos.
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Las hermanas Omega 💌 La aventura de crecer
Teen Fiction"Regla número 1: Somos nosotras cuatro y solo nosotras. Regla número 2: No podemos decirle a nadie. Regla número 3: Todos los martes 1:35 AM detrás del arbusto a dieciséis metros de la casa Delta. No antes, no después, no otro día. Regla número 4: N...