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¿Es en serio? 

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¿Es en serio? 

Martina siempre suele ser la paranoica que se molesta porque yo llego tarde a nuestras salidas, pero en esta ocasión es ella quien no aparece y creo que tiene bastante claro que la paciencia no es mi fuerte, por lo que si no aparece en 10 minutos en este lugar, me largaré. Además, su retraso solo me obligó a presenciar el beso de Leonardo con el tipo que se viste como anciano.

—¡Bebé! —levanto la mirada y veo a Martina acercarse en un trote. —Perdón la tardanza, amor. Traté de llegar lo más rápido que pude.

—Creo que se nota tu prisa —me acerco a ella y paso mi dedo por la parte baja de su labio inferior —Tienes el labial corrido.

—¡Ay, qué boba! —se ríe —Déjalo —aparta mi mano de su boca y se limpia —Mejor vamos —me toma de la mano y comenzamos a caminar.

—Si ves algo que te gusta, solo dime —le informo —Será tu regalo de navidad.

—¡Eres el mejor! —me da un beso en la mejilla —Te amo.

—Yo tam... —pero no, no puedo terminar la frase —Lo sé, linda.

Ya podré hacerlo, ya podré decirle las palabras, aunque creo que después de medio año juntos debería tener en claro lo que siento por ella.

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Martina detiene su auto fuera de mi casa y se acerca para darme un beso de despedida, sin embargo el beso comienza a tomar más intensidad, ya que su mano comienza a bajar por mi torso hasta llegar al borde de mi pantalón y comenzar a juguetear con el botón.

—Ni te imaginas como estoy en este momento —baja el cierre de mi pantalón y cada vez se acerca más a mí —Deberíamos ir a tu habitación.

Y en cuanto esas palabras salen de su boca, aparto su mano de mi entrepierna. ¿Eso era lo que quería conseguir? ¿Calentarme para meterse en mi casa?

—Ya me tengo que ir —suelto molesto, porque no sé como explicarle que quiero que mi noviazgo con ella sea puertas afuera.

Me bajo de su auto sin siquiera decirle adiós y me voy a zancadas al interior de mi casa. El salón está vacío, lo que deja en claro que mi familia debe estar en la cocina, así que me lanzo en el sofá grande disfrutando de la soledad.

Creo que mi problema con Martina es que ya no siento lo mismo que cuando comenzamos nuestra relación. En un principio la extrañaba a cada segundo, quería besarla cada vez que tenía la oportunidad y me texteaba todo el día con ella, sin embargo, ahora he ido perdiendo poco a poco el interés por ella, hay algo en ella que no me llena al 100%.

Suelto un suspiro y clavo mi mirada en las luces del árbol de navidad. Este año se ve distinto y por muy extraño que suene, siento que tiene un brillo especial, como si Moretti hubiera dejado un encanto en cada pieza que tocó.

El Rey De Roma #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora