Papá conduce en completo silencio, mientras mamá se enfoca en mirar por la ventana. Luego del fin de semana hemos respetado mucho el silencio, pero me alegra saber que papá no tiene ganas de matarme.
Le conté todo a mamá, quizás quite los detalles de los manoseos, sin embargo, me abrí con ella y le expliqué que comencé a sentir sentimientos por un chico, y que de una manera u otra pareciera que todo aquello conllevó a que Leonardo lleve más de dos días hospitalizado sin dar señales.
Cuando me enfrenté a papá no fui capaz de abrirme de aquella manera, ni siquiera fui capaz de abrir la boca, no me atreví a repetir todo lo que ya había narrado frente a mi madre. Es por ello, que mamá me preguntó si prefería darle el pase a ella para explicar la situación, o si necesitaba más tiempo para hablar con papá, a lo que escogí la primera opción.
El matrimonio de mis padres está construido en la confianza, así que si no le contaba yo a papá, indirectamente a mamá se le iba a escapar. Bruno Andreotti tiene la capacidad de hacerla hablar, por lo que ella fue mi mejor opción.
No me atreví a hablar, pero cuando mamá explicó todo, con mi padre no nos quitamos la mirada de encima, como si la voz de mamá estuviera en off y con papá nos comunicaremos en la mirada y viéramos como al otro se le caían todas las capas.
Ahora vamos camino a mi colegio, ambos han tenido que hablar en sus trabajos porque ha ocurrido un problema familiar. Problema familiar que se traduce en nuestro hijo ha reventado a golpes a tu compañero que supuestamente era su mejor amigo y tenemos que ver como salvarle el culo para que lo dejen graduarse y esto no pase a mayores, porque los padres del imbécil golpeado tienen a medio colegio tomado de las bolas.
—No abras la boca, Giovanni —me advierte papá antes de bajarlo —Por favor.
—Pero... —intento decir.
—Por una vez hazme caso —me mira por el espejo retrovisor —De momento sigues siendo menor de edad y para tu mala suerte, soy yo el que tiene derecho a dar órdenes, así que cierra esa boca que tanto te encanta abrir y déjame resolver esto junto a tu madre.
—Vale... —volteo los ojos, un grave error, porque no estoy en posición de actuar como pesadito.
—Ahora abajo —ordena.
Hago caso y me bajo del auto junto a mis padres para caminar en dirección al pasillo del colegio que nos lleva directo a la oficina del director. Al encontrarnos a unos metros vemos a Patricio entado en la banca que hay fuera de la oficina, mientras que sus padres están en mitad de pasillo, discutiendo con alguien por teléfono.
Él es el primero en notar mi presencia, y puedo percibir su odio en mí. Nunca antes me había mirado así, ni siquiera cuando me molestaba un poco y lo llenaba a insultos. Siempre había oculto tras sus ojos una leve admiración.
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El Rey De Roma #3
Teen FictionEl amor puede llegar de diferentes formas a revolucionar tu mundo. Crees que tienes todo claro en la vida, que no dudas de nada, que estás con la persona correcta. Pero luego llega esa persona que puede mostrarte que vivías entre unas paredes que es...