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Abro mis ojos y al intentar moverme, siento el brazo de Leonardo rodearme

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Abro mis ojos y al intentar moverme, siento el brazo de Leonardo rodearme. Al parecer ninguno de los dos se movió durante toda la noche, como dos piezas perfectamente encajadas.

Él parece no querer despertar, así que mantengo mi posición y vuelvo a cerrar mis ojos, sin embargo, como si la vida quisiera joderme, el chico junto a mí se mueve.

—Mierda —lo siento levantarse de golpe, así que me digno a girarme a verlo.

—¿Pasa algo? —pregunto entre un bostezo.

—Me quedé dormido —se levanta y corre al sofá para ponerse sus pantalones de manera torpe, lo que me hace reír.

—Aun es temprano —me quejo.

—Tenía que irme a primera hora.

Se pone los zapatos y sale corriendo de mi habitación sin siquiera decirme adiós.

Si ya estoy despierto y solo, no sirve de nada estar en la cama. Es mejor que baje a tomar mi desayuno.

Me pongo una camiseta que dejé tirada ayer por la mañana y un pantalón deportivo. Ya que quiero sentirme cómodo y ligero.

Al bajar, siento ruido desde la sala, por lo cual prefiero asomarme antes de ir a la cocina.

Leonardo está mirando como sus hermanos comen junto a Chiara en una mesa de centro, mientras ven un programa de dibujos animados en la televisión.

—Buu —le doy un empujoncito —¿Qué haces?

—Esperar a que terminen de comer —señala a sus hermanos —Despertaron antes y tu madre les dio de desayunar.

—¿Tú ya desayunaste? —niega con la cabeza.

—Prefiero comer en casa.

—Vamos a comer algo.

—Prefiero comer en casa —repite.

¿Alguien me explica por qué me atrae un chico tan cabeza dura?

—Ya te dije que no me gusta insistir —lo tomo del antebrazo —Vamos a comer, Moretti.

Murmura por lo bajo, pero deja que lo arrastre hasta la cocina, donde mis padres están sentados conversando de vaya a saber Dios que cosas.

—Buenos días, Giovanni —saluda mi padre.

—Hola —suelto el brazo de Moretti y me siento al lado de papá —Hola, mamá.

—Hola, cariño.

—Ya te dije que no iba a insistir —me vuelvo a dirigir a Leo y le señalo la silla —Mamá dice que el desayuno es la comida más importante del día.

A regañadientes se sienta frente a mí y mis padres suelten una risita ante su berrinche de niño pequeño. Solo es un desayuno, no tiene que ser tan modesto.

El Rey De Roma #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora