El amor puede llegar de diferentes formas a revolucionar tu mundo. Crees que tienes todo claro en la vida, que no dudas de nada, que estás con la persona correcta. Pero luego llega esa persona que puede mostrarte que vivías entre unas paredes que es...
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Le envié un mensaje a Kiara para informarle donde estaba y con quién, por si me necesita, pero no espere a que llegara en el momento menos indicado.
—Kiara —la encuentro apoyada en la pared.
—¿De verdad te estabas besuqueando con la persona más heterosexual que conozco? —suelta una carcajada —Te lo tenías muy guardado.
—Baja la voz Kiara.
—Oh, nadie nos escucha —se vuelve a reír —Perdón, Leo, pero esta situación me da mucha risa.
—¿Podemos hablar de esto en un lugar en donde no esté medio colegio presente? —digo un poco avergonzado.
—Bueno, ya estaba aburrida —se encoge de hombros —Y tú pareces querer escapar, así que supongo que es nuestra señal para irnos.
Muchos pueden pensar que Kiara es la peor amiga de la vida, por su forma de actuar, pero la verdad es que me gusta que sea tan directa y que no disfrace las cosas para hacerme sentir bien. Me gusta que sea realista.
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Me siento frente a Kiara y ella me mira con una ceja arqueada intentando contener la carcajada. Sin embargo, para evitarlo, lleva su taza de café a sus labios.
Ayer me invitó a quedarme con ella, porque sus padres salieron a última hora y no vuelven hasta la noche, y a decir verdad, fue la mejor decisión venirme con ella, porque en casa iba a tener la presencia de mi familia y no quiero estar rodeado de gente.
—Habla —deja la taza de lado.
—¿Qué quieres saber exactamente?
—Hmm —toca su mentón —Quizás todo —se encoge de hombros —Por primera vez seré una entrometida.
—No pasa nada —revuelvo el café —Él estaba un poco ebrio.
—¿Entonces te besó solo por eso? —arquea una ceja —¿Se tomó una cerveza y dijo "hoy será un día para besar a Moretti"? —levanta ambas cejas —¿O me dirás que lo del trabajo juntos no tuvo nada que ver? Digamos que no pusiste mucha resistencia.
—Claro que puse resistencia.
—¡Ja! Y yo soy un perro.
—Solo le hice caso con el trabajo porque es muy odioso —respondo —Además, me dio razones factibles.
—Pero ¿No se supone que estás saliendo con alguien más? —asiento avergonzado —¿Me estás diciendo que esa carita de niño bueno es solo una fachada? —suelta una carcajada —Leo, Leo, me has sorprendido.
—Basta, Kiara —murmuro —No me hagas sentir peor de lo que ya me siento.
—¿Te sientes mal? —asiento —Pues ayer no se te notaba, así que decídete y deja de jugar a dos bandos.
