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Salgo de los vestidores, directo a la clase de deportes

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Salgo de los vestidores, directo a la clase de deportes. Me atrasé un poco porque estuve conversando con Clara antes, ya que no habíamos hablado durando los últimos días y teníamos que ponernos al tanto de nuestras vidas, aunque omití ciertas cosas como todo lo relacionando a Leonardo Moretti. Por el momento, solo quiero que sepa que es el chico que se encarga de cuidar a mis hermanos los días sábado.

—Únete al grupo —me dice el entrenador, ya que mis compañeros ya comenzaron con el trote de calentamiento.

Hago caso, antes de que me regañe, porque para mi suerte no me dijo nada por llegar unos minutos tarde.

Intento evitar al grupo, manteniendo la distancia, sin embargo, si bien es solo un trote, Patricio saca ventaja para terminar la vuelta y llegar hasta mi lado.

—¿Dónde te habías metido? —me pregunta un poco agitado.

—Clara —es lo único que respondo.

—Tu querida Florecilla —se ríe —Sander sigue mirándola por los pasillos.

—Cuando encuentre a Sander mirándola le voy a arrebatar los ojos.

—Ya déjalos —me da un empujoncito que me desequilibra por un momento, pero rápidamente vuelvo a mi trote —Quizás unos polvos locos no le vengan mal a esos dos.

—Cierra la boca —murmuro.

Definitivamente, me estoy comportado como Clemente al querer proteger a Clara de cada chico que se le quiere acercar. Sobre todo sí se trata de Sander.

—Estoy pensando en invitar a Cami a salir.

—¿Te gusta o algo por el estilo? —le pregunto.

—Solo quiero algo sin compromiso y tiene cara de que sí aceptaría.

Más le vale al imbécil de Sander no hablar de la misma manera, respecto a Clara. No es que me agrade que hablen así de Cami, pero Clara es tema distinto, al menos para mí.

—Mejor enfócate en el trote.

Acelero un poco el paso y me alejo de él para alcanzar a Sander, quien es más tolerable, siempre y cuando no esté cerca Patricio. Sin embargo, antes de llegar donde mi amigo, me distraigo con una cabellera loca que va un poco más adelante.

Debo concentrarme y dejar todo lo que  tenga con Moretti para cuando estemos fuera del colegio.

—Ey tú —le digo a Sander. —¿Por qué tan solo?

—Estaba pensando. Trotar me despeja y me ayuda a pensar.

—¿En qué piensas, galán? —le pregunto.

—No te va a gustar la respuesta.

—Si tiene que ver con mi mejor amiga es mejor que te quedes en silencio.

El Rey De Roma #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora