Capítulo 9

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-Si, mamá todo está perfecto- le decía al teléfono mientras terminaba de guardar unos cuadernos en mi mochila.

Mentirles a mis padres era fácil. Confiaban en mi más de lo que deberían. Nunca he mentido en algo tan grave como para ser castigada por Dios. Solo mentiras piadosas, que hacían que su conciencia no se molestara.

-¿Ya tuviste todas las materias?- me preguntó. Juro que la veía parada al lado del teléfono de la pared con un rosario en la mano y tratando de no llorar porque me extraña.

-No, aún no- respondí- Hoy tengo matemáticas, aún no tuve matemáticas.

-¿Hiciste amigos? He rezado para que hagas amigos.

Rebolié los ojos y apoyé una mano en la silla del escritorio. Me paralicé un segundo al notar una superficie de cuero en mi piel.

-Si, creo que si- contesté rápido- Mamá, voy a llegar tarde, ¿si? Te quiero y mándale saludos a papá.

Corté.

Carmen salió del baño y agarró sus cosas.

-¿Qué hago con esto?- le pregunté sin mirarla.

-Te dijo que se la devolvieras hoy, ¿o no?- respondió poniéndose a mi lado viendo la chaqueta en la silla.

-Ni loca voy con esta cosa por toda la universidad.

Cuando volví la noche anterior le conté todo a Carmen.

-Entonces...

-Se la devolveré ahora- aseguré agarrando mis cosas y la chaqueta.

Salí de mi cuarto y, con rapidez, hice todo el camino hasta dejar mi casa.

Fui hasta Delta Gamma. Al acercarme, me di cuenta que era cien por cierto distinta a la mía. Estaba pintada de negro y lo único que se escuchaba de adentro eran gritos de celebración.

Me acerqué más y ví varios chicos en la puerta que notaron mi precencia, pero no le dieron mucha importancia.

En la puerta, pude ver a un chico pelirrojo sin camisa y jeans azules. Tenía en la mano una lata de cerveza ¿A esta hora?

Ya estando casi una semana aquí, sabía que se llamaba Jackson Ludigton y que era amigo de Drake.

Fui hasta él y, cuando se dió cuenta que claramente estaba yendo a él, me miró confundido y me hizo un escaneo de arriba a abajo.

¿Qué tiene esta gente con verme entera?

-Hola- dije- Sé que eres amigo de Drake- empecé- Anoche, me dió esto y me pidió que se lo devolviera hoy- le extendí la chaqueta- Dile que gracias y que trate de que la menor cantidad de personas se entere de que la tuve.

Agarró la chaqueta y me sonrió con esa sonrisa que, al parecer, todos los chicos de esta casa tienen.

-Si, yo se la doy, tranquila- era un tono seductor. Sabía que no era para mí, que es un tono que empleaba siempre. Tenía esa actitud también, la actitud de "no me importa nada, soy el rey, tu eres menos"- Adiós... Margaret.

Al decir eso último, se alejó de la puerta y empezó a subir una escalera que podía ver desde donde estaba.

Bastante sorprendida, me alejé de la casa y empecé a caminar hacia la universidad ¿Cómo sabe mi nombre? ¿Por qué chicos atractivos saben mi nombre?

✈️✈️✈️

Al querer entrar al salón de matemáticas, un chico quiso hacer lo mismo. Había venido caminando desde el otro lado del pasillo.

Casi chocamos y ambos nos detuvimos. Pude notar que eso lo puso increíblemente incómodo.

Tenía pelo negro, ojos marrones, una nariz redonda y de mi misma altura. Creo que era el primer chico que veía con ropa... normal. Digo, nada llamativo, ni caro, ni agrandado.

Como yo, una persona simple.

Me hizo una seña para que pasara yo primero, le sonreí y lo hice.

Me senté en un tercer banco y, el chico se puso en el banco de al lado del lado izquierdo.

Los demás, hablaban, como en todas las clases a las que iba.

-¡Fuego! ¡Hay fuego en la universidad!- un hombre con un maletín entro al salón gritando tal cosa.

Todos, incluida yo, empezamos a entrar en pánico. Me levanté del banco y sentí que sudaba ¿Así iba a terminar todo?

-¡No es cierto! ¡No es cierto!- siguió el hombre matándose de risa- Necesito que estén alertas en mi clase. Si no empezaban a hacer algo pronto probablemente estarían muertos.

Tiró el maletín en la mesa y miró a todos con una sonrisa. Era un señor alto, vestido de traje, cabello castaño, ojos marrones y, al parecer, una personalidad interesante.

El aula era un silencio absoluto y, estaba segura, de que ninguno se había movido del lugar por aún estar en shock por la broma.

-Vamos, siéntense.

Todos lo hicimos con lentitud. No sé si fue un buen o mal comienzo.

Agarró un portapapeles de su maletín y empezó a leer.

-¿Cooper?- preguntó y una chica del fondo levantó la mano- Cooper como... ¿Sheldon Cooper?

Solté una risa.

La chica ni siquiera contestó, solo miró confundida.

-¿Geller?- el chico a mi lado levantó la mano- Wow como... Friends- el chico asintió- ¿Pines?- levanté la mano- Tenemos todos los programas ¡No lo puedo creer! ¡Gravity Falls!- agregó mirándome.

Siguió haciendo lo mismo con casi todos los estudiantes, para él, todos eran de una serie o película.

-La próxima clase, traeré un control remoto- dijo- Así será más facil, señalarlos cuando pregunte algo.

Las hermanas Omega 💌 La aventura de crecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora