Ya casi se cumple una semana del acontecimiento ocurrido en contra de Leo y si bien todo sigue su curso normal, se nota un ambiente diferente por la ausencia del chico italiano.
Todos están al tanto de que Patricio lo envió al hospital y que a causa de la golpiza que le dio, lo dejó en un estado de traumatismo craneal, provocándole un coma. Es por ello, que muchos se acercan al casillero de Moretti para dejar imágenes de santos religiosos o papeles con buenos deseos, como una forma de demostrar que esperan que se recupere pronto.
Yo aún no soy capaz de verlo. Luego de escapar del hospital al sentirme culpable, he intentado mantener mis pensamientos lo más alejados de todo lo que tenga que ver con Moretti, pero es imposible, cada rincón de este lugar me lo recuerda, ver todos los días a Matteo por el pasillo, escuchar a Clara decir que irá a visitarlo. Es como si todo mi alrededor se empeñara en recordarle que si hubiera tomado otras decisiones esto podría haberse evitado.
Dejo caer mi trasero sobre la silla y automáticamente siento el tacto de Clara sobre mi hombro.
—¿Lo has visto? —me pregunta, haciendo referencia a Patricio.
—Por suerte no —respondo —Solo me estoy controlando por mis padres, porque volvería a reventarle la cara.
—Olvida eso, Vanni —acaricia mi hombro —No eres igual a él.
—Lo odio —murmuro —Al menos ya no lo veo tan seguido.
Luego del altercado, no se tomaron represalias en mi contra, ni en contra de Patricio, porque el director no se iba a ganar a sus padres como enemigos, pero tampoco querían una demanda que llamara la atención de los medios. La solución que dieron, fue cambiarme al grupo de Clara, así manteníamos las distancias, por otro lado, en los recesos han aumentado la seguridad y siempre hay alguien rondando cerca.
He evitado a Patricio lo que más he podido, pero hay momentos en los que resulta casi imposible. Respecto a Sander, ha intentado acercarse a mí, pero yo he mantenido las distancias. Ya ni siquiera sé si puedo confiar en él.
—Esta tarde iré a ver a Leo —dice Clara rompiendo el silencio que se había formado.
—Lo sé. Es lo que has hecho durante la última semana.
—Esta vez también iré por Matteo —la sola mención del hermoso de Moretti me pone tenso —Ya sabes que no ha venido por estar en el hospital y cuidando a los gemelos, así que le prometí conseguir sus apuntes e ir con Cami a dejárselos.
—Vale —es lo único que respondo.
—¿Aún no me dirás nada? —no me muevo, no respondo —Vanni, necesito que me digas que pasa. Actuaste como un loco cuando viste lo que pasó, pero sigo sin entender la razón.
Antes de que pueda seguir insistiendo, me levanto de golpe y salgo a zancadas al tercer piso que suele ser el más solitario. Quizá deba saltarme la clase e ir a la enfermería como coartada, ya que no puedo acumular más problemas antes de mi graduación.
ESTÁS LEYENDO
El Rey De Roma #3
Teen FictionEl amor puede llegar de diferentes formas a revolucionar tu mundo. Crees que tienes todo claro en la vida, que no dudas de nada, que estás con la persona correcta. Pero luego llega esa persona que puede mostrarte que vivías entre unas paredes que es...