Las hermanas Omega 💌 La aventura de crecer

Capítulo 78

Desperté sintiendo un hermoso perfume que sabía que no se iría de mi cuerpo en mucho tiempo por estar junto a él toda la noche.

Sonreí y abrí los ojos.

Drake me envolvía con uno de sus brazos por la cintura y supe que estaba despierto porque jugaba con uno de los botones de su camisa, que jamás quería quitarme, con los dedos. Sentía su respiración tranquila en mi oreja y su cuerpo pegado a mi espalda.

Me di vuelta para enfrentarlo e intenté que su brazo no se moviera de lugar. Me encantaba estar así.

-Hola, Andrómeda- dijo sonriendo- ¿Cómo dormiste?

-Muy bien- respondí más feliz que nunca- ¿Tu?

-Se puede decir que es la primera vez que descanso en cuatro años- aún sonreía, pero supe todos los porque.

Puse una mano en su rostro y le acaricié la mejilla. Segundos después mis labios estaban en los de él. Creo que fue una de las únicas veces que Drake no me besaba con lujuria, sino, siendo simple, cariñoso.

Se separó más pronto de lo que esperaba y mordió su labio casi volviendo a su actitud normal de malhumorado y no entendí porque hasta que habló.

-Fuimos los cuatro, ¿lo entiendes no?

Asentí sabiendo a lo que se refería.

-Y no estoy enojada con ninguno de los cuatro- aseguré- Fue un accidente y punto, no puedes tener la culpa toda la vida.

Se puso boca arriba en la cama dejándome ver bien su torso y calzoncillos y suspiró. Sonrió otra vez como antes, esa sonrisa que nunca se la había visto hasta hoy.

-Ya lo sabes- soltó mirándome- En serio lo sabes y no tengo que ocultarte nada.

Solté una risa y me acomodé en su pecho mientras él me abrazó acercándome aún más.

-¿Estás feliz?- pregunté levantado la cabeza para verlo.

-Finalmente, si- contestó- Ni siquiera lo puedo creer.

-Y a mí me encanta que estés feliz- me estiré para darle un beso en la mejilla, volví a la posición en la que estaba y lo abracé también.

Hubo un poco de silencio que no pudo ser más lindo mientras él me acariciaba la piel por debajo de la camisa. Solo paz. Solo un momento de paz para los dos que tanto nos merecíamos.

-Ya no hay secretos entre nosotros y así queiro que se quede, ¿si?- lo escuché- No quiero arruinar esto. Nunca, Maggie.

Sonreí otra vez y, un segundo, después se esfumó al recordar algo. Algo que no debería haber hecho. Algo privado que yo no tenía porque saber.

-Drake...- me separé de él sentándome en la cama con las piernas cruzadas, soné más asustada de lo que pretendí. Obvio, iba a decírselo. Si es sin secretos, sin secretos será.

-¿Qué pasa?- se sentó a mi lado temiendo lo que podía llegar a decirle.

-No es un secreto exactamente... Es...- empecé sin saber muy bien como poder articularlo y, mucho menos, sin saber como se lo tomaría- Yo... emm... leí tu ensayo de filosofía- confesé mirando mi regazo- La profesora me lo dió, pero... no debí leerlo. Lo siento.

Me agarró del mentón para que lo mirara a los ojos.

-¿No te gustó?- preguntó casi con preocupación.

-¿Qué? ¡Dios! ¡Claro que sí!- exclamé- Creo que nadie antes ha dicho cosas tan lindas de mí... ¿No estás enojado?

-No, el ensayo era para ti- respondió soltando una risa- Pero, gracias por decirme- siguió y se acercó para besarme otra vez- Lo escribí así para no ir más- agregó al separarse.

-¿No vas a ir otra vez?- pregunté casi hasta ofendida- Justo ahora que no te quiero matar ¿ya no vas a ir mas?

-Perdona, no sabía que mi precencia era tan importante en la clase- dijo divertido. Si, si para mí- Solo quedan dos clases, ya entregué todo y tengo muchos finales de economía y lingüística- explicó- ¿Ya empezaste el tuyo?

-Al fin sé que estudias Semántica... Interesante- dije recordando el momento y evadiendo la preguta.

-No me cambies el tema- notó lo que hacía.

Suspiré y reboleé los ojos.

-No- respondí seca- Me gustó tanto todo que no puedo elegir- agregué con sarcasmo.

Drake me agarró de la cintura con ambas manos con rapidez y me tiró a la cama poniéndose encima de mí. Me sorprendí bastante pero no me molestaba para nada.

Ambos sonreímos a la vez.

-¿Por qué me gustas tanto?