Capítulo 51

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-¿Aprobé?- pregunté incrédula mirando mi exámen de matemáticas sobre el escritorio.

-¿Por qué tan sorprendida?- respondió mi profesor.

El miércoles habían entregado las notas, ese fue el día en el que llegué varios minutos tarde por querer respuestas.

El Señor Clarson me vio por el pasillo y me invitó a ir a su salón para devolverme el examen.

-Es que... no estaba muy concentrada realmente- contesté.

-Y se subestima mucho, lo he notado- soltó- Pero ya hablamos de las distracciones creo.

-Si, pero al parecer todos olvidan el pequeño detalle que pasó el año pasado cuando me advierten las cosas- dije por lo bajo.

-Ah... Ya se enteró- contestó hasta con lástima- Lo lamento.

-Nadie me dice que sucedió.

-Nadie lo sabe, Gravity Falls- me respondió- Su apellido no es ninguna ironía por lo que veo- agrego divertido- Te diré lo que si sé- lo miré con atención, quizás él era la luz en la oscuridad- Drake Marxwell jamás haría algo así para después confesarlo. Fue mi alumno los últimos dos años y es lamentable decir que, al no tener un padre exactamente, yo era el que tenía que vigilarlo, me sentía mal por él- confesó- Y, si, es un poco problemático y complicado. Pero, increíblemente inteligente. Si quiere mi opinión... está cubriendo a alguien. Lo más probable, a los dos inéptos que lo acompañan a todos lados. Aunque, quien sabe.

Solo asentí reiteradas veces con la cabeza.

-Gracias, Señor Clarson- dije- Lo veo el miércoles.

-Eso espero.

Salí del salón con el exámen en la mano y la cabeza a mil por hora.

Ok, tenía muchísimo sentido. Nadie, en especial Drake, confesaría así nada más algo como eso, y mucho menos, con solo 19 años.

La charla con Drake en el piano quedó en eso, una charla. Él no me dijo que no le dijera a nadie, ni lloró, ni nos besamos, ni nada. Solo fue una conversación con un principio y un final.

Crucé miradas con Leighton en el pasillo que venía hablando con Carmen, cosa que nunca había notado. Jamás pensé que se conocían siquiera. Ella desvío la mirada rápido y siguió su camino.

Vi a Aria riendo con Patrick contra la pared. Dudo mucho que me haya visto.

También vi a Wanda con un libro en las manos mostrándoselo a Steve. Él me vio y me saludó con una sonrisa, eso hizo que mi compañera también me notara e hiciera lo mismo pero con incomodidad.

En esto quedó el club de las raras... Cuatro desconocidas con un conocido en común el cual no teníamos idea de quién era.

-¡Max!- No, no, no, no, no. Caminé más rápido, pero no lo suficiente- Hey... Max- se puso a mí lado.

-Hola, Bryan- dije.

-¿Estás enojada conmigo?- preguntó y noté preocupación en su voz.

-No, para nada- respondí sin mirarlo.

-¿Es por lo de anoche?- insistió.

Suspiré.

-No.

Me agarró del brazo para detenerme y quedar cara a cara conmigo.

-Mira... Seré claro, honesto y directo como siempre- empezó- Me pareces atractiva, ¿ok? Muy atractiva, ¿está mal?- confesó y me quedé congelada. Ay por Dios. Negué con la cabeza- Si intenté algo, ¿no te gustó?

-Si me gustó- contesté sincera- No es por eso. También me pareces atractivo, pero no es el caso. El caso es que eres mi amigo.

-No dejaré de serlo pase lo que pase.

💌💌💌

Después de que las clases terminaron volví a mí habitación. Cuando abrí la puerta quedé completamente en shock, parecía que estaba viendo algo totalmente irreal.

Junto a la ventana había un telescopio. Un maldito y perfecto telescopio.

Tire mí mochila al piso y me acerqué. Sonreí como una estúpida al ver lo hermoso que era y hasta notar que tenía una "M" grabada.

Un papel colgaba de él. Lo agarré y abrí el sobre.

"Para que me espies más de cerca y cuando quieras. O, la opción más ridícula, ver el mundo, tu mundo según tu cartel".

Las hermanas Omega 💌 La aventura de crecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora