El amor puede llegar de diferentes formas a revolucionar tu mundo. Crees que tienes todo claro en la vida, que no dudas de nada, que estás con la persona correcta. Pero luego llega esa persona que puede mostrarte que vivías entre unas paredes que es...
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Una voz bastante conocida, pero que a la vez no me agrada escuchar, se hace presenta en la sala de la familia Moretti.
—Pero que tenemos aquí —se dirige a mí.
—Hola —murmuro por lo bajo.
—Hola, chicos —interviene Chiara.
—Hola, pequeña —responde Sander, mientras Patricio sigue con su mirada puesta en mí.
—Es mejor que ordenemos esto —le digo a Chiara —y dejamos espacio para los chicos.
—Está bien —responde la niña tomando las fotos que había dejado tiradas.
—¿Me llevo a Federico? —le pregunto a Giovanni, un poco incómodo por la presencia de sus amigos.
—Deberías llevarlo contigo —me lo entrega —Malas palabras —voltea los ojos —Si aprende algo de estos dos, mamá me mata.
Tomo a Federico y Chiara la caja de fotografías para llevarla al cajón que hay en la oficina que comparten Bruno y Emma cuando tienen trabajo pendiente.
—¿Los amigos de Giovanni también son tus amigos? —me pregunta la niña.
—No —niego con la cabeza —Tenemos amigos diferentes —respondo intentando no parecer tan incómodo ante la pregunta. —¿Quieres que vayamos a ver como va tu madre con los pasteles? —asiente.
—Mani —dice Fede.
—Mami —lo corrige Chiara.
Camino intentando evitar el lugar donde están sentados los amigos de Giovanni, y Chiara me sigue sin decir nada.
Entramos a la cocina y Emma está parada frente al horno, mirando lo que hay en su interior, lo cual son los pequeños pasteles horneándose.
—¿Necesitas ayuda? —le pregunto, a lo que se gira.
—De momento solo es el horno quien tiene que trabajar —me sonríe —¿Golpearon la puerta?
—Sí —responde Chiara —Son los amigos de Giovanni.
—Patricio y Sander —murmuro.
—Cariño —le dice Emma a su hija —¿Quieres cometer un incumplimiento de normas? —Ella abre los ojos grandemente en respuesta y luego asiente —Sube a mi habitación y dile a papá que mamá te autorizó a un helado antes de la cena y que la cena será pizza, por lo cual tienen que ir por ella.
—¡Sí! —chilla la niña —¿Fede también puede acompañarnos? —Emma asiente en respuesta.
—Ahora ve a avisarle a papá.
Chiara sale corriendo por la cocina y Emma la sigue con la mirada hasta que desaparece por la puerta, para luego clavarla en mí.
—Sé que tú estás aquí por mis niños —se acerca y toma a Fede entre sus brazos —Pero ahora ellos saldrán con su padre y tú y yo tendremos una conversación.
