El amor puede llegar de diferentes formas a revolucionar tu mundo. Crees que tienes todo claro en la vida, que no dudas de nada, que estás con la persona correcta. Pero luego llega esa persona que puede mostrarte que vivías entre unas paredes que es...
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Despego el rostro de la almohada y suelto y un largo bostezo. Ya es Navidad, pero no me queda nada que mirar bajo el árbol, debido a que Chiara y Fede se encargaron de acabar con los regalos a las 12 de la noche. No podían aguantar hasta ahora.
Como está claro que no seguiré durmiendo, me levanto y tomo una sudadera, porque hace un poco de frío.
La sala está vacía, lo que me deja en claro que todos siguen en la cama y tendré que prepararme el desayuno solo. De seguro dejo mis tostadas como dos carbones.
—¿Necesitas ayuda? —levanto la mirada y me encuentro a mamá con una sonrisita burlona.
—Un poco —me encojo de hombros —No sé me da la cocina.
—Eso lo tengo claro —me quita de las manos las rebanadas de pan —¿Café? ¿Leche? ¿Algo en especial?
—Para que uno si puedo tener ambos —le sonrío —Café con leche.
—Toma asiento —me indica el taburete.
—¿Papá sigue dormido?
—Si —asiente —Anoche tuvo problemas para quedarse dormido, así que es mejor que se salte el desayuno y descanse.
—¿Qué hay de ti? ¿Cómo dormiste?
—Como una bebé —se ríe —¿Tú?
—Supongo que normal —me encojo de hombros.
Al menos no soñé besando a mi compañero de clases.
—¿Haremos algo interesante el día de hoy? —pregunto para espantar mis pensamientos.
—Un día frío de navidad —se encoge de hombros —Supongo que la cama es el mejor panorama.
—¿No iremos a casa de nonna?
—Recuerda que pasara navidad con Luna y año nuevo con nosotros.
—Lo había olvidado.
No pregunto por el abuelo Jeremías, ya que recuerdo a la perfección que vendrá luego de año nuevo, porque pidió una semana de vacaciones exclusivamente para vernos.
Quizás ahora debe dejar de pensar en mis abuelos y disfrutar que tengo tiempo con mamá, sin las interrupciones de papá, ni de mis hermanos.
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—Deja esa cara de maniático —le dice mamá a papá —Ya dime que te traes entre manos.
—Quizás podamos dar un paseo.
—Te recuerdo que ha comenzado a llover —lo regaña mamá.
—Pizza en un día lluvioso es genial —responde papá —Además, hace bastante no voy por mi Pizza favorita.
