Me siento de brazos cruzados y volteo los ojos por milésima vez en lo poco que lleva de semana, porque papá insiste una vez más en que aprenda a hablar italiano, pero ¿Por qué tengo que hablar italiano si mi lengua materna es el español? Además, tener esta conversación justo el mismo día que fue mi maldito ingreso a clases no ayuda mucho.
—Ya te dije muchas veces que no quiero.
—Son tus raíces —se queja papá.
—No voy a perder mi tiempo aprendiendo algo que no me servirá de nada en la vida —digo de mala gana.
—Bruno, cálmate —dice mamá antes de que mi padre pueda abrir la boca una vez más.
—Aprende un poco de tu mujer —digo en tono burlón.
—¿Dejarás que me hable así? —se queja papá ante mamá.
—Dale un poco de espacio —sigue mamá —A la habitación —me dice con una sonrisa —Yo me encargo de controlar a este hombre —se ríe.
—¡Emma, deja de defenderlo! —se queja papá —Nunca va a madurar.
—Cierra la boca, papá —me río —Eres el menos indicado para hablar de madurez.
—Te voy a inscribir a clases de italiano —dice papá señalándome con su dedo —Fin de la conversa.
—Vaffanculo, papa —murmuro y me pongo de pie.
Quiere su maldito italiano, pues lo acabo de mandar a la mierda en su preciado italiano.
—¡Eres hombre muerto!
Al escuchar sus pasos detrás de mí, comienzo a correr escaleras arriba y me apresuro a encerrarme en mi habitación, mientras mi padre golpea como un loco al otro lado. Quizás si me pasé un poco insultándolo.
—Creo que está enojado.
—Mierda —pego un salto al ver a mi hermana de 10 años sentada junto a mi ventana. —¿Qué haces aquí, Chiara? —le pregunto a la chica rubia. La primera mujer de sangre Andreotti en bastante tiempo.
—Federico se metió en mi habitación —se encoge de hombros.
—¿Y crees que eso te da el derecho a meterte en la mía? —asiente —Largo de aquí —le señalo la puerta.
—Si abro la puerta, papá entrará en cualquier momento —dice de manera inocente —Además, sé donde mamá esconde las llaves de tu habitación.
Mi madre tiene una llave de cada habitación oculta en algún lugar por si la necesitamos en caso de emergencias, pero fuera de eso ella sabe respetar nuestra privacidad. Papá también nos da privacidad, sobre todo a Chiara que es chica, pero si actúo como un imbécil que le falta el respeto, irrumpe en mi privacidad solo para darme un castigo.
—Si vas a estar aquí no tomes mis cosas —la señalo con el dedo y me dejo caer en la cama.
—Non vuoi imparare l'italiano? —automáticamente le doy una mala mirada [No quieres aprender italiano?] —Lo siento —se ríe.
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El Rey De Roma #3
Teen FictionEl amor puede llegar de diferentes formas a revolucionar tu mundo. Crees que tienes todo claro en la vida, que no dudas de nada, que estás con la persona correcta. Pero luego llega esa persona que puede mostrarte que vivías entre unas paredes que es...