32

134 23 14
                                    

Los gemelos son los únicos emocionados de que la Navidad será en unas horas más

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los gemelos son los únicos emocionados de que la Navidad será en unas horas más. Por mi parte, no me he sentido bien estos días, ya que desde lo ocurrido con Greg he estado un poco triste.

—¡Leo! —me grita Alessandro desde el segundo piso —¡Leo!

—¿Pasa algo? —me apresuro a subir un tanto preocupado.

—¡Tu celular está sonando! —grita Alfredo.

Eso me hace bajar la velocidad de mis pasos, ya que está claro que nada le ha pasado a ninguno de los dos.

Entro directo a mi habitación, en donde Ale está en mi cama, mientras que Alfredo está en la de Matteo.

—¿Qué hacen aquí? —tomo el celular del velador que separa las camas, aunque ya han cortado.

—Nada —responde Alessandro mirando de manera disimulada a su copia.

—Alfredo —arqueo una ceja.

—Ale se quería rasurar el rostro —responde el menor de los dos —Y estábamos mirando en tus cosas.

—¡Chismoso!

—Aún no tienes edad para eso —extiendo mi mano al ver que tiene las de él ocultas en la espalda. —Dame lo que tienes ahí.

—No tengo nada —Ale niega con la cabeza.

—Alessandro —digo en tono de advertencia.

—¡Agh! —mi hermano voltea los ojos y me extiende la máquina de afeitar.

—No le diré nada a mamá —me agacho como puedo en el espacio reducido —Sabes que te regañará si se entera —asiente —Pero no vuelvas a intentar hacer cosas de mayores —le advierto —Aún estás pequeño.

—Yo le dije que mamá lo iba a regañar —dice Alfredo.

—¡No te metas! —se queja su copia.

—Ey, sin discusiones —miro a uno y luego al otro —Ahora vayan a jugar un poco antes de que llegue mamá.

Ambos asienten y se levantan para salir corriendo.

Mamá salió a comprar algo para la cena de esta noche, mientras que Matteo salió a no sé qué y dijo que llegaría luego de almuerzo. Lo que me deja como el adulto responsable de la casa.

Desbloqueo mi celular aun con su pantalla rota y reviso de quien ha sido la llamada que recibí.

Cameron.

Marco la llamada de vuelta y espero dos tonos antes de escuchar su voz.

Hola.

—Hola —respondo —Lo siento por no contestar, pero tenía un problemita con mis hermanos.

—¿Todo bien con ellos?

—Todo bien —me río —No era nada grave.

Qué alivio.

El Rey De Roma #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora