Capítulo 61

7 2 0
                                    

Entré al edificio principal con mi mano entrelazada a la de Miles. No quería dejarlo solo, en serio no quería, tenía miedo de que se rompiera en mil pedazos.

-¿Quieres que hable con él?- le sugerí poniéndome frente a mi amigo. Lo último que quería era eso, pero si yo era la respuesta para que deje de molestarlo, que así sea.

-Claro que no- contestó- No le tengo que demostrar que me asusta, eso es justo lo que quiere- siguió- Estoy harto de ser el débil, Maggie.

Lo notaba cansando, como si no hubiera dormido en toda la noche, como si tuviera un pánico constante.

-Tranquila, Max- Bryan le puso una mano en el hombro a Miles y sonrió- Yo le tendré un ojo encima y a Marxwell también.

Suspiré asintiendo. Le di un beso en la mejilla a Miles y me alejé de los dos.

Cada paso que daba era peor que el anterior, me estaba apunto de meter en un aula con ese maniático.

Al llegar, me di cuenta que la que estaba llegando un poco tarde esta vez, era yo. La profesora ya estaba ahí, aunque se notaba que apenas había entrado.

Vi el asiento vacío junto a Drake. Sus ojos encontraron los míos y los desvíe de inmediato.

No me quedaba otra que sentarme donde siempre me había sentado. Junto a él.

Deja de ponerte perfume, maldito imbécil. Tengo que odiarte, házmelo más fácil.

Con ese aroma en mi nariz se desbloquearon recuerdos que me obligababa a no pensar en horas de clase. Y, en esta situación, claramente, no ayudaban.

Su tacto, sus besos, su sonrisa cálida, la forma en la que entiende ¡BASTA, MARGARET!

Mordí mi bolígrafo con nerviosismo mientras "escuchaba a la profesora", hasta que me di cuenta que no estaba tomando nota. Y en esta materia, que yo no preste atención es, justamente, la peor decisión.

Intenté escribir, no pude. El bolígrafo no respondía. Nada, ni un gota de tinta salía, solo quedaban rayas en la hoja.

Empecé a enojarme, obviamente, no por el bolígrafo en si, intentaba canalizar toda la ira envuelta en mi cuerpo en ese maldito bolígrafo que no escribía.

Terminé lanzando un pequeño gruñido por lo bajo para que nadie me escuchara.

Apoyé los codos en la mesa y me corrí el pelo de la cara frustrada.

Segundos después, vi que del lado izquierdo me ofrecían uno. Voltee mi cabeza para mirarlo, solo sostenía un bolígrafo con una cara que odié encontrar dulce.

Se lo arrebaté de la mano e intenté no pensar en nada más que tuviera que ver con Drake.

Que difícil era.

💌💌💌

-Es lamentable que la materia sea semestral- anunció la Señorita Amstrong antes de terminar con la clase- Por eso mismo, me gustaría que el último lunes que nos encontremos, me entreguen un pequeño ensayo de lo que se llevaron de mi clase de Filosofía- explicó. Ay, Dios. Nada- Puede ser algo que aprendieron, algo que les haya gus...

-¡Se les pide a Margaret Pines, Wanda Goldberg, Leighton Sherwood y Aria Burton presentarse inmediatamente en la oficina de la directora!- el parlante habló interrumpiendo a la profesora.

Wanda y yo compartimos una mirada de pánico, mientras nuestros compañeros hacían un estúpido "uhhh".

-Pueden irse, chicas- dijo la profesora.

Recogí mis cosas rápido y salimos las dos del salón.

-¡Ay no, ay no, ay no!- exclamó Wanda.

A lo lejos, vimos a Aria viendo en nuestra direccción. Nos apuramos a llegar con ella y, pocos segundos después, a las corridas llegó Leighton.

-¿Qué es lo que está pasando?- preguntó ella desesperada.

Empezamos a caminar a paso rápido, estábamos demasiado confundidas.

-¿Creen que ella tiene algo que ver con lo nuestro?- pensó Aria.

-No lo sé- respondí ya esperando la peor.

Llegamos al escritorio de la secretaria y ella asintió dando señal a que podíamos pasar.

Ninguna se animó a abrir la puerta, así que, yo me adelanté. Abrí finalmente y las cuatro dimos un paso.

Ahí estaba la directora Simmers en su escritorio como siempre y mirándonos.

-Siéntense- dijo neutra.

Nos dimos una mirada y obedecimos entrando por completo a la oficina y Wanda cerrando la puerta.

-¿Hay algún problema?- preguntó mi compañera.

-Tengo algo que mostrarles- soltó.

Dio vuelta la computadora en su escritorio. No. Y ahí estábamos las cuatro corriendo por los pasillos siguiendo a alguien que estaba oculto por las sombras a mitad de la noche mientras la alarma de incendios sonaba.

Ella pausó el vídeo y nos miró en silencio.

-¡Nosotras no prendimos la alarma!- exclamó Leighton.

-Lo sé- respondió seca la directora- Mi pregunta es: ¿Qué hacían en el edificio principal después del horario...

-Alguien nos sigue- confesé. Sentí la mirada de todas- La persona que prendió la alarma nos sigue. No sabemos quien es.

-Lo averiguaré- aseguró- No respondieron mi pregunta.

-Fue por esa persona- contestó Aria- No podemos dar muchos detalles.

Se nos quedó mirando, estudiando en realidad, en silencio a cada una.

-Bueno- dijo mientras se levantaba de su asiento- Si tengo algún indicio volveré a llamarlas, espero que hagan lo mismo conmigo- agregó- Porque la única razón por la cual no estoy haciendo una sanción es porque ninguna de las cuatro ha hecho nada malo, son buenas estudiantes, son de primer año y su situación parece ser... particular- aclaró- La próxima no será así, ¿entendido?

Las cuatro asentimos.

-Pueden irse.

Nos levantamos con desesperación y nos apresuramos a salir.

-Me cansé- solté molesta parando de caminar.

-¿Qué?- preguntó Wanda confundida.

-Voy a decirle a Miles lo de la carta para que nos ayude a encontrar quien fue. Esta persona no va a ocultarse más.

Las hermanas Omega 💌 La aventura de crecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora