-No.
-Maggie...
-No.
Ni siquiera levantaba la vista del libro de Julio Verne que aún leía en mi escritorio ante la insistencia de Carmen para ir a la fiesta.
-¡Vamos! Será divertido.
Suspiré y la miré finalmente.
-Odio las fiestas.
-¿A cuántas has ido?
-Ninguna.
-Entonces...
-No tengo que ir a ninguna para saber que no me gustan- interrumpí levantándome- No quiero tomar alcohol ni ninguna otra sustancia. No quiero jugar a ningún juego estúpido, los cuales, de alguna manera u otra, llevan a que tienes que tener sexo con alguien. No me gusta estar cerca de muchas personas. Y no sé bailar ni que me miren- enumeré todas las razones para convencer a mi amiga de que deje de obligarme a ir.
Ella se quedó callada un segundo mientras me miraba.
-Mira... Entiendo... Pero...- empezó y se acercó un poco a mí- Nunca quise hablar esto contigo, porque seguro tu no quieres- siguió- ¿En serio aún no diste tu primer beso?
Me sentí mal. Odiaba ese tema ¿Por qué le dan tanta importancia siquiera? ¿Por qué la gente pone presión en dejar de ser virgen a los 16 años? ¿Por qué a la gente le importa si tocaste los labios de otra persona con los tuyos?
-Es en serio- respondí- Es que... nunca me dejaban salir y no conozco a nadie básicamente- justifiqué.
-Está perfecto, Maggie- contestó- No tienes que apresurarlo si no quieres. A lo que me refiero es que... deberías probar estas cosas. No hablo de que beses hoy a alguien como quiere que hagas Shelby, pero... arriésgate un poco.
Maggie's World. Me lo prometí a mi misma y pensaba cumplirlo. No sabía que sería tan difícil aceptar ciertas cosas.
Además, no tenía nada interesante para hacer. Como nunca lo tuve todas las noches de sábado los últimos tres años.
-No tengo ropa exactamente- solté.
Carmen sonrió sabiendo que estaba a un paso de terminar de convencerme.
-De eso no te preocupes.
Me prestó un top gris brillante y lo complementé con una pollera pantalón negra que yo tenía, más mis Converse del mismo color. Me maquilló un poco y me prestó un labial oscuro.
Ella por su parte, tenía un lindo vestido entallado en rosa oscuro y tacones blancos.
Me miré al espejo antes de salir. Honestamente, nunca me había visto a mi misma tan linda. Me sentía hasta sexy, nunca me había puesto ropa de este estilo.
Quizás no sea tan malo.
💌💌💌
Entramos a la sala común junto con otras chicas de mi misma casa y de otras también.
El lugar era un completo caos. El salón era bastante grande y ya estaba bastante lleno.
Había un montón de sillones, en donde había un montón de gente ya usándolos para besarse de una manera que no creía posible y manoseárse hasta lo que no tenían. Visualicé una mesa a lo lejos llena de botellas de todo tipo seguramente. Podía ver un pasillo que llevaba a varias habitaciones, que seguro, muchos ya estarían usando.
-¡Ay, que bellas chicas!- exclamó Bryan con diversión viniendo hacia Carmen y a mi con dos pequeños vasitos llenos.
Nos los extendió y mi compañera lo agarró sin preguntar y se lo tomó de una.
-¿Qué es?
-Shot de tequila- respondió.
A la mierda.
Lo agarré e imité la acción de Carmen. Sentí que me quemaba absolutamente toda la garganta. Era demasiado fuerte.
-Deberías hacerte tragos más suaves- pensó Carmen- ¿A quién buscas?
Volví a mirarla. No solo notó que el shot me destruyó.
-A nadie- contesté rápido.
Odiaba admitir que buscaba a Drake. Odiaba que mi cuerpo tuviera esa necesidad de verlo siempre. Odiaba tenerlo cerca, pero creo que odiaba más tenerlo lejos.
Confiaba en Bryan, y si el decía que no era de fiar, tenía que ser cierto. Y esa charla con la directora tampoco salía de mi cabeza.
Pero conmigo no parecía actuar así. O sea, si tenía esa actitud bastante insoportable, pero quiero creer que todos la tenemos a veces.
-Voy a seguir tu consejo- le dije a Carmen.
Me alejé de los dos y fui hasta la gran mesa de bebidas.
Ví en la otra punta de la mesa a Leighton mezclando algo en un vaso y la saludé con la mano. Ella me vio también, me devolvió el saludo con una sonrisa y siguió con lo suyo.
Agarré uno de los vasos limpios y miré que podía servirme. Encontré un vodka de sandía, me pareció interesante así que me serví muy pocas gotas.
-¿Solo eso?- escuché una voz a mi lado y ví una chica de pelo castaño mirando lo que tenía en el vaso- ¿Sabes? Puedes ponerte un poquito más y rebajarlo con mucho jugo de naranja- agarró mi vaso sin previo aviso y sirvió un poco bastante más del vodka. Le puso el jugo y un poco de hielo- Ten, prueba.
Tenía ojos marrones y lindos cachetes. Parecía que ya tenía algunos vasos dentro del cuerpo, pero sentía esa vibra de que tenía todo controlado y que era súper segura.
Le hice caso y tomé un sorbo. Interesante.
-Si, esta bueno- admití.
Podía sentirle el gusto al vodka, pero no lo suficiente como para quemarme como antes. Era perfecto.
-Experta en tragos, Aria Burton. De nada- hizo una reverencia y solté una risa.
-¿Me haces el mismo?- escuché ahora hablar a Wanda que estaba frente a mi en la mesa.
-Y a mi arréglame esta asquerosidad que hice, por favor- Leighton apareció a su lado extendiéndole su vaso.
Las cuatro soltamos un risa. Solo las cuatro.
Cuatro chicas que estaban tan perdidas, y ninguna parecía saberlo.
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Las hermanas Omega 💌 La aventura de crecer
Teen Fiction"Regla número 1: Somos nosotras cuatro y solo nosotras. Regla número 2: No podemos decirle a nadie. Regla número 3: Todos los martes 1:35 AM detrás del arbusto a dieciséis metros de la casa Delta. No antes, no después, no otro día. Regla número 4: N...