-Me retaron a que me besara con Patrick en la fiesta- dijo Aria- Las muy idiotas pensaron que me rechazaría, pero no lo hizo y fue el mejor beso de mi vida.
Ya siendo el próximo martes, también fue el próximo encuentro con las chicas en el mismo lugar.
Sabiendo que lo último que habíamos hablando era lo horrible que se sentía ser presionada por nuestras jefas de casa. Hablamos sobre nuestras humillaciones.
-¿Haz hablando con él después?- le pregunto Wanda.
-No, pero me encantaría hacerle muchísimas cosas- le respondió ella sonriendo pícara.
Honestamente, y sin tratar de ser muy cruel, no tenía la más mínima idea de que hacía Aria con nosotras. Si, tenía miedo... creo. Pero, hasta ahora, todo lo que contaba parecía haberle salido a su favor. Además de que, tenía la gran sospecha de que no era virgen por ningún lado.
-A todas las de primer año nos encintaron a la pared del lado de afuera toda la noche- soltó Leighton- Nunca en la vida pensé que la cita era tan fuerte o que me sentiría tan avergonzada.
-Sé que esto les parecerá una estupidez, pero... bueno...- empezó Wanda- Soy muy vergonzosa y... bueno... ni siquiera he besado a nadie, ¿ok? Y... Me dijeron que le diga a Drake Marxwell que estaba buenísimo- confesó. La miré con un sentimiento tan tan extraño- Sé que no estaría mintiendo, pero... no pude.
-¿En serio?- esa pregunta salió antes de pasar por mi cabeza. Odiaba el poder que él tenia sobre mi para tener esas actitudes.
-Les dije que se lo dije porque está conmigo en filosofía y también sabía que no lo corroborarían- me respondió- Ninguna chica habla con él. Bueno... excepto tú- agregó clavando su vista en mi.
Las otras dos posaron su mirada sorprendida en mi.
-¿Se hablan?- preguntó Leighton sorprendida.
-Si... Para insultarnos- contesté intentando ocultar todo.
-Te lo quieres coger, ¿no es así?- soltó Aria sonriendo y asintiendo con la cabeza como contestándose así misma.
-No me interesa- respondí intentando no imaginar nada- Lo admito, es atractivo si, pero... lo quiero lo más lejos posible.
A ver, no mentía. Mientras más alejada de él estuviera, mejor para mi salud mental y física.
-Bueno, nosotras tres haremos como que te creemos- siguió ella- ¿Nos vemos el otro martes?
Todas asentimos.
-Podríamos pensar algunas reglas- dije yo- Ya saben... Para que no haya problemas.
Las chicas accedieron y cada una se fue por su lado.
Salí de nuestro escondite, hasta que me detuve al escuchar pasos, tacones. Vi a la directora caminando en mi dirección a lo lejos.
¿Qué mierda hace a esta hora afuera?
Me desesperé, volví para atrás y empecé a correr para el lado contrario. No sabía si podía llegar a mi casa a tiempo sin que me viera y no iba a arriesgarme.
Corrí, corrí, corrí y corrí. Ni siquiera me di cuenta cuando tuve el edificio principal frente a mi. En ese momento me di cuenta lo estúpida que había sido esa idea, porque ella seguramente iba para allá.
Sin pensar demasiado, me acerqué a la puerta y recé que estuviera abierta. La empujé y lo estaba.
Me metí dentro de la universidad. Estaba todo bastante oscuro y solo tenía la iluminación de las luces de afuera que entraban por la ventana.
Troté por varios pasillos hasta que me sentí perdida. Sentía que nunca había estado ahí y me desesperé aún más.
Intenté relajarme, respirar hondo. Me apoyé en lo que creía que era una pared hasta que sentí que me iba hacia atrás.
Caí al piso. Escuchaba voces y sentía que estaba en un piso de alfombra. Me levanté aún aturdida sin entender que carajos pasaba.
-¿No te enseñaron que en el cine no se hace ruido?- su voz sonó como un eco en la habitación y me di vuelta para encontrarme con el teatro de la escuela.
Estaba dividido en dos partes de lo grande que era. Seguramente, entraban al menos doscientas personas ahí. Podía ver el escenario y en la pared del fondo una pantalla grande pasando una película en blanco y negro.
Ubiqué a Drake en uno de los asientos del medio mirándome.
Intenté buscarle algún sentido a la situación, pero no, no lo encontré.
-Únete o vete, Andrómeda- agregó al ver que no contestaba nada y volvió a la película.
Miré la puerta y pensé en la directora, si quizás ya se habría ido. De nuevo, no quería arriesgarme.
Suspiré y empecé a bajar las escaleras hasta llegar a la ilera de Drake. Caminé hasta el asiento junto al suyo y me senté.
Me concentré en la película para no empezar a pensar en su delicioso perfume.
Noté que me ofreció palomitas acercándome la bolsa y simplemente negué con la cabeza.
Volví a la pelicula. Era otro idioma, seguramente era italiano.
-Todas las películas después de los 80 me parecen una basura- soltó el- Ya la industria dejó de ser original o de realmente esmerarse en lo que están haciendo. Importa más vender que trasmitir algo.
-¿Qué es esto?- no sabía que contestar. Esos pensamientos filosóficos que seguro solo él tenía.
Me miró con desaprobación y negó con la cabeza.
-"La dolce vitta"- respondió y se metió más palomitas en la boca. Su acento italiano estaba haciéndome sacar lo peor en mi- Es un clásico del cine- agregó molesto- ¿Viste algo si quiera que no sea una película romántica portagonizada por Ashton Kutcher?
-"El Mago de Oz"- contesté rápido- La veía siempre cuando era niña. La verdad, no miro muchas peliculas.
Agarré algunas palomitas de la bolsa y él solo me miró. Me miraba diferente, cambió su actitud.
-Vengo todos los martes a mirar algo, si quieres unirte- soltó volviendo a la película.
Insulté los martes con las chicas porque quería estar sola con él aunque eso descarrilara mi alma.
-Lo pensaré- contesté.
Seguí mirando la película sin entender una palabra hasta que Drake volvió a hablar.
-Maggie...
Basta de llamarme así.
-¿Qué?
-Me gusta cuando pruebas que estoy equivocado.
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Las hermanas Omega 💌 La aventura de crecer
Teen Fiction"Regla número 1: Somos nosotras cuatro y solo nosotras. Regla número 2: No podemos decirle a nadie. Regla número 3: Todos los martes 1:35 AM detrás del arbusto a dieciséis metros de la casa Delta. No antes, no después, no otro día. Regla número 4: N...